CON ÉL NO

La ultima voluntad

Severus colocó unas rosas blancas sobre la tumba de su amiga mientras sonreía.

- Hola Lily- comenzó a hablar- me vengo a despedir- el chico saco el peluche de llavero en forma de perrito que siempre llevaba consigo y lo coloco también sobre la lapida- y vengo a devolverte esto, realmente me dio suerte.

El ojinegro cerro los ojos recordando todos los eventos ocurridos desde la muerte de su amiga.

- Hace cuatro años, el día de tu entierro yo me prometí descubrir el motivo por el que decidiste quedarte aquí y ahora finalmente lo comprendo, esta ciudad, sus ambiente es precioso, los edificios se ven tan imponentes y las casas parecen hechas de jengibre, es lugar muy bonito, con gente muy buena.

El universitario recordó a todos los que había conocido y sintió algo tibio invadir su pecho.

- James no es un mal tipo, solo es idiota, pero te amaba realmente, Remus ama leer tanto como yo, lo describiste perfectamente, sé que no conociste a Regulus pero ustedes se hubieran llevado muy bien ya que tienen una personalidad parecida- el chico se rió- y jamás lo admitiré frente a él pero Sirius realmente tiene los hermosos ojos azules que describiste.

- Gracias eso ayuda a mi autoestima- habló el mismo Sirius Black a sus espaldas.

- ¿Qué haces aquí?- indago avergonzado el pelinegro por su anterior confesión.

- Reg me dijo que te ibas a ir sin despedirte y no podía permitirlo.

- No veo el motivo por el que te sientas en obligación de hacerlo.

- Salvaste mi vida aquel día, me perdonaste cuando ni yo mismo lo hice, tu y yo estamos más conectados de lo que crees.

- Lily tenía razón eres extraño- el menor decidió marcharse pero el otro lo detuvo agarrándolo del brazo.

- Antes de que te vayas al algo que debes saber, necesito contarte lo que ella me dijo antes de morir.

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Sirius sentía su cabeza a punto de explotar, el abrir los ojos le llevo un gran esfuerzo y al terminar de hacerlo se arrepintió al instante, todo lo que podía ver eran trozos de vidrio y piezas de auto rotas, estaba de cabeza y quiso quitarse el cinturón de seguridad para liberarse de su asiento pero lo analizo mejor y llego a la conclusión de que no era conveniente en ese momento.

- Si…Sirius- escucho la débil voz de su amiga.

“Es cierto, Lily venía conmigo” pensó volteando la cabeza en dirección a la pelirroja con dificultad.

- Lily lo siento- dijo con voz llorosa al ver el estado de la mujer.

La ojiverde aunque también estaba atrapada de cabeza en su asiento gracias al cinturón, se veía golpeada y tenía una gran herida en su cabeza.

- Esta bien, tranquilo- le intento calmar ella sonriendo- necesito que me escuches por favor.

- Pero Lily es mi cul…

- Sirius no voy a resistir mucho, por favor solo… solo escúchame…

El ojiazul asintió conteniendo sus ganas de llorar.

- James… Harry…- a la pelirroja le costaba hablar- cuídalos…

El castaño asintió nuevamente recibiendo otra sonrisa de parte de la agonizante mujer.

- Sirius por favor… dile a mi amigo... dile a Severus que sea feliz... el siempre.... se preocupaba por mi... pero yo... fui muy feliz....

El ojiazul alargo su mano hasta tomar la de la mujer, en un intento inútil de mantenerla con él.

- Por favor... cuida a Severus...

- Lo prometo linda- respondió el hombre recibiendo una sonrisa por parte de la chica como respuesta.

Luego la mano de Lily dejo de apretar la suya y sus hermosos ojos perdieron el brillo de vida.

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- Ella siempre se preocupo por ti- el ojiazul soltó su brazo- tu bien fue su ultima voluntad.

- Gracias Sirius- el ojinegro miro la lapida en la que relucía el nombre de su amiga- enserio gracias- murmuro antes de marcharse.

Sirius por un segundo creyó ver la imagen de Lily sonriendo agradecida junto a él pero al instante se desvaneció.