XV

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Wanda sonrió mientras miraba a través de un espejo lo que ocurría con Anthony, pero la imagen se volvió difusa rápidamente cuando Lucifer entró a la estancia, Lucifer...Que nombre tan idiota le habían colocado a su hermano, era mejor llamarlo

Stephen Strange.

Una sonrisa se colocó en su rostro al igual que en el de Stephen, ya sabía lo que había ocurrido con ese estúpido e inferior animal.

—Me gusta cómo estás trabajando con Víctor Von Doom y Pepper Potts, nunca pensé que ella sería tan perra para dañar a su novio.

—No hay nada que un poco de dinero pueda mover ¿No? 

La pequeña bruja se movió hacia el lado de Strange quien sonrió con sorna para pasar un brazo tras su cintura y atraerla hacia su cuerpo. 

—Pero yo no te conseguí con dinero, pequeña brujita -un dedo paso por los labios de la pelirroja quien rió en voz bajita y mordió la piel juguetonamente- yo te moví con algo mucho mejor ¿No, pequeña? 

—El sexo contigo es muy bueno, sí, y eso no lo podíamos tener en el cielo. Tienes razón me conseguiste con algo mucho mejor. 

Stephen rió para tomar los labios de Wanda entre los suyos y comenzar a besarlo, las manos de la chica ágiles como siempre rápidamente fueron a parar a la camisa del pelinegro para empezar a desabrochar sus botones mientras que él no se quedaba atrás.

Sus manos acariciaban la cintura y cadera de la pelirroja quién sonrió intentaba por todos los medios no gemir, aunque claramente aquello no funcionaba. Una caricia en el momento de Stephen y una mordida en el pezón derecho del pecho de Wanda basto para que la pasión de desatase. Solo necesitaban el calor de sus cuerpos y una cama para hacer su deseo carnal realidad.

Y aunque Lilith lo negase mil veces, ellos dos podían descongelar el frío del infierno con solo tener sexo candente en cualquier lugar de aquel lugúbre túnel.

Sus sentidos se encontraban dispersos, a veces volvían y lentamente volvía a caer a negro, aún no podía entender que es lo que pasaba, lo último que recordaba era a Steve

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Sus sentidos se encontraban dispersos, a veces volvían y lentamente volvía a caer a negro, aún no podía entender que es lo que pasaba, lo último que recordaba era a Steve.

Steve entrando con una imponentes alas color blancas y doradas  en las puntas, sus alas eran simplemente perfectas, formaban tres capas diferentes. Recordaba como se había acercado a él y con cuidado lo había desposado, y su fiebre había comenzando a subir, sudaba frío, intentaba hablar pero no podía y una descarga eléctrica ocurrió cuando Steve le había vuelto a colocar el reactor en el lugar donde iba.

Como si conociera de toda la vida que es lo que debía hacer y cómo debía actuar en casos así.

El efecto de la droga estaba comenzando hacer efecto, su consciencia iba y venía pero sabía que en cada minuto llamaba al rubio, susurraba su nombre intentando que se quedará con él, que no se fuese de nuevo.

«¿Qué sucedió?
—Pelea de nuevo con Pepper, lo normal, angelito no te preocupes
—Deberias dejar de pelearte con ella, luego llegas enojado y no me gusta verte así.

Una sonrisa coqueta y un bufido se escucharon en la habitación
—Siempre te elegire a ti, Steve»

«—Steve, angelito, ¿Dónde estás?

El castaño se quitó el saco para dejarlo encima de su cama junto con la corbata, empezó abrir los botones de su camisa cuando sintió una ráfaga de viento en su espalda.

—¿Qué sucede Anthony?
—Vaya, pensé que no aparecerias

Un bufido se escucho detrás de él y una pequeña risa de burla salió de sus labios.

—¿Tienes mejores cosas que hacer que estar con tu protegido?
—La verdad no, estaba cuidando de Thor en la misión que estaba teniendo pero ya terminaron
—¡Pues bien! Es hora de que estés conmigo

Una risita feliz salió de sus labios y una sonrisa alucinante apareció en el rostro del ángel guardián.»

Abrió sus ojos cuando sintió algo helado en su frente y vio unos ojos verdes mirándolo

—Steve...
—Tranquilo Tony, vuelve a dormir -susurro Loki-

El castaño negó la cabeza mientras intentaba incorporarse pero el pelinegro se lo negó

—No, aún estás exhausto. Debes descansar

Trago en seco mientras cerraba sus ojos nuevamente, cayó rendido mientras Loki volvía a colocarle paños fríos en su frente.

Solo esperaba que Steve encontrará prontamente los responsables.

«—Tony, ya no nos podemos ver más
—¿Dejarás de ser mi ángel guardián?
—No, no es eso, Tony estamos en peligro y no te puedo colocar en peligro a ti, solo...por favor

Negó con la cabeza apartándose del rubio y cruzándose de brazos
—¿Y que haras angelito? ¿Borrarme la memoria? ¿Ocultar el hecho de que te puedo ver, escuchar y conversar contigo?

El angel tragó en seco mientras se acercaba a Anthony colocando dos dedos en su sien

—Lo siento tanto, no quiero esto suceda pero...
—Steve, no.
—Anthony Stark, desde este momento tus memorias quedarán bloqueadas sobre mi aparición en tu vida
—Steve, no lo hagas

El castaño se intentaba safar pero simplemente no podía, el angel lo tenía muy bien sostenido

—Olvidaras cada vez que me viste y si alguna vez me vuelves a ver tu memoria nuevamente será borrada sin afectar ningún otro recuerdo, no recordarás a tu ángel guardián ni su nombre.

—Steve...

—Te amo, perdóname, pero debo protegerte.

Y cuando Steve se alejó, Tony se desvaneció, el ángel lo tomó antes de que cayera y con cuidado lo llevó a su cama.

Todo lo hacía por él»

—Ángel...Steve

Susurraba Tony en su fiebre, comenzaba a recordar de a poco lo que sucedía con Steve mientras que su ángel volaba por las calles de New York buscando a los responsables.

Un ángel enamorado {Wattys 2019} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora