Intriga

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La mañana siguiente fue de lo más aburrida, después del desayuno Mar tuvo que marcharse a una reunión familiar, y pase el resto de la mañana ayudando a Lu con su tarea del jardin de niños.

mis padres regresaron después de medio dia lo cual me sento de maravilla para irme a duchar y poder ir a casa de la señora Williams, me puse mi jeans de tiro alto deslavado y mi blusa blanca Levis junto con mis conversé Blancos, me hize un moño alto y baje a la sala de estar.

"Ding Dong"

—Aranaza ¿no escuchas el timbre? ¡Abre la puerta por favor! —mi madre gritó desde la cocina.

—¡Voy mamá!—no me moleste en ver por la mirilla y abrí la puerta.

—¡Hola! ¡Buena tarde! ¡Somos los nuevos vecinos! ¿Están tus padres? —

La mujer tenía en las manos un refractario cubierto con alumino y a un lado un señor de aprox uno ochenta de altura.

—Buenas tardes, si, si estan, espere un momento por favor— giré y me dirigi a la cocina donde mi madre metia unas papas al horno.

—Mamá, los nuevos vecinos te
— buscan—

No obtuve respuesta de mi madre, ella solo se quito el delantal, lo acomodo sobre la isleta, salio de la cocina y se encaminó hacia la puerta.

—¡Buenas tardes!— mi madre saludo.

— ¡Oh, vecina! Espero no haber sido inoportuna, somos Lilia y Roman Stark, nos mudamos hace unas semanas pero no habíamos podido venir a precentarnos—

—Mucho gusto soy Leonela e Isaac Smith— mi padre se acerco a la puerta para saludar.

—Traje un postre que prepare yo misma— ofreció a mamá el refractario.

—No se hubiera molestado señora Stark, pasen por favor— mi padre les ofreció entrar mientras que mamá se mantenia cautelosa.

Escuche los pasos avanzar hacia la cocina trate de escabullirme pero no tuve éxito.

—Ella es mi hija Aranza, es la mayor— mi madre me precento, salude tímida con la mano.

—Tu hija es hermosa Leonela— la señora Stark me sonrió.

—Aranza, ve por tu hermana para que baje a comer, por favor y para precentarla—

Subí por Lu, ella era más sociable que yo, por lo no dudó y bajo corriendo llena de curiosidad, cuando llegué seis de las ocho sillas del comedor estaban ocupadas, en una de ellas estaba Aquiles.

Mi madre sirvió pasta y papas horneadas, junto con un vino tinto de su reserva especial.

—¿Y a que te dedicas Aranza? — la señora Stark preguntó atrayendo la atención de todos los precentes hacia mi, lo que me hizo sentir incomoda.

—Estudio economía en la universidad del condado— sonreí.

—¿Encerio? Mi hijo se inclinó por esa carrera, disculpame no te lo he precentado— La señora Stark sonrió y miro a Aquiles.

—No hace falta mamá, conosi ayer a Aranza, cuando París le asusto en el jardín de la señora de la casa amarilla— Aquiles me sonrió y me guiño un ojo.

Le devolví la sonrisa.

—¡Dios mio! Ese gato sigue siendo una lata, pero mi hijo no quiere deshacerse de el—  lilia torció los labios con desagrado.

— ¡Pobre París! la señora Williams se apoderó ayer de el, estaba tan asustado, señora Stark ahorita le dare la barra de chocolate que le prometí a su hijo, el dueño de París—  Lu siguió con sus locuras, mi madre me dio una mirada de ¿explicame? Mientras los vecinos miraban a Lu con curiosidad.

El Chico De Al LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora