INSENSIBLE

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Multimedia: Linkin Park – Numb (Violet Orlandi cover)

16 de junio del 2018.

— ¿Denise? —me llevo la mano a la boca al escuchar la voz de Ian al otro lado de la línea. Ahora que lo pienso mejor, este no era el mejor momento para llamarle, ya que aunque me cueste admitirlo, me molestó que no le haya dicho a nadie lo de mi madre. Pero también quiero escuchar sus razones. Bueno, no solo quiero escuchar sus razones, sino que también voy a necesitar su ayuda para los próximos días —. ¿Estás ahí?

—Sí, aquí sigo —tomo asiento en el marco de la ventana, con un pie adentro de la casa y el otro afuera. De reojo veo a Dominique saliendo de la vecindad.

—Es bueno escuchar tu voz finalmente —una sonrisa aparece en mi rostro por unos instantes. Extrañaba a mi amigo —. ¿Cómo estás?

—Me encuentro bien. Cada día me encuentro más repuesta, y hay días en los que me vuelvo a venir abajo. Supongo que es parte de —suspiro —. No te puedo decir que esté feliz al tiempo completo, pero por lo menos ya no me encuentro triste ni sofocada —silencio por su parte —. Aunque viviendo cerca de la playa, ¿Quién podría estar triste? —lo escucho reír. Vamos bien.

— ¿En qué playa estás viviendo?

—Cerca del malecón de Vallarta —recargo mi cabeza —. Por las noches canto en el para ganar dinero. Por ahora así es como sobrevivo. No digo que siempre viva de esa forma, pero por ahora me gusta.

—Quien sabe y un día de estos lleve a Melissa y a Ruth a vacacionar por ahí. Ya que quiero verte en persona estando haciendo eso. Es bueno que estés saliendo de tu zona de confort —limpio una lágrima que alcanza a salir. Esa idea me gusta y mucho. Me gustaría verlas, y a él también —. ¿Dónde vives?

—En una vecindad. Es modesta, pero linda. Es un buen lugar para vivir —bajo la mirada al sentir algo sobre uno de mis pies. Veo que se trata de toby, quien no deja de jugar con las cintas de mi tenis. Lo cargo entre mis brazos para sentarlo sobre mi regazo.

— ¿Vives sola? —quedo sin palabras por unos instantes. Por lo visto ni Ricardo ni Rebecca han hablado de mi relación con Gael.

—No, vivo con mi novio —escucho que se atraganta con algo. Por lo visto estaba comiendo —. ¿Tan sorpresiva es la noticia?

—Para los que no te hemos visto en estos meses, si —me dice en medio del ataque de tos que le da —. ¿Cómo te va con él?

—Me ha ido bastante bien de hecho. Aunque nuestros primeros encuentros no fueron los mejores. Es distinto a César en muchos aspectos. Realmente lo quiero, y espero que esto siga funcionando en el futuro.

—No te preocupes por el futuro, eso provoca ansiedad. Tu solo piensa en vivir el presente. Y disfrútalo.

— ¿Cómo está todo por allá? —llegó el momento de tocar el tema, ya no puedo seguir posponiéndolo —. ¿Sigues teniendo problemas debido a los volantes?

—Solo fueron dos pacientes, fuera de eso, ya no hubo más inconvenientes. Aunque no te voy a negar que algunas personas me miraban raro por la calle. Pero ya ha disminuido.

—Me disculpo en nombre de Nereida. Lo digo en serio.

—No te preocupes, solo fue un incidente y ya pasó —lo escucho suspirar —. Ahora ya se lo que es estar en tus zapatos. En que todos hablen de ti a tus espaldas, y que eso perjudique tu vida diaria. Sé que no tiene punto de comparación a lo que tú viviste, pero eso me hace comprenderte más.

— ¿Es cierto lo de mi madre, Ian?

—Si —escucho que responde muy a su pesar —. Ella estuvo preguntando por ti a los cinco días desde que te desapareciste, y desde entonces no paró de hacerlo. ¿Cómo si yo fuera a saber algo? —Calla antes de seguir —. Ella estuvo en el entierro de Helena —quedo sin aire al escucharlo decir eso —. Sé que eras tú la que estabas cantando, y no porque me lo haya dicho alguien. Sino porque sabía que no te hubieras perdido algo así.

La única excepciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora