Vanilla love [Springles]

Capítulo 10 "Entrenamiento"

La cocina era un auténtico campo de guerra, el azúcar estaba por todos lados y Jean ya era un candidato para tener diabetes.

-¿Te gusta está mezcla? ¿Qué me dices de esta otra?
-No más... chocolate...
-Entonces haré algo con vainilla.
-Cielos, amigo. Vas a matarme.
-Perdón estoy nervioso... el concurso comienza en una semana y yo...
-Eres el mejor repostero de toda la maldita ciudad pero con el premio tendrás que pagarme el dentista.
-Ni loco, ya tenias caries antes de mí.
-Está bien... está bien...
-Jean... tengo que ganar esto si o si. He invertido mucho y si pierdo no se me ocurre otra solución para ayudar a mi padre con los gastos.
-Ganarás, tendrán que ser unos idiotas esos jueces para no darte el primer lugar a ti, hermano.
-Me alegra tenerte aquí.
-Para eso son los amigos.
-Amigos- el recuerdo entró como una bala- uff...
-¿Qué pasa?
-No he llamado a Sasha, creo que ya debió olvidarme.
-Tengo una idea.
-Tú siempre tienes ideas locas.
-Pero funcionan.
-Nombra una.
-La vez que... no esa no. Ah pero que me dices del día en que... no ese día se te incendió el pelo... entonces - se rascaba la cabeza pensando en un día en que sus ideas no terminarán mal o con quemarme el pelo.
-¿Te das por vencido?
-Dame la oportunidad de que esta termine bien, hombre.
-Bueno, dime tu idea.
-A Sasha le encantan estas cosas. ¿Por qué no le provocas caries a ella?
-Eso suena a...
-Tendrás tiempo con ella sin descuidar tu entrenamiento y yo podré tener un descanso. Ya no suena tan mal. ¿Verdad?
-Creo que tienes razón pero hay un problema.
-Oh por favor. Eres el hombre del "pero" ¿Acaso?
-No la he llamados en todos estos días. ¿Crees que quiera tener una cita conmigo?
-Uhmm pues... si. Dejame eso a mí.
-Mejor así la dejamos.
-Vamos...
-Yo lo hago, Jean. Tu eres capaz de que se vuelva a ir sólo para no verme nunca más.
-¿Qué dijiste? No te escuché claro, estaba mandando un mensaje a Sasha para que se vean hoy.
-¿Es enserio? - me morí en ese instante -¡Jean estás loco!
-Pero te conseguí una cita, te ve en la estación en una hora.
-¿Y qué se supone que le diga?
-Eso ya es tu trabajo mi estimado amigo.
-Uff al menos no se quemo nada hoy.
-¿Tus galletas deben oler así?
-Mierda, ya se quemaron.
-Arregla eso, nos vemos.

Él salió de la casa y yo me quedé solo a limpiar un poco del desastre.

-Oh no, toda la vainilla se derramó en el piso tendré que comprar más.

El teléfono vibró y era Sasha avisando que ya iba de salida.

-¿Qué hago? - me hice nudos- tendré que limpiar esto luego.

Sólo me dio tiempo quitarme el mandil para luego salir corriendo hasta la estación donde Sasha llegaría para nuestro encuentro después de días sin hablar siquiera.

Era extraño, antes de verla acercarse sentía tanto caos dentro y fuera de mí pero a medida de que se acerca la tranquilidad llega. Yo soy un desastre y ella parece tan ligera en la vida.

-Hola, Connie.
-Hola... gracias por venir.
-Creí que te habías olvidado de mí.
-No... no... han sido días difíciles solamente.
-Entiendo... bueno. ¿Cuál es el plan de hoy?
-Comprar vainilla.
-Oh no imaginé eso pero no me desagrada nada.

Diablos, Connie... ¿Es lo mejor que se te ocurrió?

El camino de la estación al supermercado fue un poco difícil, me arrepentía de tener que hacer de esta cita una salida para hacer las compras.

1 hora después...

No fue tan mal, ella me mantuvo ocupado conversando mientras yo hacía la lista del mercado.

-¿Cómo ha estado tu mamá?
-Bien, le han dado un nuevo tratamiento.
-Se pondrá bien.

Su sonrisa era sanadora... necesitaba ese apoyo en esto desde hace mucho. Jamás debí olvidar que Sasha tenía ese poder de arreglar un mal día con su vibra dulce y sencilla.

-Por cierto, Connie. ¿Tendrás una comida familiar o por qué esa lista?
-Ah verás - abría la puerta de mi casa - pienso participar en un concurso de repostería y estoy prácticando un poco.
-Oh vaya... suena dulce.
-¿Quieres tomar algo?
-Uff si hace bastante calor.
-Voy enseguida.

Cruce la cocina para buscar un vaso. Ella iba detrás de mí un poco desconfiada. Es la primera vez que viene.

-Si que has practicado mucho.
-Perdón por el desorden.
-Ah no te preocupes, dejo peor la cocina cuando yo cocino. Mi madre se vuelve loca siempre.
-Aquí tienes... ahh...

Mientras caía sólo podía pensar en el estúpido charco de vainilla que dejé en el piso.

-Connie...
-Perdón... ¿Estás bien?
-Si... si... Uhmm sólo dejame levantarme.
-Oh que tonto soy... espera...

Nunca olvidaré lo pegajosa que puede ser la vainilla porque por arte de la casualidad su mano y la mía se unieron por la fuerza de esa vainilla y nuestra cercanía fue absoluta.

-Te ayudaré a limpiar.
-Puedo prestarte ropa.
-No te preocupes, mejor vamos a darnos prisa.

¿Es eso rubor? ¿Así se ve Sasha con rubor?

Uff es preciosa...

El momento sería inolvidable para mí. Sin importar la distancia, Sasha siempre me parecerá tan increíble como el día en que la conocí en ese pasillo.

La limpieza terminó más rápido entre los dos, no es exactamente lo que llamarían cita pero su risa hace grandioso hasta el momento más simple.

-¡Terminamos!
-Realmente te debo esto, Sasha.
-Nada es gratis, me debes una provadita de esos bocadillos.
-Claro que si, aprovecho para pedir tu opinión.
-Bien pero soy muy estricta cuando se trata de comida.
-Uhmm me siento confiado.

Ella tomó el recipiente y comenzó a probar los bocadillos que Jean ya no pudo comer.

-Mmm mhm sabe excelente.
-Uff eso es genial.
-Sabes, Connie... yo también me he apuntado en ese concurso.
-¿Qué?
-No me dejaré ganar en absoluto.

Decía con gracia mientras acercaba un bocadillo a mi boca.

¡Hora de los datos!

Dato 1: El bocadillo ya tenía una mordida de Sasha... ¿Es beso indirecto?

Dato 2: Sasha ignora los motivos de Connie para ganar ese concurso así que no será sencillo.

Dato 3: Jean está en el dentista justo ahora. En realidad no servirá de mucho ya que Connie lo usará de sujeto de prueba nuevamente y con más rigor. Recen por los dientes de Jean.

Dato 4: Connie sigue helado por la noticia de que la chica que le gusta será su rival en ese concurso importante. ¿Quién ganará?