V.E.I.N.T.I.C.U.A.T.R.O

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Aidan

Desperté súper bien, había dormido mucho.

Me levanté y fui a cambiarme, un jean y mi polera. Salí caminando hacia la cocina para el desayuno.

-Hola Aidan—saludó Jim—. ¿Cómo dormiste?

-Bien

-Ten, te preparé el desayuno

-Gracias, Jim

-Bueno—pregunté—¿Lucía?

-Salió

-¿A dónde?

-No sé, pero dijo que te iba a traer una sorpresa.

-Bueno, hoy tengo clase de fotografía y tengo que ir a trabajar, desayuno y me voy.

Desayuné, agarré mi mochila, cámara y me fui.

Pasé por un parque y tome una foto.

Seguí caminando lentamente, era temprano, las clases empezaban a las 9:30 y eran las 8:14.

A lo lejos vi una pareja besándose, no me importo eso pero a medida que me iba acercando vi que esa chica se me hacía conocida, era... Lucía con otro chico, se dio cuenta de mi presencia y salí corriendo, escuché que ella me gritaba pero no le hice caso, sólo corrí sin rumbo alguno.

Me sentía triste, decepcionado, pensé que sí podía ser feliz por fin pero me equivoqué, siempre mi vida será una mierda.

Llegué a un puente que daba con el río, me senté en la hierba y empecé a llorar.

Vi mis cicatrices, cada una tiene una historia, pensé que lo había superado, pero no, siempre me perseguirá esa historia.

Justo ahora quería morir, desparecer, no solo por Lucía, sino porque yo mismo me he decepcionado.

Prometí que nunca lo volvería a hacer pero estaba allí, en mi mochila había una mini hoja de navaja.

No lo pensé 2 veces y lo hice, me volví a cortar, mientras miraba ese parque de hermoso paisaje, la sangre caía, tiñendo de rojo las verdes hierbas, con cada gota que significaba más que una lágrima de sufrimiento.

El río era hermoso, el paisaje era relajante. Me quedé dormido observando el cielo. Si alguien me veía pensaría que soy un loco que cuenta estrellas en la mañana.

***

Me desperté, revisé mi celular, 63 llamadas perdidas de todos, hasta de Lucía, me sentía como una Kardashian con tantas llamadas en el móvil.

No sabía dónde estaba, corrí rápido y no me di fue cuenta de por dónde fui.

Bajé mi velocidad y caminé hacia una carretera, tomé un taxi y fui a mi casa.

Cortes Que UnenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora