D.I.E.C.I.O.C.H.O

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Aidan

Hoy era Lunes, tenía que ir a estudiar y después a trabajar, nadie dijo que sería fácil pero últimamente no duermo casi nada. Me fui a bañar, me puse un buzo negro y camiseta del mismo color.

Bajé a desayunar.

-Buenos días, Aidan—me saludaron Jimena y Lucía

Hoy había venido Luisa y Kattsy a desayunar, últimamente siempre paraban en casa de Lucía.

-Buenos días—bostezando

-¿Otra vez te quedaste despierto?—me preguntó Jim—Yo podía hacer tu tarea. ¿Por qué no me dijiste? 

-¿A qué hora te dormiste?—preguntó Luisa 

-Te ves muy cansado—dijo Kattsy

-¿Estás bien?—preguntó Lucía 

Todas hablaban a la vez, que casi no podía entenderlas, y más con mi dolor de cabeza.

-Te ves mal—me informa Lucía

Gracias, ya lo sabía.

-Estoy bien—todo me daba vueltas—. ¿Vamos?

-Pero ni siquie...—oí hablar a Jim pero empecé a tener la vista borrosa, poco a poco todo se fue volviendo negro. 

Sentí un golpe y gritos.

Cortes Que UnenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora