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Era un día como cualquiera, el joven vestido como camaleón caminaba junto a su hermana menor por el pueblo en busca de la joven mecánica y la avariciosa pirata. Eran de esos grupos de amigos inestables que peleaban seguido pero en cuestión de segundos solucionaban sus problemas o los olvidaban siguiendo como si nada hubiera pasado.

No tardaron en encontrarlas. Penny y Jessie hablaban sin parar, el único varón del grupo pudo notar la ansiedad de ambas. Tenían noticias, una que a Leon no le agradó para nada.

– ¡Tendremos a un nuevo brawler en el pueblo! –a través de los gritos de la joven de pelo lila, aquella noticia llegó a los hermanos.

¿Nuevo brawler? –preguntó Nita queriendo saber más.

Si, al parecer esta noche harán algo como bienvenida, como hicieron con Tick y 8-Bit. –respondió Jessie a la curiosidad de la más joven del grupo– No pienso faltar. –

¡Yo tampoco! –gritó Penny– No voy a perderme de la fiesta. –

¿Por qué tan entusiasmadas? –habló el vestido de camaleón– Seguro que no es la gran cosa. –

¿Y eso que? Necesito otro compañero ya que tu solo te burlas de mi cuando vamos juntos a las batallas. ¡Cualquiera es mejor que tenerte a ti! Eres insoportable. Esta es mi oportunidad. –explicó molesta la pirata.

No es problema mío que seas tan lenta y termines sola. Pero tranquila, siempre ganamos gracias a mi. –observó a su amiga ponerse roja de furia pero no le importó, siempre fue fácil de provocar–– ¿Saben por lo menos algo de quien sea que venga?

No nos dijeron mucho. –dijo la joven pelirroja– Pero escuchamos que era un legendario.

Las jóvenes luchadoras comenzaron a reír al ver que Leon se había desconectado por completo al escuchar que habría alguien más de su misma clasificación. ¿Por qué tenían que agregar a alguien más? Crow, Spike y él estaban más que bien siendo solamente ellos tres, no podía ver espacio para otro brawler allí ¿Y si era mejor opción que él?

Uuy, ¿alguien esta celoso? –la burlona voz de Penny interrumpió sus pensamientos.

¿Yo? Ja, no. Claro que no. ¿Por qué debería de estarlo? Sigo siendo mejor que ustedes. –respondió rápidamente negando con su cabeza.

No te preocupes, Leon. Aún no ha llegado. –la pelirroja intentó no volver a reír por las reacciones de su amigo.

¡Leon esta celoso! –cantó la más joven al lado de su hermano.

Agh, como sea… no iré a su fiesta, tengo mejores cosas que hacer.

¿Por qué no? –habló Jessie con un tono triste en su voz– Creí que ibas a ir.

Déjalo, le pegó la madurez de repente. Es un milagro. –Penny siguió burlándose.

¡Nita irá! ¡Habrá mucha comida, juegos, amigos y más comida! –la menor de los hermanos estaba entusiasmada por ir a la bienvenida para el nuevo brawler.

Ya dejemos de hablar de eso. Me aburro. ¿Están listas para meterse en problemas? Tengo muchas ideas en mente y necesito que me ayuden. –

Hoy no, Leon. Lo siento, no puedo. –habló apenada la mecánica– Quizás mañana.

No importa. Esta bien. Nita y Penny vendrán conmigo. Lo malo es que perdemos a la cerebrito del grupo, eres de mucha ayuda en mis travesuras. –intentó convencer a Jessie halagándola.

Yo tampoco estoy disponible, lagartija. Dije que iba a ayudar a preparar todo para la fiesta junto a Jessie. –tomó a la más baja de un hombro– Tus travesuras pueden esperar.

Con sus dos amigas ocupadas, solo tenía a su hermana. Al mirarla pudo saber en que haría por su expresión.

¿Quieres ir con ellas? –dijo a Nita ganando su atención.

¡Si, quiero! ¿Puedo ir? ¡Por favor! ¡Las ayudaré y seré buena! –rogó una y otra vez hasta que vio sonreír al mayor.

Esta bien, ve con ellas. Les avisaré a nuestros padres. –su respuesta causó que Nita saltara alegremente hacia las otras dos jóvenes.

Ellas se despidieron y Leon volvió a su hogar sin nada por hacer. Ese día nadie estaría en los eventos por lo que no podría ir a entretenerse en las batallas. Al llegar encontró a Brock abriendo la puerta antes que golpeara, otro día que el extrovertido luchador no estaría en casa. Detrás de él, Bo lo seguía ayudándolo a llevar unas maquinas para la fiesta. La discusión de los adultos terminó al ver al menor, Leon ni siquiera los escuchó.

¿Ustedes también? –preguntó molesto el joven.

¿Lo dices por esto? –el de gafas mostró la maquina de luces que llevaba en sus manos– Si, nosotros también. Soy el mejor cuando se tratan de fiestas, no pueden no invitarme. –

Si, lo sé. Tu siempre andas metido en eso, pero ¿Tu también Bo? Pensé que las odiabas por lo ruidosas que son.

Todo el pueblo atará allí, solo iré para ayudar a organizar. –respondió el arquero indiferentemente.

Y luego se quedará un rato conmigo. –dijo contento Brock.

Yo no iré. –Leon se cruzó de brazos y esperó llamar la atención de alguno al decir eso.

Uno de los dos debe quedarse a cuidarlo, dudo que tu lo hagas. –Bo miró a Brock molesto de algo que el adolescente no sabía.

Agh, Bo, no me discutas por esto ahora. Intento que todo salga bien pero sigues regañándome. –observó al nativo que ignoró su comentario para acercarse al más joven.

Volveré para la noche, –habló con Leon dejando de lado al francotirador– ¿Dónde esta Nita? –

En la fiesta. –

No supo porque pero, luego de que se despidieron, los adultos volvieron a discutir. Quizás era por lo que dijo, no debería de haber dejado a Nita sola, a veces su padre era sobreprotector con ellos. Lo bueno era que tenía a Brock, el de piel oscura se había vuelto su preferido al ser más divertido. Aunque, últimamente, lo había notado más decaído desde que comenzaron a aparecer cada día las discusiones con el arquero.

Leon entró al dormitorio que compartía con su hermana y se tiró a la cama más baja en la litera. Aquel problema no era suyo, pertenecía al mundo adulto en el que todavía no estaba incluido aunque le faltara un año.

Acostado abrigado por las finas sabanas que lo cubrían hasta el pecho comenzó a ser vencido por el aburrimiento llevándolo lentamente a ser consumido por el sueño. A lo lejos pudo escuchar la música que hizo que sus parpados volvieran a abrirse, una señal de que el rey de las fiestas había llegado. En segundos, ya no escuchaba la música con la misma claridad que antes, estaba seguro que era su padre obligando a Brock a bajar el volumen.

Así estaba mejor, más fácil de ignorar. La noticia repentina del nuevo brawler arruinó su día. En realidad, él solo se negó a la diversión por sus celos. Era egocéntrico de su parte, pero no quería la atención de sus amigos puesta en otro brawler que no fuera él, sobre todo cuando se trataba de la joven pelirroja. La llegada de otro legendario significaba ser comparado, por lo que tenía nueva competencia. Quería ser el mejor y de alguna manera lo conseguiría.

Teenage Dream (Leon x Sandy) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora