Noche 04 - Parte 02

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A los pocos minutos ya estaban tanto JungKook como Jin rumbo a la casa de verano de Rose, a las afueras de Seul. Quien manejaba estaba hablando sobre el clima y la confianza que le había tenido NamJoon para dejarle ese traslado a él pero JungKook paseaba la vista por las calles, apretando sus manos, tratando de disipar esos celos bobos que nacían cada vez que Taehyung le dedicaba una sonrisa a alguien que no era él, pero lo peor es que le había dedicado un reto de madre mientras que a el tipo que estaba sentado a su lado se llevó toda su amabilidad. Sin darse cuenta comenzó a morderse las uñas, lo peor de todo era que ahora Taehyung tenía el teléfono de Jin por culpa de esa tarjeta de mierda, es como si le hubieran coqueteado a su amor delante de las narices.

.... Y es bonito...

JungKook miró de golpe al conductor— ¿Quién?

Ahora si me escuchas...— Rió de manera extraña, es decir, él tenía una risa rara pero Jin parecía que se estaba ahogando cuando reía, a JungKook no le importaría que se tragara la lengua excepto porque chocarían. —Taehyung.

Bien, ahora si podía tragarse la lengua o él se la haría tragar a la fuerza.

Respondió con un quejido que podía ser interpretado como si no le importaba eso, pero la realidad es que estaba clavándose las uñas en un brazo para no golpearlo.

Debe ser de esos chicos delicados ¿Verdad?

¡No! Taehyung podía parecer a simple vista que era una damisela en peligro, pero en realidad era un dragón. Tenía un carácter fuerte como cualquier hombre de su edad, pero no quería decírselo puesto que se negaba a la idea de que lo conociera en profundidad— Sí, le gusta que le regalen flores...— Murmuró descuidadamente, le diría todo al revés, es decir todo lo que su amigo odia.

¿Eso es cierto o juegas conmigo? — Parpadeó confundido Jin.

También le agrada que le digan que es lindo y que lo traten como alguien delicado— Asintió varias veces recordando que una sola vez trató de cargarlo en su espalda-sin estar borracho- y le dio un empujón. Era en una clase de gimnasia donde los enviaron a resistir en un bosque y quería terminar solo así fuera a perder su pie lastimado. Era admirable puesto que cuando llegó a la meta pasó quince días con su pie en una bota especial pues casi se lo quiebra.

Sí, ese carácter que nadie más conocía era lo que más los unía a ambos.

Taehyung era un dragón con tez de princesa, pero JungKook sabía que había que tener mucho cuidado de nunca tratarlo como una chica por más de que tuviera sonrisa y pestañas femeninas, no, no, sería un grave error porque en verdad lo odiaba.

¿Es tu amigo?

Sí, lo es.—Jin asintió para sí mismo, entonces JungKook se percató de que había cometido un gran error al remarcar que era su amigo ya que eso quería decir que no había nada entre ellos y que el adverso podía lanzársele encima.— ¿Que es esa mueca?

Nada... —Murmuró sonriente.

¿Acaso eres gay? — Espetó JungKook rogando por un no.

El conductor lo miró un solo segundo y regresó la vista a la carretera.— Ya estamos a pocas cuadras...

Responde mi pregunta...

Sí... pero no se lo digas al inspector, no me agradaría que dejara de ser su asistente solo por mi condición sexual.

JungKook lo meditó unos segundos, si aquello se sabía probablemente quedaría desocupado e invertiría ese tiempo en buscar consuelo en Taehyung.

Ocho noches de terror - BTS - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora