Epílogo

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—¡Vete! ¡Y no se te ocurra regresar!

Le había dicho Valeria después de aquello. Luis asintió, y mientras escondía sus lágrimas: se marchó para nunca volver.

Solo así estaría seguro que el episodio del laberinto no se volvería a repetir.

Era lo mejor.

Pero él no bromeaba con lo del matrimonio, y aunque no estuviese enamorado de su prometida: lo haría, era la única forma de no correr a los brazos de Valeria y arrepentirse de nueva cuenta; así estaba seguro que con el matrimonio, la bestia se encadenaría.

Pasaron varios meses después de aquello.

—¡Luis! —escuchó a Gabriel entrando a la cocina de su amigo Félix. Disimuladamente se limpió las lágrimas y le sonrió.

—¿Qué pasa? ¿Ya llegaron los snats para empezar a preparar la botana?

—No, todavía no llega el repartidor. ¡Pero no es eso! —exclamó con emoción.

—No entiendo ¿Qué pasó? —dijo viéndolo con el celular en la mano, acababa de llamarle alguien.

—¡Valeria, Luis!

Su corazón se hinchó al oír su nombre. 

—¡Valeria está embarazada!

La expresión de su rostro se fue desvaneciendo.

Escuchó a Gabriel decir otra cosa al respecto, pero no le prestó atención.

Ella... ella en verdad era feliz sin él.

—Me alegro por ella —le dijo interrumpiendo su alegría.

Thomás Villalobos Romero nació el 5 de abril, al amanecer, cuando el invierno ya había finalizado.

Luis en todo ese tiempo lloró, pero el día del nacimiento de Thomás, ya se le habían acabado las lágrimas, o al menos eso pensaba.

—Sí, Gabriel, sí tengo el traje —dijo sonriendo al escuchar a su amigo por el otro lado de la línea, más preocupado que él por su boda.

—¿Seguro? Todavía hay un poco de tiempo, ¿no te falta nada? Podemos ir a comprarlo ahora, es más; ahorita iré a tu casa para que vayamos a comprar lo que te falte.

—No me falta nada, estoy seguro. Ash, pareces vieja.

—Es que las bodas me emocionan mucho.

Sí, Gabriel ya había aceptado que su mejor amigo se casaría esa noche, hasta emocionado se encontraba.

"...Valeria Romero esta tarde..." Había escuchado el televisor prendido de su sala.

—Esperame, creo que oí algo, no me vayas a cortar.

Corrió hacia la sala, se asustó al ver la casa de Valeria llena de policías.

"Varias fuentes entrevistaron a su pareja, el reconocido YouTuber y cantante Sebastián Villalobos, pero él no dijo mucho

—Sí, lamentablemente el amor de mi vida fue encontrada asesinada esta tarde, pero les pido que me dejen en paz, respeten el sufrimiento ajeno —había dicho Villalobos intentando evitar las cámaras, pero Luis había alcanzado a ver que había llorado."

"Valeria..." se escuchó su voz mental mientras veía fijamente el televisor.

Se quedó gélido en su lugar, su cara todavía no reaccionaba a la noticia.

"El cuerpo policíaco dio informes de lo que había pasado según testigos.

"La joven fue encontrada en el patio, con un balazo en la cabeza. Esto pasó debido a que un hombre intentó entrar forzosamente a su casa para poder robarle. Mediante la resistencia que la joven había puesto, el ladrón le disparó con una sola bala limpia. Lamentablemente murió instantáneamente."

—¿Luis? —llamó Gabriel.

—Valeria está muerta.

—¿Qué?

Lanzó el celular contra la pared más cercana, y desgarró su garganta con dolor hasta romper en llanto.

No ella, ella no.

Luis corrió hacia la azotea, sin importarle nada en su camino, su cabeza torpe había decidido que lo mejor era tirarse.

Pero no lo hizo. ¿Por qué? Hasta el día de hoy sigue sin saberlo.

En el cielo habían nubes rosas.

Decir que Luis se había estancado toda la vida por aquello, sería mentir. Luis continuó su vida después de lo sucedido. Se casó, tuvo una hija a la que llamó Regina, y eventualmente se retiró de YouTube; pero él nunca pudo olvidarla. Ella quedó, simplemente, como un recuerdo melancólico.

Valeria Romero fue enterrada en México dos días después de su fallecimiento el 10 de noviembre, y aunque su familia no estuvo de acuerdo con eso, Sebastián decidió que fuese así por la memoria de Valeria: él sabía que ella lo hubiese preferido así. E inmediatamente, después de aquel luto; Sebastián tomó a su hijo y se regresó a Colombia después de presentar problemas de ansiedad e insomnio los días posteriores al fallecimiento de Valeria.

Todavía alcanzo a escuchar su nombre entre varias voces, pero ninguna de ellas conoce esta historia que les acabo de contar.

Arrebol del Atardecer #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora