🌊 Capitulo 5 🌊

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/Jimin/

Aquella bahía había tomado un significado especial para mi.

Durante los siguientes días fui a visitarla sin falta. Después de perdonar a Jungkook y a Taehyung todo había vuelto a la normalidad.

Excepto yo.

Diariamente me iba al amanecer y regresaba cuando el extraño humano terminaba de entretenerse en la orilla del muelle. Parecía estar buscando algo, yo no sabía que era y no podía preguntarselo, ya que los humanos no debían saber de nosotros.

Además les tenemos miedo.

Al principio todos pensamos que los humanos ya habían olvidado nuestra existencia y que no éramos más que mitos para ellos. Por lo tanto la regla de no salir a la superficie fue levantada, pero impuesta una vez más por la muerte de un tritón hace unos cuatro años.

Esa historia era una que no queríamos que se repitiera.

Se dice que el tritón fue acechado hasta la muerte por unos humanos solo por acercarse ligeramente a la orilla.

Nadie jamás lo volvió a ver y ese chico no era nada más ni nada menos que el príncipe de las sirenas, hijo de el rey y reina del oceano. Ellos no hablaron mucho sobre eso, así que el resto de nuestra especie había guardado silencio con respecto al tema, aterrados de la horrible especie que gobernaba la tierra.

Tragué saliva nervioso.

Yo no quería ser el siguiente, pero había algo en ese humano que me intrigaba.

¿Que era esa cosa cuadrada en la que tanto trabajaba?

¿Por qué sus expresiones eran tan raras?

Cada día que lo visitaba me escoondía en el mismo lugar y me limitaba a suspirar. No sabía que era lo que estaba sintiendo, pero yo jamás me había sentido tan interesado en algún tritón o sirena.

¿Por qué ese humano era diferente?

Yo sabía que cada segundo que yo pasaba tan cerca de la bahía eran mortales, un humano podría cazarme. Sin embargo mi mente insistía en visitar el lugar al menos una vez al día.

En el quinto día en el que visité el lugar no pude divisar al humano en ningún lado, no parecía haber venido ese día.

Pero siempre llegaba al amanecer.

¿Donde estaba?

Comencé a buscarlo con la mirada y nada.

Tal vez había cambiado de lugar para ver el sol salir y regresaría algún otro día.

Suspiré algo decepcionado, no sabía el porqué de mi decepción, y sin embargo lo estaba. Agité un poco mi cola y me sumergí de nuevo en el agua. La luz del sol cuando tocaba el agua seguía recordándome mucho al cabello del humano extraño.

Comencé a nadar, tal vez si lo buscaba un poco lo encontraría.

Me alejé de la costa y empecé una pequeña travesía entre las rocas, escondiéndome entre las algas y corales, tenía planeado asomarme a la superficie en la siguiente roca.

En menos de un segundo sentí un dolor agudo al sentir como algo atravesaba la punta de mi cola apuñalándola contra el fondo arenoso.

Solté un grito de dolor mientras el agua se teñía de un rojo intenso.

Cuando acerqué el resto de mi cuerpo a mi cola para intentar sacar aquel objeto que me tenía atravezado una red de color blanco cayó encima de mi.

Mi corazón latía más rápido que nunca, el dolor y la sangre tiñiendo el agua no me dejaban pensar con claridad, así que insitintivamente comencé a sacudir mi cola liberándola de aquella cosa que me había herido.

Me aferré a la red y fue entonces cuando comencé a escuchar voces.

Eran humanos.

Seguí sacudiéndome tratando de liberarme mientras las voces algo apagadas por encontrarse en la superficie comenzaban a discutir.

-¡Wow ese pez es enorme!-

-Las rocas nos impiden jalar la red de regreso, Jooheon, trae la recarga del arpón.-

Mi cola no se movía con la misma fuerza que antes, cada moviento me traía una oleada de dolor.

Apenas me dio tiempo de reaccionar cuando otro ataque vino de la superficie. La cosa solo atinó a rozar mi torso, sangre emanando de la herida casi inmediatamente.

Agité mi cola aún más mientras hacía una mueca de dolor.

Iba a morir.

Tenía mucho miedo, estaba verdaderamente atrapado.

Justo cuando tenía planeado rendirme, noté que su último ataque había perforado también la red, dejando un agujero lo suficientemente grande para escapar.

Decidí probar a la suerte y hacer justamente eso.

Nadé agitando el agua lo suficiente para salir de ella condundiendo a los humanos en el proceso. Esquivé rocas y me alejé lo suficiente, hasta que el dolor me impidió avanzar.

No pude frenar y traté de detenerme con mis manos con una roca que parecía encontrarse cerca de la costa.

Salí a la superficie jadeando y soltando gemidos involuntarios de dolor al mirar hacia abajo.

Mi cola tenía una herida terrible que no parecía dejar de sangrar y mi torzo estaba lleno de cortes y moretones que seguramente me había hecho tratando de escapar de la red.

Decidí que la orilla sería mi mejor opción, no podía regresar al mar ya que no podía nadar y esos humanos seguramente me encontrarían.

Apenas logré llegar a acomodarme cerca de un conjunto de rocas por la orilla cuando sentí como el dolor me atacaba una vez más. 

Aguanté un grito y lentamente me recargué contra una roca buscando algo de soporte. Mi respiración no parecía querer calmarse y antes de que pudiera pensar un poco comencé a sollozar.

Las sirenas y tritones casi nunca veíamos nuestras lágrimas, ya que lógicamente el agua nos lo impedía , ese día mis lágrimas se mezclaron con sangre y agua salada.

Lloré como nunca había llorado en mi vida, estaba asustado, quería ver a mis aigos otra vez y en esos momentos parecía imposible.

Toqué la herida en mi torso mientras mordía mi labio tratando de controlar mis sollozos.

Era una herida bastante grande, pero en comparación de la que tenía mi cola parecía nada.

Tenía miedo de mirar mi mano, ya que sabía que estaba cubierta de sangre pero eso solo me quitaría las pocas esperanzas que tenía.

Acallé todas mis quejas cuando escuché pasos sobre la arena.

Los pasos se volvieron cada vez más lentos hasta finalmente detenerse.

Ligeros hipidos salían de mi garganta involuntariamente, sabía que había un humano justo en frente de mí y me aterraba la idea de siquiera voltear a verlo.

-P-Porfavor...- tartamudeé casi en un susurro.- Y...Ya No me lastimes, t-te lo ruego...

Los pasos continuaron esta vez tomando prisa hasta que los escuché justo a mi lado, haciéndome saltar en mi lugar.

Abrí los ojos asustados chocando con un par de ojos felinos.

Era el chico de cabello extraño.

Tenía una mirada llena de preocupación y una piel pálida que parecía resaltar entre la arena.

Me quedé quieto, asustado de lo que podría ser capaz de hacerme.

Sin embargo no hizo nada.

Solo habló con voz suave y grave.

-No te voy a hacer daño...- murmuró estirando su mano para tocarme.- Déjame ayudarte.

Sea (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora