10. Nos gusta demasiado el salseo

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Tampoco me lo pensé mucho y me puse una camiseta de manga larga (de entretiempo) negra y unos vaqueros pitillos azul claro las converse negras, el reloj y unos anillos. Me peiné y ya.

Cuando estaba sacando las llaves de la mochila llamaron al timbre. Joder ¿ya están aquí? Que rápido pasa el tiempo cuando estás haciendo cosas.

Fui medio corriendo a la puerta, no me gusta hacer esperar a la gente. Por culpa de ir medio corriendo justo cuando tenía la mano en el pomo y estaba ya abriendo la puerta escuché que se me había caído algo, sonaba a llaves. Asi que mientras abría la puerta me giré para ver qué se había caído.

-¡Hola! Pensaba que era más...- cuando me volví a dar la vuelta veo a Marcos mirándome- pronto...

-Hola- me estresa cuando hace "frases", sí se le puede llamar frases, cortas y luego se queda callado mirándome fijamente.

-Eh... Hola...- ¿Que hace este en mi casa ahora?

-Te dejaste esto en mi casa- No me había dado cuenta de que llevaba mi carpeta en la mano hasta ahora.

-Mm, gracias. Aunque me la podrías haber dado el lunes en clase... O ayer mismamente ya que ibas a venir hasta aquí igualmente.

-He pensado en que podrías necesitarlo para hacer estudiar o algo así este finde. Y hoy me he puesto a recoger la habitación y pues me he dado cuenta de que estaba en la mesa.- el día en el que consiga ver alguna expresión en su cara será un día muy extraño.

-Pues gracias por el detalle de venir hasta aquí.- Le sonreí, me salió solo la verdad, no era una falsa sonrisa para nada. ¿Lo más extraño? Que él me sonrió también, y no, no era una sonrisa falsa, al menos yo no la notaba así.- A todo esto. ¿Cómo sabías donde vivo?- Acabo de caer en ese pequeño detalle.

-Vivimos en la misma calle desde hace años, ¿te crees que no te he visto por aquí o entrando en este portal? Lo único que he hecho es buscar tu apellido en los telefonillos para saber tu piso y tu puerta- Se encogió de hombros como la cosa más normal del mundo- Ah, y me he topado con una señora mayor en el portal y por eso he podido entrar.

-Vaya... Yo nunca te había visto por aquí- Estaba intentando recordar si alguna vez lo había visto.

-Te dije que yo sabía mirar con disimulo- Y otra vez esa sonrisa de lado... Que paciencia.

-Gracias y adiós- Se que esta conversación no iba a llegar a ningún lado asi que mejor cortar aquí.

-Adiós- Cuando se giró se encontró con Raquel y Verónica saliendo del ascensor. Estas le miraron bastante sorprendidas, como si estuvieran viendo a un perro verde con un gorro rosa, pues igual. Este ni las miró, pasó de largo.

Y pues cuando Marcos se metió en el ascensor estas dos se giraron directamente a mi.

-Mm ¿Alicia? ¿Que hacía Marcos en tu casa?- Empezaron a reírse, ¿Quien entiende a estas dos?

-Pues ha venido a traerme mi carpeta- Enseñé la carpeta y me encogí de hombros. Y acto seguido estas dos se miraron entre ellas.

Suficiente, fui a la habitación dejé la carpeta en la mesa y volví con ellas.

-Venga, andando, nos vamos- las empujé hacia fuera y cerré la puerta.

Raquel iba con una falda vaquera y con una camiseta de manga corta color teja. Y Verónica era un poco como yo, le gustaba ir cómoda, entonces iba con unos pantalones de chándal grises (pero de vestir) y una camiseta de tirantes negra.

Fuimos hacia el Taco Bell, pedimos y cuando ya estaba listo no sentamos, en serio, amo este sitio.

-Bueno, antes de nada, ¿alguna novedad?- Raquel siempre hace esta pregunta antes de hablar ella.

Cuándo no era nadie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora