CON ÉL NO

Quisiera que te quedarás

James bajo a desayunar, era su día libré y podría pasarlo con Harry lo cual lo haría muy feliz.

Hizo jugo de naranja, un par de huevos revueltos y tocino, luego comenzó a servirlos justo a tiempo antes de que el pequeño y adormilado Harry bajará las escaleras tan despeinado como siempre.

- Buenos días dormilón- saludó el hombre a su hijo- acércate a desayunar.

- ¿Dónde está Reg?- indagó el niño buscando al ojiplata con la mirada.

- Hoy es su día libre- contesto James antes de comenzar a desayunar.

- ¿No va a venir hoy?- preguntó Harry con mirada triste.

- No, hoy estoy yo para cuidarte- contesto el hombre de gafas alegremente pero se preocupo al ver la expresión de tristeza en el rostro del niño- ¿Qué pasa? ¿No te agrada que te cuide yo?

- Si me agrada estar con api pero quero ver a Reg- explicó el niño muy triste.

James se sintió incómodo y desesperado, odiaba ver a su hijo triste.

- Tal vez.... tal vez podamos llamarlo a ver donde esta- dijo James obteniendo una sonrisa de su hijo en respuesta.

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Regulus se encontraba en una heladería con Severus cuando su celular sonó.

- Buenos días- respondió el móvil ante la mirada curiosa de Severus.

- Buenos días Regulus- se escucho la voz ronca de James al otro lado de la línea.

- ¿Señor? ¿Sucedió algo con Harry? ¿Está bien?- preguntó preocupado el chico.

- No, Harry está bien... Es solo que... Dice que quiere verte y parece muy triste...- el hombre se escuchaba angustiado.

- Bueno yo... si usted me lo permite podría ir a verlo unos minutos...- sugirió el ojiplata nervioso.

- Si no es molestia eso sería de mucha ayuda.

-No es molestia alguna- Regulus sonrió alegremente.

- Te esperamos entonces- concluyó el mayor y luego cortó la llamada.

- Tengo que ir a ver a Harry, parece triste y el señor James no sabe porque- le dijo Regulus a su amigo antes de levantarse de la mesa.
Severus se levanto también y lo tomó del brazo.

- ¿Sev qué pasa?- preguntó el ojiplata preocupado.

- Yo...yo...- "no quiero que te vayas con ellos, quiero que te quedes conmigo" pensó en sus adentros el ojinegro.

- ¡Ah ya entendí!- expresó Regulus sonriendo- También quieres venir ¿Verdad?

Severus suspiró resignado, a veces ni siquiera su amigo lo comprendía.

- Si- contesto finalmente.