SUMMER ACADEMY: una escuela de bromas (JAP #3)✔

Capítulo uno

Narra Pitch

Amenace al tonto de Luke Ross frente a todos, no puedo creer lo que me acaba de decir, está bien nos estábamos peleando y todo pero con mi familia no se debe meter.

Por cierto, me llamo Pitch, soy originaria de Canadá pero me vine a vivir a New York con mi a abuela debido a que mis padres murieron en un accidente automovilístico hace un año, entre a la escuela y me volví en la chica más popular en ella y la reina de las bromas quitando del mandato a Luke Ross.

Si les soy honesta yo siempre sentí un crush hacía Luke aunque nunca hice nada por demostrarlo o decírselo, no me gustaba como para andar o querer algo con el, ¿si me entienden? O sea, sólo una atracción y ya.

Pero ahora lo único que quiero es hacerle daño, es un tonto creído.

Mire mi horario y vi que tenía matemáticas en primera hora.

– ¿en serio? ¿matemáticas en la mañana? ¿¡Porque mejor no las prohiben!?–grite en un pasillo mientras varios alumnos que estaban a mi al rededor se me quedaron viendo como si estuviera loca– ¿qué me ves?- le pregunté de mala manera a unas chicas que me observaban.

Ellas simplemente comenzaron a caminar rápido.

Soy popular en la escuela, pero no por ser una chica bonita o "influencer" como Emma Ross. Yo soy popular por ser la chica mala, muchos me tienen miedo porque digamos que no soy del todo buena, ¿entienden? Bueno si no entienden me da igual.

Comencé a caminar al salon de matemáticas para llegar antes que todos para poder hacer una broma.

Llegué al salón y por suerte no había nadie, de mi mochila saque un cojín de aire y la puse sobre la silla del maestro y salí corriendo para que no pensarán que fui yo.

La campana sólo y me espere a que todos llegarán junto con el maestro.

– buenos días señorita Jones– dijo el maestro de mala gana– siempre es un gusto recibirla.– fingió una sonrisa.

Estaba a punto de cerrar la puerta del salón cuando entre, pero una mano me lo impidió.

– ¿puedo pasar?– pregunto una voz bien conocida.

Me gire para encontrarme con la mitad del cuerpo de Luke Ross.

– señor Ross– dijo el maestro de mala gana al igual que como lo dijo conmigo– siempre es un gusto tener al señor Ross y a la señorita Jones juntos en el mismo salón.– comento alzando las manos fingiendo alegria.– pase.

Luke me miro y trago saliva para luego tomar asiento.

El maestro comenzó a apuntar unas cosas en el pizarrón, comencé a buscar un lugar donde sentarme pero todos estaban ocupados, solo había un lugar disponible y era al lado de nada más y nada menos que de Luke Ross.

– maestro...– lo llamé.

El volteó a verme.

– ¿si?– preguntó.

– ya no hay lugares disponibles.

No quería estar al lado de Luke, buscaría la manera de que me sentaran en otro lugar. El maestro comenzó a buscar un lugar hasta que encontró uno.

– yo veo uno libre al lado del señor Ross, tome asiento y deje de interrumpir mi clase.

Lo mire de mala gana y no me quedo de otra que sentarme al lado de el.

– muy bien hoy repasaremos las ecuaciones...– explicaba el maestro mientras escribía en el pizarrón.

Yo estaba ansiosa y desesperada porque se sentará.

Sentía una mirada fija sobre mi, miré de reojo a Luke y era él quien me observaba.

– se que soy hermosa, pero ¿puedes disimular tantito?– pregunté mientras pasaba mi cabello por detrás de mis hombros.

– Ja, Ja, Ja– se burló sarcásticamente.

Ignore al chico Ross y dirigí mi vista al frente, el maestro estaba sentandose.

– ¡si!– susurre.

El maestro tomo asiento y el ruido de un gas se escucho por todo el salón.

Solté una carcajada al igual que todos. Luke se estaba ahogando entre sus risas y el maestro estaba enojado.

– ¡fuiste tú!– señalo a Luke muy molesto mientras se ponía de pie.

Luke dejó de reír para luego poner cara de ofendido.

– ¡yo no fui!– se defendió.

Este era el momento de vengarme.

– ¡maestro!– lo llame y este me presto atención muy molesto.

– señorita Jones, si no va a aportar nada es mejor que se calle– amenazó.

– yo se quien fue– dije y todos me miraron con atención.

– muy bien señorita Jones, ¿quien es el culpable?– pregunto el maestro acercándose a mi mesa.

– fue Luke– lo acusé falsamente y lo señalé.

– ¡eso no es verdad!– se defendió.

– ¡lo sabía!

– lo vi sacar de su casillero esa almohada– dije haciendome la inocente.

– ¡no es verdad, maestro! – dijo el muy molesto.

– acompáñeme a la oficina del director.

Luke me fulmino con la mirada y se puso de pie mientras apretaba la mandíbula, yo le dediqué una sonrisa burlona y luego se fue con el maestro.

¡Genial! Fueron dos pájaros de un tiro.

Y ese es el comienzo de esta escuela de bromas.