Ocho noches de terror - BTS - TaeKook

Noche 07 - Parte 02

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Las imágenes traumáticas lo seguían acorralando pero ese perfume tan masculino desviaba muy fácilmente sus pensamientos hacia Taehyung y lo guió hacia donde se encontraba como un lobo que sigue un rastro. Se quedó de pie en el umbral de la puerta de la cocina notando la facilidad con la que cortaba los vegetales, sabía cocinar, le podría cocinar a sus hijos sin problemas mientras que él saldría a trabajar como un loco para poder darle todos los gustos a la familia que tendrían juntos.

—Oh, estás ahí, ven, acércate.

La invitación de Taehyung era perfecta y sin dudarlo caminó hasta quedar a su lado y probar de la cuchara que le estaba ofreciendo el castaño. Estaba delicioso y solo era una simple sopa, dios, lo perfectas que eran esas manos, lo suaves que se sentían. Suspiró frustrado al no poder abrazarlo por detrás y llenarle de besos el cuello mientras el adverso terminaba de preparar la comida. Tal vez morderle el cuello también.

Ambos se sentaron en el sillón a beber la sopa, Taehyung había prendido la televisión para que hubiera un poco de ruido en el ambiente ya que estaban en silencio. ¿Qué podían hablar si ninguno salía del asombro del lío en que estaban metidos? JungKook no quería que su amigo se enterara de nada y por culpa de Jin lo sabía todo. Sorbió un poco de la deliciosa sopa creyendo que su amigo tal vez le tenía miedo, pero al mirarlo de reojo estaba igual que siempre, es decir, estaba muy cerca de él como si no le importara invadir su espacio personal, aquello lo tranquilizó porque solamente una persona a la cual se le tiene mucha confianza se le da ese privilegio.

Mirándolo un poco mejor, aquella noche estaba más lindo que nunca. El cabello estaba algo alborotado, sus bermudas abuchonadas le daban un aspecto descontracturado y la remera holgada permitía que una de sus clavículas tomara aire. Era tan sensual con tan poco, Taehyung era una persona que era naturalmente bella, que no necesitaba estar aseado ni con ropas caras para despertar un deseo sexual, de hecho como estaba en la línea que divide lo femenino de lo masculino es que todo el mundo podía sentir una ligera atracción hacia él. Su anatomía era una mezcla justa de ambos sexos y lo excitaba mucho. No podía evitar cuestionarse una cosa.

¿Sería tan bueno hacerle el amor como en sus fantasías?

—¿Te encuentras bien?

JungKook se sobresaltó y se le cayó el tazón al suelo.— Ah... Lo siento...

Taehyung se levantó y fue por un trapo mientras el chico levantaba los pedazos del bol roto. Regresó y limpió el caldo derramado sin darle mucha importancia— ¡Descuida! Es solo vajilla, no es importante. ¿Pero sabes qué? Creo que es suficiente por hoy... necesitas descansar.

Y la realidad es que sí, porque aún le temblaba el cuerpo, no del frío si no del miedo que le provocaba que Jimin se hubiera convertido en un asesino tan cruel y demente como para poder comerse unos cuantos úteros crudos. Pero ya no quería pensar más en esos episodios, necesitaba dormir y que mejor que darse cuenta que Taehyung lo estaba conduciendo hacia su habitación.

El cuarto contaba con una cama de una plaza, un gran escritorio a un lado repleto de libros, cuadernos y anotaciones y una mesa de noche con una pequeña lámpara, bastante masculino y simple era el dormitorio. El dueño de la casa abrió las sábanas e hizo que se acostara, lo arropó con cuidado y lo observo como si quisiera decir algo pero no lo hizo, al menos no lo que tenía en mente.

—¿Apago la luz?

—Deja ésta encendida.—Musitó JungKook refiriéndose a la del velador.

La oscuridad de esa manera no sería plena y creía que así iba a poder descansar a la perfección solo que a la primera que cerró los ojos un remolino de imágenes y sonidos grotescos llegaron a su psiquis haciéndolo dar un grito. Taehyung entró al cuarto asustado golpeándose la rodilla con la cama.