NUESTRA ES LA FURIA | Pesada es la corona y, sin embargo, ella la usa como si fuera una pluma. Hay fuerza en su corazón, determinación en sus ojos y la voluntad de sobrevivir reside en su alma.
Ella, eres tú
Una guerrera, una campeona, una luchadora...
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Las campanas sonaron desde el amanecer hasta el atardecer anunciando el nacimiento del nuevo heredero de Winterfell. La joven aún se encontraba en cama con su recién nacido mientras el rey en el norte tenía que seguir cumpliendo sus responsabilidades.
Hace unas horas, justo cuando sol comenzaba a salir, Jon llegó con más personas pero no con las mejores noticias. Ciertos asuntos que debía hablar especialmente con su hermano. Pero antes...
— ¿Ygritte? —repitió ella. Hace mucho no platicaban de esta forma y era hora de ponerse al corriente— Es un bonito nombre, apuesto que ella lo era también.
— Lo era. —respondió Jon con nostalgia— Y me lanzó flechas, así que...
— Bueno, te lo merecías. —bromeó— Me hubiera encantado conocerla.
— Le habrías agradado. Me recordaba mucho a ti.
Lena sonrió ligeramente, para luego regresar su atención al bebé en sus brazos. Estaba tan enamorada y encantada con él que podría observarlo todo el día sin siquiera aburrirse.
— Se parece a ti. —comentó Jon, tomándolo en brazos con sumo cuidado— Lo cual es un alivio.
— Cuando crezca será exactamente a su padre, ya lo verás. Así lo imagino.
— Debe estar muy feliz, ¿no?
— Demasiado. —admitió— Es de lo único que habla. Pero no es el único, mi tío Jaime ya ha mandado a forjar una espada para él y ni siquiera ha pasado una semana. Todos están bastante emocionados.
— Bueno, espero que no te moleste si más tarde te doy una sorpresa. Hay alguien que quisiera que conocieras.
— ¿Una novia, Jon Snow? —inquirió alzando una ceja y con una sonrisa burlona— Eso si sería una gran noticia.
Jon sintió sus mejillas arder. Al menos se sentía confiado de que su amiga era la única que conocía ese lado de él.
— N-no es eso. —balbuceó— Pero antes debo resolver algo.
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— Hombres valientes todos ustedes. —decía el anciano alzando su copa en el aire— Asesinaron a una mujer embarazada, le cortaron la garganta a una madre de cinco, mataron a sus invitados luego de invitarlos a su hogar. Pero no mataron a todos los Stark. No, no. Ese fue su error.
