CON ÉL NO

Lagrimas contenidas

- Adio Padino- se despedía Harry en brazos de Regulus.

- Adiós Harry- lo despidió sonriendo el ojiazul.

- Adio Seveus- despidió el niño al ojinegro también.

- Adiós- fue la respuesta del universitario.

- Volveré pronto- se despidió Regulus por su parte y luego se marchó con el niño.

Pasaron unos segundos sin moverse hasta que el ojinegro rompió el silencio.

- Tal vez yo también deba ir...- Severus no pudo terminar la frase porque en algún momento fue aprisionado por los brazos del ojiazul.

El ojinegro se quedó congelado podía escuchar con claridad el latir del corazón del otro y sentir la forma en que el cuerpo del mayor temblaba ligeramente.

- Sirius...- murmuró antes de sentir las lágrimas cálidas del otro caer sobre su hombro.

Era muy obvio que Sirius llevaba horas reteniendo esas lágrimas que ahora no podían parar de brotar de sus ojos.

- El esta tan grande...- murmuró con voz quebrada finalmente el ojiazul sin dejar de abrazar al menor- Lily estaría tan feliz de verlo...

- Lo sé..- respondió Severus acariciando torpemente con sus manos la espalda del mayor en un intento por consolarlo.

Sirius no dijo nada más y simplemente continúo llorando en silencio.

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James miraba con ansiedad la puerta esperando el regreso de su hijo.

No es que él fuera sobreprotector es solo que Harry era lo único que le quedaba de ella.

************************ Recuerdos de James ************************

Lily mecía al pequeño Harry recién nacido entre sus brazos con suavidad.

- ¿Estás segura de que está bien? Se ve algo rojo ¿Y si esta resfriado? Mejor volvamos al hospital- le decía un nervioso James a su esposa.

- James, Harry tiene una semana de nacido es normal ¿Podrías calmarte?- le pidió la pelirroja sonriendo.

- Lo siento- se disculpó el hombre apenado- es solo que... ustedes son tan importantes para mi...

Lily se acercó y lo beso suavemente.

- Harry está bien, confía en mí- le susurro con suavidad la chica de hermosos ojos verdes.

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James despertó al oír la puerta de su casa abrirse.

- Buenas tardes señor- saludó Regulus impresionado al verlo en casa- creí que salía más tarde hoy.

- Salí temprano- respondió el hombre de gafas observando al niño dormido en los brazos del universitario- ¿Harry tuvo problemas? ¿Comió bien? ¿Tuvo comezón?
Regulus sonrió.

- Harry está bien, confíe en mí- dijo el ojiplata sin percatarse de la manera en que sus palabras confundían a James.