S.I.E.T.E

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Aidan

Me desperté y bajé a desayunar aún con pijama.

Estaba Jim, pero no Lucía.

-Hola—pregunté—. ¿Y Lucía?

-Todavía está durmiendo—dijo

-¿Puedes ir a despertarla?—preguntó Jimena

-Claro

Fui hasta al fondo del pasillo, ahí estaba la habitacion de Lucía, lo supuse porque habían letras pegadas en la puerta que formaban "Cueva de Lucy, no pasar"

Abrí la puerta, todo estaba ordenado. Ahí estaba Lucía durmiendo plácidamente.

- Aidan no... No—empezó a retorcerse por la cama. ¿Acaso estaba soñando conmigo?¿Quién soñaría a una persona como yo?

-Lucía... despierta—dije suavemente

-¡Aidan! Qué bueno que estés bien—susurro lo último

-Ya está listo el desayuno, baja

Cerré la puerta y fui a desayunar. ¿Por qué Lucía habrá soñado conmigo?

No te ilusiones, tal vez su sueño era una pesadilla porque estabas tú. Bueno eso ya no importa, además ya tenemos que salir para ir al instituto.

Terminé de desayunar y fui a cambiarme.

Salí junto con Lucía.

Jimena me preparó algo para almorzar. Yo normalmente no almorzaba en el instituto, sólo comía una manzana o papas fritas.

Llegué junto con Lucía, Logan me miraba mal, sabía que cuando Lucía me dejara iría por mí.

-Lucía, tengo que ir a un lugar, adelántate al salón.

-¿Me prometes que no harás nada malo?—pregunta

-Sí, ahora ve

Me dejó, yo sólo quería ir a mi casillero para dejar ahí mi navaja y que no me provocara cortarme.

-Miren quién está por fin solo...—dijo Logan en tono sarcástico y arrastrando las palabras

-¡Mariquita! Oh, cuánto tiempo—dijo su novia, Katherine

-¡Esta vez nadie te salvará!—gritó Logan

Bajé la mirada.

Katherine me levantó la cara.

-¡MÍRANOS CUANDO TE HABLAMOS!—Yo sólo los insultaba mentalmente—comenzó a acercar sus labios a los míos pero no los tocaba

-Así que no vas a hablar...—dijo arrastrando las palabras—Bien, sólo nos queda hablarte en tu idioma.

Todos sus amigos se abalanzaron sobre mí, como lo hacían anteriormente, me golpearon fuerte pero el último golpe lo dio Logan.

Y como siempre me dejo ahí sangrando. No sin antes insultarme.¿Por qué me odiaba tanto?

-Mírate ya hasta me das pena...—dijo Logan

-Vete a la mierda—susurré

-Nadie te quiere, por eso no le importas a tu padre. A esa chica sólo le das lástima. Cuando yo me le acerque te dejará al igual que tus amigos.—señalo a Landon y Lasso—¿Ves que ahora me siguen? Y a ti te golpean—me escupió y se fue.

Faltaba 5 minutos para que empiecen las clases. No iba a ir a esa clase,no importa si faltaba.

Cerré mi casillero y fui al baño.

Me encerré ahí, abrí mi mochila y sin pensarlo 2 veces me empecé a cortar. Me hice 5 cortes, después me vendé y disimulé un poco los golpes que me dejo Logan.

Salí y fui al patio en lo que terminaba la primera clase.

Me puse los audífonos y me puse a escuchar música.

Sentí que alguien me hablaba, me quité los audífonos. Era Lucía.

-¿Qué quieres?—pregunté de mala gana

-Saber por qué faltaste a la clase

-Porque quiero—me quería ir, así que me paré pero Lucía me detuvo—Ouch!—me agarró donde me había cortado.

-Déjame ver—dijo

-¿Qué cosa?—traté de disimular

-Déjame ver tu brazo—me agarró el brazo y lo destapó—. Me prometiste que no harías una tontería—dijo con seriedad

-Tú no sabes qué pasó—dije con tono cortante—. Ahora déjame ir

-Aidan no me gusta verte sufrir—dijo

-¿Porque te doy pena?—pregunté—¿Por eso?

-¿Quién te dijo eso?—preguntó sorprendida

-¿ENTONCES POR QUÉ ME AYUDAS?—grité—Si al final te irás...—susurre—al igual que todos...

-Te ayudo porque me caes bien—respondió

-Nadie ayuda porque "le caes bien"—dije—. Déjame solo

-Okey, te quiero—dijo en un susurro, al parecer no pensó lo que decía

-¿Qué dijiste?—pregunté a pesar de haberlo oído

-N-nada solo que te cuidaras.

Terminó el día y fui a la casa de Lucía.

-Hola Aidan—me saludó Jim—¿ Y... Lu?

-No vine con ella—respondí

-La voy a llamar—dijo—. Mientras tanto ve a tu habitación

-Ya—respondí

Al rato llegó Lucía

-¿Puedo hablar contigo?—le dije

-Claro

-Vamos a mi habitación—le dije

Me sigue.

-Lo siento por gritarte—susurre

-Te perdono, creo que debo aceptar que soy un poco entrometida

-Oye. ¿Te puedo preguntar algo?—dijimos al unísono

-Tu primero—dice

-En la mañana te oí soñar conmigo—ella lucía confundida

-No recuerdo haber soñado algo

-Bueno...—dijo arrastrando la palabra—Ahora tu dime lo que me querías decir

-¿Ah...?—duda—Ah,sí ,quería preguntarte si... Tal vez podrí... Podríamos salir mañana...—dijo tartamudeando

-Claro... ¿por qué no?

Cortes Que UnenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora