6. El trabajo

20 4 0
                                    

-¿Por qué gritas tanto?- no pude evitar preguntarle eso a Lucas, no dejaba de llamarme desde que había llegado de trabajar.

-Llevo aquí dos minutos y tú teléfono no deja de sonar, dile a tu noviecito, el Marcos ese, que deje de llamarte y ser un posesivo o sino tendré que tener unas palabras con él- ¿Que que? ¿Marcos? ¿Llamándome? Espera, ¿Ha dicho novio?

-¿Perdón? ¿Novio? ¡No tengo novio! ¿De qué hablas?- Mi sorpresa ahora mismo era inmensa.

-¿Yo que se? El pelma ese, que desde que he llegado no para de sonar el- no pudo acabar la frase porque el teléfono estaba volviendo a sonar- el puto teléfono.

Cojo el móvil y veo que es Marcos. ¿Por qué me llama tanto este ahora?
Mierda, el trabajo, se me había olvidado completamente que habíamos quedado esta tarde para lo de biología.

Cojo el móvil y contesto pero no digo nada, sé que va a empezar a hablar él.

-¿Habías enterrado el teléfono o que? Te había mandado un mensaje con la hora y la dirección de mi casa. Supuestamente habíamos quedado hace una hora, y llevo llamándote desde entonces. Asi que dime ¿la reina se va a dignar a venir?

-Sí sí, ahora voy para allá, lo siento, y a mí no me hables así.

-No empieces con estupideces y aparece pronto- no sé lo pensó dos veces y colgó. Que tio más desagradable.

Me giro y veo a Lucas mirándome expectante.

-¿Qué?- No se, no va a estar ahí mirándome porque si, algo querrá.

-Hombre, después lo que ha dado por culo tengo curiosidad de saber que es lo que quería. No creo que te llame para decirte que ha salido de cagar- Me flipa la naturalidad con la que ha dicho esa última frase.

-Se me había olvidado que teníamos que hacer un trabajo, je- Sigue mirándome sin decir nada, yo a este chaval no lo entiendo.

-¿Y por qué sigues aquí?- AGG, estaba esperando por él porque pensaba que me iba a decir algo más.

-Me voy, adiós- cojo la mochila que estaba al lado de la puerta y me voy.

Cuando salgo lo primero que hago es mirar el teléfono para saber la dirección e ir hacia allí.

Vivimos muy cerca, a 5 minutos andando desde mi casa. Menos mal, ni me apetecía andar demasiado ni me apetecía otro sermón de Marcos.

Cuando llego al portal justo había salido un vecino y pude entrar, subí al ascensor y cuando llegué y llamé al timbre me abrió un niño pequeño, de la misma edad que María probablemente, unos 6 años.

Tenía el pelo rubio y largo, y unos ojos azules super intensos.

-Hola- dicho esto sonrió muchísimo mientras abrazaba a su osito, que niño tan tierno por favor.

-Mm, hola- yo también le sonreí, ¿como no hacerlo ante tal monada?

-Hola- Marcos y su seriedad llegaron hasta la puerta.

Cuando vio que no paraba de ver al niño se agachó y le dijo:

-Javi, ¿que te he dicho sobre abrir la puerta?- su tono de voz estaba siendo seco pero a la vez tierno porque no dejaba de ser un niño a quien le hablaba.

-Que yo no tengo que abrirla- puso una cara triste que daban ganas de abrazarlo.

-¿Entonces por qué has abierto ahora?- ahora sí que lo dijo con mucha seriedad.

-Por que te oído hablando por teléfono y sabía que teníamos visita- si es que no miento cuando digo lo mono que es.

-Yo tengo visita- he de decir que me miró con cara de asco al decir eso- tu estate en tu habitación hasta que te avise.

No dijo nada y se fue agarrando aún más fuerte a su osito.

-Vamos, tenemos muchas cosas pendientes del trabajo- ni me miró al decir eso, simplemente echó a andar.

¿Cómo vamos a tener cosas pendientes si hoy es el primer dia que tocamos el trabajo?

Mientras andábamos me dio por echar un vistazo a la casa, se notaba que era una familia con dinero solo con ver el mobiliario.

Llegamos a su habitación, extrañamente ordenada, y bastante espaciosa.

-Ven siéntate, mientras tú no estabas, me he puesto a pensar en ideas para el trabajo y me he dedicado a buscar información en internet.

Me senté, y me puse a ver todo lo que habia escrito sobre las posibles cosas que incluir.

-Me parece bastante bien todo, excepto algunas cosas.

Cuando llevábamos una hora de trabajo decidimos hacer un descanso.

Él se puso con su teléfono y yo durante unos segundos me quedé mirándolo.

Era guapo no había duda, de los más guapos del curso, moreno de ojos grises, alto y por lo que se, fuerte, este chaval se ve que lo tiene todo...

-Existe una cosa que se llama discreción- lo dijo sin ningún  tono concreto, tampoco apartó la mirada de su teléfono al hablar.

-¿Perdón?- ¿que habla este de discreción ahora?

-Intenta que cuando mires a alguien la otra persona no se de cuenta- extrañamente sonrió con la boca cerrada y me levanto el pulgar.

-¿Y tú qué pasa? ¿Estás todo el día pendiente de si te miran los otros o que?- ¿quien se creía este?

-Buena forma de intentar excusar lo embobada que estabas mirándome- dicho esto sonrió de medio lado, nunca había visto este lado de él. Menudo arrogante.

-¿Ahora quién es el que intenta evitar lo que he dicho?-

-En ningún momento lo he evitado, simplemente se mirar con más disimulo que tú- este chico de mayor político, porque argumenta de una forma...

-¿Podemos dejar este tema ya?- no quiero tocar temas más allá del trabajo de biología.

-¿Que pasa? ¿Que cuando te meten un poco de presión te bloqueas y no sabes que más decir?- cuando terminó se rió con aires de superioridad.

Paso de contestarle a este imbécil, si le contesto solo sería seguir dando vueltas en círculos en esta conversación y no llegaríamos a nada.

-¿Sabes que? Debería irme, ya seguiremos con el trabajo. Adiós.

Se despidió justo cuando yo estaba cerrando la puerta de la habitación. Espero no tener que volver muchas veces más aquí.

-Ay hola ¿Que tal? ¿Tú debes ser la compañera de Marcos verdad?

Cuándo no era nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora