Capítulo 16

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Narra Julieta.

Volví a mi habitación apartada otra vez, Liz lo más amable me llevó y explicó que era lo mejor para mi. ¿Estaría jugando con mis sentimientos? O sea, a ella le convenía muchísimo más seguir a las órdenes de Frederick y administrar el lugar. No debía dejarme llevar por los sueños rosas en mi cabeza, tendría que estar lista para cualquier complot o chantaje emocional.

Llegó al parecer el amanecer, ¿por qué se eso?, cuando las chicas están más relajadas y no hay muchos clientes es 5 am a 10 am, no sé el porqué, pero medí las horas por aquellas acciones. Liz entró a mi cuarto rápidamente sin darme tiempo a que me asustara.

—No quiero que sea muy obvio eso...—me miró fijo a los ojos.

—A ti, no te conviene irte —dije en tono triste y directo.

—Cariño —Acarició mi rostro —estás equivocada si crees que esta es la vida que yo quiero.

—Es la vida que aprendiste, fuera de aquí ¿qué haría?

—¡Vivir! Tomar un helado, pasar la tarde, estudiar, todo... por lo que averigue de ti, cosa que nadie quiso darme información demás, fue que ya no sirves, que eras una especie de putita personal de Frederick, pero ahora ¡Já! mamita no vales nada. ¿Qué tienes tú que quieres pincharme los sueños?

—Porque quizá todo lo tuyo sea una farsa —Simple y directo se lo dije.

—Lo mio no, yo quiero irme sin mirar atrás, quemar este lugar ese es mi sueño, ver morir a todas las zorras de mierda, a los putos de vigilantes de Frederick, quiero ver el mundo arder. Además, tú eres la única que me trato normal, sin ningún prejuicio, las escapadas es mejor de a dos ¿Qué crees?

—Me dejas pensando...

—¿Qué más debes pensar? Es la oportunidad de tu vida.

—¿Y cuándo sucederá? Dame una fecha, algo, esperanzas.

—Lo más pronto posible.

—¿Por qué no ahora?

—Tienes razón ¿Por qué, no? —Me alzó una ceja— En un rato vengo —Dijo deprisa mientras salió corriendo del cuarto.

Me dejo pensativa

Quedé sentada en la cama viendo como ella corría hacía la puerta cerrándola cuidadosamente,su sonrisa, sus emociones eran convincentes, quiero creer en ella, en serio quiero. Suspiré con una gran profundidad, esta vez esperando lo mejor. No pude dejar de estar tensa, sentada en la cama, los segundo era horas, quería a Liz a mi lado.

Ya con la espalda encorvada del cansancio sentada en la cama, entra estrepitosa Liz al cuarto.

– Princesita –Me miró fijo los ojos como si fuera la última vez que me vería- Es hoy o nunca.

La miré extrañada y me erguí espontáneamente – ¿Qué sucede?

– Frederick viene a despedirse de ti –Lo entendí, ella lo entendió– Ya no eres su putita personal, no sirves. Por eso estabas en este cuarto, pero ya no sirves. No estoy preparada niña especial, al menos unos días, semanas, no podemos darnos a fuga, menos dejarte en fuga a ti sola, mi cabeza está en juego.

Otra vez algo pequeño dentro mío se rompió, mis ilusiones se fueron al caño –Me encerrarás entonces ¿no?

–Tengo el corazón para entregarte, pero no puedo escapar sola, no sin apoyo, no puedo...–Se acercó para golpear el colchón con su puño- ¡Mierda! no debía ser así.

–No quiero entregarme así como si nada a mi muerte.

–Eres tú o yo.

–Podemos ser las dos –Espete rápidamente.

–Las dos muerta ¡Já! –Rió en bajo con amargura.

–Podemos ahora mismo, como dijiste, es hoy o nunca, yo puedo, estamos bien, no lo pienses más.

Ambas suspirabamos sabiendo que un segundo era vital. Ella salió otra vez del cuarto lo más apacible posible. Mi corazón no paraba de bombear, me desesperaba, no quería morir, pero no tenía motivos para seguir, quería ver a mi familia y otra vez en mi bucle de indecisiones atacandome nuevamente.

Ella llego con una especie de bolso y mirandome fijo algo desorbitada.

–Mete la ropa más normal que encuentre –Mi cuerpo se rizó pero obedecí rapidamente –Rapido –Dijo en susurro.

Ella abrió la puerta primero mirando para los costados, oía los gemidos de un par de chicas atendiendo, ella sola caminó un par de puerta me dio una señal, cerré la puerta y camine detrás de ella. Se escuchaba el estruendo del piso de madera maldiciendo cada paso que daba, me mata, esto me mata lentamente, caminaba detrás de ella y de la nada ella sujetaba mi muñeca con fuerza atroz, no sé porque era pero sentí las ganas de golpearme la cabeza contra la pared de la locura mental al ver a Héctor parado en el living, cada puta ventana de la casa estaba sellada con madera. No soportaba la situación, Liz abrió una puerta y me metió allí con el bolso, ella cerró la puerta tras darme la espalda caminando en dirección de Héctor. Quede para ahí y me puse detrás la puerta por si las dudas, esperando la señal de ella.

Quizá 2 segundos pasaron cuando vi a Liz entrar toda golpeada al cuarto, al instante que me golpeaban con fuerza repetitivas veces al estar detrás de la puerta.

–Acaso creen que no tenemos cámara, me sorprende la estupidez de ustedes –Derrotada en el suelo sin ánimos de respirar me quede quieta.

Entraron los hombres de Frederick y nos llevaron hasta el sótano, nos arrojaron por las escaleras, haciendo que rodemos.

En voz baja y sosteniendo la respiración como podía Liz me sonreía –Bastante barata nos salió.

Yo solo la miraba y no sabía que más decirle. Ella se levanto con cuidado y ambas nos fuimos a una esquina lejos del murmullo de las demás, intrigadas.

–Tu sabes –Decía en susurro– Ya nos hubieran matada en ese mismo momento, y lo sabes, tuvimos suerte.

–No..entiendo como puedes tomarlo con tanta calma.

–Porque al menos lo intente.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2019 ⏰

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