Teenage Dream (Leon x Sandy) [Finalizada]

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Acostado sobre las sábanas, observando el techo de su habitación donde ahora habían montones de estrellas de papel pegadas por su hermana menor, pensaba en como podría haber hecho para evitar ese sentimiento de vacío que tenía con la ausencia del somnoliento brawler. Era difícil lograr que toda su concentración se ubicara en algo más que no fuera el beso. Inconscientemente, solía llevar a sus labios el dorsal de la mano y apoyarla justo entre dos dedos con tal de volver a simular aquel inocente beso.

Tenía la habitación solamente para él, había amanecido hace pocas horas y Nita aceptó una invitación de Penny para ir a las batallas de ese día. El silencio y la soledad lo invitaban a reflexionar sobre lo que sucedió. Estuvo demasiado tiempo pensando en aquella conversación donde querían ayudarlo a desquitarse hablando pero que terminó en gritos.

En aquel momento no había querido gritarle a Sandy, conocía lo mucho que le molestaba todo sonido que fuera más potente que su suave voz. Se arrepentía de que hubiera terminado de esa forma porque ahora mismo necesitaba escucharlo, su manera de hablar era tranquilizador, y no lo tenía a su lado para calmar sus preocupaciones.

Nunca le había puesto tanto valor, siempre había estado junto a él que ya pensaba que era algo que le pertenecía. Tuvo que perderlo para darse cuenta de la importancia que le había dado. Antes, nadie quería escucharlo o estar con el por ser molesto, sus amigos estaban allí a veces pero lo terminaban ignorando al hablar demasiado, hasta Jessie en algún momento buscaba irse al estar saturada con su voz; Ahora, desde la llegada de Sandy, pudo conseguir para él lo que Brock había conseguido, alguien que por razones cualquiera podía soportarlos. Eso acabó por enamorar al francotirador y creía que estaba sucediendo lo mismo con él aunque no lo llamaría amor.

Pocas veces había pensado en el otro joven de manera romántica y esas veces habían tenido puntos fuertes: aquellos pequeños detalles como los aretes, el pelo hasta los hombros, los brazaletes, no le gustaba que otros chicos fueran afeminados pero creía que en Sandy quedaban bien, mejor quedarían si no tuviera esas ojeras; obviamente, su paciencia, podía hablar y hablar de cualquier tema y el otro lo escucharía, lo único que llegaba a molestarlo era que hiciera bromas de mal gusto atacándolo a él o a alguien que no se lo merecía; era bueno peleando y podía seguir su ritmo, aunque no le agradaba demasiado que ambos pudieran hacerse invisibles con la diferencia que Sandy podía incluir a sus compañeros de equipo; también las veces que intentaba seguir sus juegos, adoraba que en vez de discutirle continuara con la broma y luego terminaran cambiando la conversación a todo momento, le resultaba divertido como a veces Sandy llegaba a entender mal lo que decía por el cansancio… no pudo terminar de nombrar en su mente todo lo que le gustaba de él. Estaba suspirando como un idiota enamorado cada vez que recordaba algo atractivo del otro. Tuvo que llegar a eso para darse cuenta de todo lo que le gustaba.

Necesitaba ayuda para hablar de ese tema otra vez. No iría con Brock, no quería escuchar los “te lo dije” cuando aceptara que estaba cegado por lo genial que era Jessie, tanto que no había notado la presencia de otro amor, quizás uno mejor. Era mejor apresurarse a buscar a Bo antes de que nuevamente se distrajera.

Pasó por el living evitando a Brock, tampoco era como si el adulto fuera a escucharlo por tener sus auriculares puestos y estar practicando sus bailes. Encontró la puerta del dormitorio de sus padres cerrada, dio dos golpes y, al obtener respuesta, entró con la cabeza gacha, avergonzado por tener que recurrir otra vez a ellos.

El mayor de sus padres estaba sentado en la cama con las piernas cruzadas, había interrumpido su meditación y no estaba molesto. Tímidamente se sentó frente a él e imitó la pose que tenía el adulto para luego comenzar a hablar.

– Otra vez necesito una pequeña ayuda con el amor... Perdón por interrumpir. –

– No importa más la meditación que mis hijos, ¿Qué es lo que te preocupa? –