12. Menudo grupo

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Lunes, palabra sacada del mismísimo infierno. Odio los lunes, solo pensar en que me queda toda la semana por delante me agota. Ademas tengo biología a primera hora así para rematar.

-Buenos días - Levantó la cabeza y me sonrío. Que sorpresa, Marcos dejando de ser un capullo y siendo un poco más humano (John Connor, me apropio de tu frase)- ¿Podrías disimular un poco tu asombro? No es para tanto ¿sabes?

- Oh discúlpeme, siento haberle ofendido. Simplemente me sorprendía tu... amabilidad. Ya que normalmente eres todo lo contrario. Es todo-  Algunas veces el que podría ser más discreto es él.

- ¿Y me lo dice la que no deja que se le acerque nadie y que cuando hablas un poco con ella ya es más maja?- Estaba fingiendo hacerse el sorprendido, iba a responderle pero llegó el profesor en ese momento. Odio que él siempre se quede con la última palabra. 

-Bueno chicos, tengo algunas gestiones que hacer así que podéis adelantar el trabajo- Yo de verdad que alucino, es decir él tiene cosas que hacer y pues eso ya es excusa para no hacer su trabajo de dar clases. Pues mira, a la próxima que mande deberes yo no voy a hacerlos pues porque tenía "algunas gestiones que hacer " Anda y que le jodan.

- Vale, para la semana que viene el trabajo ya tiene que estar acabado- ¿Este tío es tonto? Sin darme cuenta tenía la ceja levantada ante tal estupidez- ¿Por que me miras así ahora? ¿Que he dicho?

-Hombre sí, desde luego. Espero que para la semana que viene ya hayamos hecho el trabajo, porque se presenta el lunes.

-¿¡Que!? Pensaba que lo podías presentar a lo largo de la semana. ¿Como he podido tener ese fallo?- Empezó a agobiarse muchísimo.

- Tranquilo tranquilo, tenemos tiempo- Me miró como si hubiese dicho una estupidez.

-Todas las tardes, una hora en mi casa. ¿Vale?- Que noticia tan maravillosa...

-Está bien...- No tenía mucho más para decir.

Estuvimos organizando la semana para así ser más productivos y rápidos. Quedamos en que si lo que teníamos que hacer ese día no lo acabábamos en una hora, le dedicaríamos más tiempo pero tenía que acabarse.

Pasaron las clases hasta que al fin era la hora del patio. Verónica y yo nos sentamos en nuestro mítico árbol, esta vez deje que ella se apoyase contra el árbol. 

-Bueno, pero ¿y este honor? ¿a que se debe?- Ella, tan sarcástica como siempre.

- ¿Has visto que buena amiga soy? Le seguí el rollo con los sarcasmos.

-Sí sí, vas abriendo tu corazoncito. Son avances- No se como pero me conoce a la perfección- Oh me encanta este plano que estoy viendo. Voy a hacerle una foto.

-¿Nuestras zapatillas? ¿Que tiene eso de bo- Me enseñó la foto que había hecho, hay que reconocer que estaba mejor de lo que me esperaba, entonces ella me sonrío.

-Perdona, ¿que decías?- Hice un gesto como si me estuviera cerrando la cremallera de la boca- Eso creía.

Levanto la cabeza de casualidad y veo que se estaban acercando Adrián y Carlos. Miro a Verónica para saber si era cosa suya, y estaba mirando para otro lado porque sabía que la estaba mirando.

-¡Hola!- Carlos habló para las dos pero estaba mirando a Verónica.

-Hola chicos, sentaos hombre sentaos- Yo seguía mirándola, pues no sé, para que me de alguna explicación. Porque sabía de sobra que esto era cosa suya- Tengo que hacer el trabajo con Carlos, y pues al final hemos acabado hablando de una serie y pues como el profesor odia que saquemos el móvil en clase pues le he dicho que en el patio le enseñaría una cosa que tenía en el móvil de la serie y pues aquí está. Están mejor dicho.

-Sí tío, es que odio a ese profesor, no nos deja hacer nada, también odio esa asignatura y además odio hacer trabajos-  No me esperaba eso de Carlos la verdad.

-Al menos aunque no te guste sacas buenas notas en la asignatura- Adrián se medio quejó y a la vez se burló de su comentario, a mí si no me gusta una asignatura se nota en las notas la verdad.

-¿Que miras con esa cara de asco hijo?- Adrián miró a Verónica porque no sabía de qué hablaba.

-¿Qué?- No sé si se hacía el sorprendido o que, miré hacia donde el miraba, vi a Bárbara y a sus amigas.

-Pensaba que no te caía mal nadie- Quizás me precepité al hacer ese comentario pero había puesto la misma cara que le pongo yo a Bárbara.

-Uy, tengo ojos y desgraciadamente oídos, asi que es bastante normal que me caiga mal alguien- Se rió al decirlo, a ver que tenía razón pero él parece de esas personas a las que le cae bien todo el mundo.

-Ah entonces supongo que el único que te cae bien es tu perro ¿no?- Sinceramente no sabía ni a qué había venido ese  comentario, pero me reí al decirlo. Verónica y Carlos se habían puesto los dos con el móvil de Verónica a mirar eso de la serie. Aunque Carlos la miraba más a ella que al móvil.

-No no, hay gente que me cae bien. Pocas, pero las hay- Se podría haber ahorrado el doble sentido pero bueno.

-Oye, ¿y Raquel?- Intenté salir de paso sacándole conversación a Verónica.

- Con sus amigas, como ya están "bien"- Lo dijo con un tono un poco despectivo, seguía sin creerse a las amigas de Raquel- Oye Adrián, no me has contestado antes- él me miró a mí para que contestase yo.

-Por lo que yo he entendido estaba mirando a Bárbara- ahora es cuando va y dice que no, sería un poco bochornoso.

-Nosotras tenemos muchas razones por las que nos cae mal. ¿Cual es la tuya?- Eh... La pregunta esa tan directa yo creo que la podría haber hecho un poco mejor.

-Hizo creer a mi hermana que eran amigas, y pues Lidia se enteró de la mierda que echaba de ella, contaba las cosas privadas que le había contado, y ella fue directa a preguntarle que quien se creía que era para hablar de ella así y pues Bárbara se hizo la víctima y puso a todo el mundo en contra de mi hermana, y desde entonces ella es más insegura y selectiva con sus amistades.

Los tres nos habíamos quedado sin poder decir nada, odio cuando me pasa eso pero al menos sonó el timbre a tiempo.

Nos levantamos y Adrián se puso a andar a mi lado.

-No hace falta que te pongas triste- Me paso el brazo por detras del cuello y me puso la mano en el hombro.

-No sé, me sale solo ponerme así-  me encogí de hombros, es verdad soy empatica por naturaleza.

-Al final Yeiko nada más llegar a casa se quedó frito, estaba muerto de tanto correr- se le volvió a poner esa sonrisa que puso mientras miraba a su perro.

Me dió pena que sacase un tema de conversación y que justo tuviéramos que separarnos para ir cada uno a la clase que nos tocaba.

Cuándo no era nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora