A la mañana siguiente, Irene despertó asustada al no sentir el cuerpo de Seulgi junto a ella, pero el ruido de la televisión la tranquilizó. No había sido un sueño después de todo, su novia seguía ahí.
Salió de su habitación apenas se colocó las zapatillas y se llevó una linda sorpresa al ver a Seulgi con su teléfono en la mesa esperándola para desayunar.
-¿Qué hora es? -Seulgi tenía el cabello húmedo y estaba vestida con ropa distinta a la que usaba el día anterior.
-Casi las diez -respondió, notando que Irene la miraba de arriba a abajo- Desperté temprano y antes de meterme a la ducha bajé al estacionamiento porque recordé que tenía ropa en mi auto.
-¿Cómo dormiste?
-Bastante bien, ¿y tú?
-Bien, hasta que sentí que ya no estabas en la cama... -Irene se sentó junto a Seulgi con las mejillas levemente sonrojadas, no sabía la razón pero se avergonzaba por la forma en que Seulgi la miraba- ¿No tienes que ir a trabajar?
-No tengo mucho que hacer ahí hoy así que no hay problema con que no vaya un día. Además, quiero acompañarte a dejar tu renuncia, no quiero que vayas sola.
[...]
-Primero iré a recursos humanos a dejar la renuncia y luego sacaré mis cosas de la oficina, puedes esperarme ahí si quieres -dijo Irene cuando las puertas del elevador se cerraron.
-Ya te dije que no te dejaré sola -repitió Seulgi, esta vez tomando la mano de Irene para asegurarse de que no la dejase atrás.
Dejar la renuncia no fue un gran papeleo a decir verdad, lo que fue un alivio para ambas, mientras más rápido salieran de ahí, mejor.
-Lamento mucho que hayas tenido que recurrir a esto.
Seulgi veía como Irene vaciaba los cajones de su escritorio, sabía que estaba de acuerdo con renunciar, pero también sabía que le dolía dejar aquello que tanto le había costado.
-Hey... -Jennie apareció en su oficina antes de que Irene pudiese decir algo- Quizás suene raro pero me alegro de que hayas renunciado.
-Era la única opción que me quedaba después de todo -Irene se dejó caer en la silla que había usado tanto tiempo y miró con un poco de nostalgia la oficina- Solo espero que no te vaya a pasar algo a ti ahora que estarás sola -le dijo a Jennie.
-No te preocupes por mí, si llegase a ocurrirme algo serías la primera en saber. Pero de verdad me alegra que por fin hayas tomado esta decisión.
Irene sonrió y miró de reojo a Seulgi, que parecía ajena a la conversación.
-La verdad es que mi novia tuvo que ver en mi decisión.
-¿Novia? -Jennie pareció pensarlo un segundo, pero después giró su rostro emocionado hacia Seulgi y luego hacia su amiga- ¡Por fin son novias! -comenzó a reír- No sé cómo no lo noté antes, por eso no estás con tu cara de amargada de todos los días.
-¡Jennie!
-Siempre te dije que lo que te hacía falta era el sexo.
-¡Cállate!
Seulgi solo se sonrojó al escuchar todos los comentarios de Jennie relacionados al sexo, pero debía admitir que era divertido verla discutir con Irene. Además, estaba feliz de que Irene por fin pudo encontrar a alguien más aparte de Wendy para confiar en ella, estaba tranquila al saber que su novia estaba acompañada de buenas personas.
Las chicas dejaron de discutir cuando la puerta de la oficina se abrió de golpe.
-¿Cómo es eso de que renunciaste?
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‹ Bangs › Seulrene
Fanfiction‹Quizás haber entrado en aquella cafetería fue lo mejor que Seulgi pudo haber hecho› Seulrene ✨