Teenage Dream (Leon x Sandy) [Finalizada]

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Leon tuvo razón en dejarlo junto al grupo mítico. Los dos de ese grupo que tenían una vestimenta parecida a la suya fueron amables y estuvieron atentos a como se encontraba en todo momento. El único que estaba celoso de su llegada pero igual lo respetaba era Mortis, el vampiro quería la atención de sus amigos pero estaban más concentrados en el nuevo brawler que el otro asesino había traído sin previo aviso.

En menos de una hora el sueño se apoderó de Sandy y no cayó dormido al piso solo porque el sepulturero reaccionó rápido y lo atrapó. Con Sandy dormido en sus brazos lo llevó a su dormitorio y lo acostó en su cama de colores góticos. Esa noche tenía tarea que hacer en el cementerio y sabía que Tara y Gene podrían cuidar de él sin problemas. Tampoco era como si significara un desafío cuidar al legendario.

No tuvieron que hacer nada. Sandy no se despertó en medio de la noche o cuando amaneció, todo el día y la noche dormido. Tuvieron que interrumpir sus sueños o nunca se levantaría de la cama. Aún no entraban a la habitación del vampiro y la voz del amuleto de Tara ya estaba en la cabeza del menor molestándolo.

– Sandy, es hora de levantarse. –habló la escaramuzadora. Como no la obedecieron, su amuleto gritó logrando levantar a Sandy con un pequeño susto.

Pensando que era una pesadilla, se acomodó en la cama volviendo a cerrar los ojos. Al segundo, fue sacado a la fuerza de la cama por una enorme mano que atrapó casi todo su cuerpo y lo paró delante de los dos míticos. Luego de un pequeño balanceo recobró su equilibrio y miró a los adultos, no estaba tan cansado como las otras veces pero dormir demasiado dejaba su cuerpo relajado.

– Tienes visita. –la mujer fue directa y salió de la habitación hacia el pequeño living seguida por Gene y Sandy.

Quien lo esperaba era el mismo brawler con el que había soñado en su confuso sueño. Sentado en uno de los sillones morados, Leon ni se había percatado de su presencia al estar disfrutando de unas galletas con glaseado violeta que la mítica le había servido en un plato. Tara fingió una tos y el joven vestido como camaleón los miró.

– ¡Sandy, amigo, por fin despiertas! –habló con la boca llena y cuando se dio cuenta de la mirada fija de Tara en él tragó– ¿Dormiste bien o tienes que seguir invernando? –

– ¿Ahora somos amigos? –preguntó con una semisonrisa en su expresión relajada.

– Eres potencialmente un amigo. Tampoco puedo odiarte más que a Penny por lo que creo que entras en lo que considero un amigo. –llevó otra galleta a su boca y miró incomodo a los míticos– ¿Podrían irse? Esto es de legendario a legendario. –

Sandy observó a los que cuidaron de él apenado, el de piel morada insultó a Leon pero no se le entendió a excepción de su amiga que lo miró con odio y lo regañó mientras salían de la sala dándoles privacidad.

– No era necesario que los echaras. –habló y se sentó al lado del joven sigiloso que le ofreció velozmente una galleta que aceptó– Gracias. –agradeció en voz baja y observó la galleta en forma de murciélago antes de darle el mordisco.

– ¿Estas listo para conocer más eventos? –

– Agh, ¿otra vez? –mostró las pocas ganas que tenía de moverse apoyando todo su cuerpo en el sillón– No quiero, estoy cansado. –

– Deja de poner la misma excusa. Si no haces nada te quedaras gordito como Gene. Mira, desde aquí ya veo la grasa acumulándose. –tocó rápidamente la panza de Sandy y apenas lo escuchó reír apartó su mano. Con una malvada sonrisa, volvió a acercarse a él viendo los esfuerzos del más alto por cubrirse como insuficientes para defenderse de sus ataques– Así eres cosquilludo... –