Invitación

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No me apetecio bajar a cenar, tome una ducha para tratar de relajarme y bajar los nervios, pero tuvo el efecto contrario. Me apresure a llamar a Mar.

Hola

El sabe. Yo... Se dio cuenta... Me quiere sola

¿Aranza? Si hablas asi no te entiendo nada

Trate de tranquilizarme, estaba en shock.

El dejo una nota en el regalo

¿Quien?

—El— intente atrapar mis pensamientos y contestarle con palabras concretas - La dejo junto a la caja de regalo-

Oh cielos. Dios mio. Oh, cielos. ¡Tienes un nuevo pretendiente! —Chilló.

¡No! —grité histérica.

¿Entonces? ¿Por un regalo estas  asi?

Me quede muda un par de segundos, acomodando las ideas en mi cabeza, y poder hablar con claridad.

Jared Stark, me mando un regaló con el libro que estaba observando en la librería, con una nota donde me daba las gracias por decirle a su hermano que fumaba. Y que deseaba volver a encontrarme sola

¡Dios mio! Cierra tu ventana, no le abras a nadie la puerta, y no salgas solá mañana paso por ti para ir a la universidad, trata de dormir. ¿Ok?

Si, Ok— fue todo lo que logre articular.

Me quede callada mirando el techo de mi habitación, mis ojos pesaban por el sueño pero me resistia a cerrarlos, maldeci a Mar un par de veces por haberme metido en tremendo problema, hasta que me quede dormida.

La mañana siguiente fue caótica. Me puse un jeans y una chaqueta negra que desempolve del armario, el clima era cada vez más frio. Mar paso a las siete y media de la mañana por mi para ir a tomar un cafe de Starbucks antes de ir a la universidad. Al entrar a la cafeteria caminamos hasta la unica mesa vacía, y nos sentamos.

—Bien, Entonces el chico con cara de Psicópata te dio un regaló ¿Cierto? — dijo Mar.

Asentí mientras de mi mochila extraía el grueso libro, y se lo ofrecía.

—Si, juntó con esta nota— le extendí la mano sobre la mesa y le entrege el papel.

—Veamos— extendió el papel y comenzó a leer en voz baja
— ¡Jesucristo! — Mar abrio sus ojos de par en par.

—¿Cres que sea una broma o debería preocuparme? —

—Hummm... Creo que le gustas al chico con cara de psicópata—añadió.

—¡Como cres! —proteste, mientras jugaba con mi taza de café.

—No creo que el chico sea capaz de algo malo, tranquila debe de ser una broma— Mar me miro directamente y entornó los ojos.

Después de tomar el café salimos hacia el campus, el resto de la mañana entre clase y clase pude olvidarme un poco de lo sucedido el dia anterior, Roberto no asistió por sus prácticas en el hospital, y Aquiles no lo vimos en toda la mañana....

(...)

—Aranza Smith—

Escuche mi nombre en un eco que se extendió sobre el salón donde me encontraba.

un templo.

—Aquí estoy— conteste con voz temblorosa, a pesar de que todos los presentes me observaban con curiosidad.

El Chico De Al LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora