D.I.E.Z

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Aidan

-Oye no soy tu madre, soy Jim.

-¿Jim-ena?—pregunté extrañado—Entonces

-¿Estás bien?—me pregunta

-Sí, fue solo un sueño...

Bajamos juntos a cenar.

Seguro soñé con mi madre porque al día siguiente era el aniversario de su muerte.

No tenía hambre pero Jim me obligó a comer.

-Si no comes vas a enfermarte—dijo

-Pero no tengo hambre...—arrastró la palabra—Me hablas como a uno de kinder

-Come sólo la carne, si quieres deja el arroz—dijo

-Ya dije que no tengo hambre—nunca me gustó que me obligaran a comer.

Me fui a mi cuarto y me puse a escuchar música.

No quería sufrir más. ¿Por qué mi vida tenía que ser así?

Mamá si tan solo estuvieras conmigo.

No pude más. Fui al baño y lancé algo al espejo, que hizo que se rompiera.

Agarré un pedazo de vidrio y me empecé a cortar los brazos, para que nadie se de cuenta.

Me hice 5 cortes, después me vendé, me cambié y me fui a dormir.

Cortes Que UnenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora