Llegamos a mi casa y me sorprendió ver a mi hermano haciendo la comida. Nunca está a esta hora en casa.
Al escuchar la puerta se giró, nos miró y puso una cara...-Ehhh, no. Me niego a hacer comida para todas, yo solo había hecho comida para uno- Que vago es por favor, ni siquiera le había hecho comida a su propia hermana.
Mientras Lucas hablaba, Aslan vino hacia mí y lo cogí en brazos y empecé a darle mimos.
- Tampoco iba a aceptar comida de un culé- No me puedo creer que Raquel siga así desde que se lo encontró viendo el partido.
-No os preocupéis, ya me las apaño yo- antes de que Lucas pudiese decir algo decidí intervenir- A todo esto, ¿tú que haces aquí?- seguía sorprendida por verlo tan pronto en casa.
- Me han dejado salir antes del trabajo, eso sí, tengo que volver ahora cuando termine de comer- Tampoco se que gana con este cambio la verdad.
Hice la comida para las tres, cuando terminé, Lucas ya había terminado de comer y se había ido ya.
-No se porque le tienes tanta manía al pobre chaval, total solo es de un equipo diferente al tuyo- Me sorprendió que Verónica le sacase ese tema a Raquel.
- Preferiría que me pegaran con una sartén en la cabeza a tener una conversación de fútbol con alguien del Barça- A veces dudo de si Raquel habla en serio o en broma.
- Pues fíjate, yo creo que llegará un momento en el que quieras venir a casa de Alicia solo para verlo y poder discutir con él- ¿Perdón? Me cae muy bien Verónica pero hay veces que hace unas suposiciones que...
- Eh no no no, suficientes clichés tengo ya en mi vida cómo para sumarle el del hermano con mi amiga, no gracias- Lo que me faltaba ya.
Después de comer nos tumbamos en el sofá a hablar de distintos temas durante un rato.
- ¿Pensáis quedaros en mi casa incluso cuando me vaya?- Las veía muy acomodadas y no tenía muy claro si se iban a ir o no.
- Claro, y cuando te vayas, aprovecharemos para robarte al gato- Verónica y sus bromas, en verdad era raro, porque mientras lo decía estaba acariciando a Aslan cual Marlon Brando en el padrino.
- Como te gusta quejarte eh, encima de que no nos has dejado arreglarte, te quejas- Ah y encima Raquel indignada. Llevan dos horas tumbadas en el sofá sin hacer nada, normal que me queje.
- Hacer lo que queráis, me voy a mi habitación- Tampoco es que estuviera haciendo nada productivo en el salón- Ah, y me llevo a MI gato- esto último lo dije mirando a Verónica.
- Pero no seas así hombre, vamos contigo- Raquel creo que aún tiene esperanza de que las deje arreglarme.
Al final no puedo ir a recogerte a tu casa, lo siento. Podemos quedar en la puerta del instituto a la misma hora?? - Mm no me importaba pero me entró curiosidad de porque no podía venir Adrián a casa.
- Oye, que nosotras al final nos vamos ya. Pásalo bien y ya nos contarás- las abracé y me despedí de ellas.
Había pasado ya un rato desde que se habían ido y ya iba siendo hora de acabar de arreglarse.
Cogí el teléfono y las llaves y salí de casa.Iba cruzando la calle cuando me giré y vi un coche viniendo exageradamente rápido hacia mi.
Ni mis piernas ni mi cabeza reaccionaban, solo era capaz de mirar hacia el coche que venía hacia mi, todo fue demasiado rápido.Lo siguiente que recuerdo es el ruido del impacto de mi cuerpo contra el coche y yo cayendo al suelo por consecuencia. Tras el impacto un conjunto de luces se mezclaron en mi visión, moviéndose continuamente sin llegar a distinguir un solo objeto, todas esas luces se fusionaron en un solo color, el blanco, que de un segundo a otro se convirtió en completa oscuridad.
Solo escuchaba murmullos, coches tocando el claxon, llegué a escuchar hasta una ambulancia. Todos esos sonidos eran muy agobiantes, no veía nada y escuchaba todo sin llegar a entender nada, pero a los pocos segundos todos esos sonidos terminaron en un completo silencio.- Hay que llevarla al hospital cuanto antes-
- Al caer, se golpeó muy fuerte en la cabeza-
- No sabemos si esto es un simple susto o si puede ser algo más-
Era muy raro, cada frase que escuchaba era como si estuviera en un sitio diferente y hubiera pasado un periodo de tiempo, los sonidos de alrededor no eran los mismos en ninguna de ellas.
Me sentía muy cansada, me dolía todo, no podía moverme, ni si quiera un dedo de la mano. Por poder no podía ni abrir los ojos ni hablar.
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Cuándo no era nadie
Teen FictionLas personas no somos rocas sin sentimientos, incapaces de expresar lo que nos pasa. Muchos intentamos ocultarlo, pero es imposible, el tiempo lo saca todo, de una forma u otra, pero lo saca. Y es horrible afrontarlo solo. En la vida existen esas pe...