Capitulo VIII

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- Gracias. - respondo sin saber que decir. El me mira con algo de pena, al parecer esperaba que yo le dijera lo mismo. - ¿Donde has estado? - le digo con voz calma y suave.

- Bueno, eso solo puede preguntarme mi novia ¿no lo crees? - me dice con una sonrisa de lado.

- Lo siento, no sabia que tenias novia - le digo. Siento una punzada en mi estómago ¿porque me importa que diga eso?

- No la tengo-

Me atrae hacia el y yo me relajo, me besa una vez mas. Sus labios tibios se mueven lento y me hacen querer mas. El se levanta y me agarra de la cintura tirándome en la cama, intensificamos el beso y yo enredo mis piernas en sus caderas.

Nos separamos - Si no paramos ahora, no podré aguantar las ganas de hacerte cosas que no quieres saber- me dice .

Me sonrojo y el me ayuda a sentarme en la cama - Lo siento, yo... - empiezo la frase pero no se si quiero terminarla. - Soy virgen - le digo tapándome la cara.

Tuve ex's pero nunca los había dejado llegar tan lejos. Tenía la idea de casarme primero, pero ahora, no se si algún día eso se cumpla.

Me saca las manos de la cara y apenada bajo la cabeza para no hacer contacto visual. Hace que me pare y de un momento a otro me arranca la blusa. Escucho la tela romperse y me sobresalto. En ese mismo instante me baja la falda. Y quedo en ropa interior.

Siento que respira en mi espalda y yo me siento extraña. Estoy algo excitada.

 Empieza a acariciar mi espalda bajando a mis glúteos. Lo agarra con una mano y me toca de manera delicada pero posesiva. Un gemido en susurro se me escapa y el baja su mano a mi entrepierna. Toca mi zona intima y nota que esta mojada. Escucho su respiración fuerte y lo detengo.

Me doy vuelta- No estoy segura de querer hacerlo - le digo tragando con dificultad. 

Sus ojos encuentran los míos y se levanta para besarme en la frente. - Será mejor que me vaya nena- me dice  calmo. 

Asiento y él me deja allí en ropa interior.

Me visto pensando en los nervios que me da haberme metido en esta situación. Verlo a los ojos y su agarre en mi cintura causando electricidad por todo mi cuerpo, causándome dolor de estómago ante su  simple tacto. Este hombre causaba algo en mi que no sucedía hace mucho tiempo en mi interior. 

Salgo de la habitación con ropa deportiva. Necesito correr, despejar mi mente. El deporte en si, jamás me ayudó. Pero correr era distinto, se sentía abandonar las ideas. Y eso era lo que quería hacer, olvidarme de todo por unos minutos. 

Zarek esta en la entrada de la casa en una llamada, yo paso por su lado y el me ataja por la cintura.  Bajo  la cabeza. 

- ¿Donde demonios vas? - me mira confuso.

- Solo a correr, no he salido desde que me atacaron- le digo mirando al piso. Si el quiere que solo acate sus ordenes , eso  haré.

-Si y recuerdas lo que pasó - me dice enojado. 

Me doy la vuelta soltando un suspiro y el me detiene por el hombro. - Espera, iré contigo- Yo alzo la cabeza y lo miro con entusiasmo. El me sonríe - me cambio, y nos vamos- 

Asentí con gusto y esperé que volviera. Quizás es bueno que el este cerca mío, cuando corro no presto atención a las personas. Asi que no sera un estorbo, y menos una distracción. Me permitirá hacer lo que me gusta y estar segura. Trato de verlo de la mejor manera que mi situación me lo permite.

Vuelve con un short negro deportivo, zapatos de correr y sin camiseta. Me sonrojo y el al verme estalla en carcajadas. Su risa es hermosa, tiene la voz mas bella que he oído. Su cuerpo atlético me hace ver como una debilucha, después de todo, eso soy. - Vamos- .

Salimos a correr por el bosque, siento su pisada muy lejos mío, pero de un momento a otro vuelve a mi lado. Me agarra de repente y yo sin pensar suelto una risa, es mi risa. Esa que no escuchaba hace tiempo, y ahí estaba, resonando en mi garganta viéndolo  a el correr conmigo. 

Me dejo llevar por el bosque como si fuera una dama en apuros. Así me hace sentir, como si estuviera en apuros, pero a salvo a su lado, y de cierta forma así era. Ambos reímos cuando el esquiva árboles al último segundo. - Me vas a hacer daño - le grito riendo. 

- Nunca- me responde con una sonrisa. 

Después de un rato de jugar a quien es mas rápido y dejarme ganar en todas volvemos a casa. Yo, sudada por completo. El parece que no hubiera hecho nada.

- ¿ Porque no sudas? - le digo y el me abre la puerta de casa. 

- Porque no me canso - me dice concentrado en su celular. No entiendo como no puede cansarse, estuvimos horas haciendo ejercicio. Me  cargo por kilómetros. 

Se va a la cocina y yo quiero ir a ducharme. 

Elijo mi ropa que consiste en una playera crema, una pollera negra y mis sandalias negras. 

Me dirijo hacia la cocina y el está cocinando unos panqueques. A su lado veo miel, moras y fresas. 

Me siento en la butaca como niña pequeña y el viene con los panqueques, me sirve en un plato y me da un beso en la frente. Yo sonrío y arrugo la nariz. Como el plato en silencio y el recibe una llamada. Tiene muchas llamadas, todo el tiempo. Cada vez que lo encuentro solo es porque tiene una llamada. Me parece extraño porque no se ni siquiera de que trabaja. 

Vuelve a mi - Pequeña, vamos a tu apartamento ahora, recoge tus cosas y dile a tu amiga que vaya para allá. - me dice .

Me bajo de la butaca y lo sigo al Jeep. - ¿Me prestas tu móvil? el mio quedó en el apartamento- le digo mirándolo. Me lo pasa y marco el número de Svet. Si sabía que me lo daba así de fácil hubiera llamado a Svet antes para no preocuparla. 

Suena y atiende - Svet, soy yo, Alba - hay un silencio del otro lado y luego me doy cuenta que esta sollozando.

- Donde estabas Alba, donde estas por favor ,dímelo - me dice en tono de desespero. 

- Tranquila Svet, mi móvil  lo perdí el dia en que me fui, ve a mi departamento, te lo contaré con detalles - le digo tratando de tranquilizarla. 

- En 5 minutos estoy allá- me dice y cuelga.

Le devuelvo mi móvil con algo de tristeza - Lo siento pequeña - me dice en voz baja. Lágrimas comienzan a caer por mis mejillas. 





En tus brazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora