Capítulo 2

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Era un lugar enorme, tanto que sus ojos no eran capaz de mirar todo. La pradera era tranquila, con un baile tranquilo y constante de la hierba al ser acariciada por el aire, ese lugar le traía paz. El moreno miró el cielo, con un sin fin de nubes tan blancas que los rayos de sol las atravesaba. Había parado de nuevo bajo aquel enorme árbol. Eren estaba acostado, sobre la hierba, respirando la frescura del campo.

—Levantate, Eren.—musitó Mikasa llegando hasta su lado, apareciendo de la nada.—Te esperan en tu hogar, Eren. Levi te espera, y Emma.

El moreno cerró los ojos y suspiró. Estaba cansado de Mikasa, día con día volvía, de la nada, y le decía lo mismo. Él sabía que lo esperaban, pero estaba tan cómodo y tranquilo en aquel lugar, no se quería ir.

No recordaba de quién le hablaba Mikasa, ¿Quienes eran?

Esos dos nombres caminaban en su mente a diario, como una sensación de saber que algo hace falta, pero no recordar qué.

Abrió los ojos, notando que Mikasa ya no estaba. Se puso de pie, sacudiendo sus bermudas beige, a paso aligerado caminó hasta la cabaña a unos cuantos metros de ahí, a su alrededor algunas florecillas volaban, y constantemente bolas de luz cruzaban por ahí.

Al llegar abrió la puerta, encontrando a las mismas personas de siempre. Su padre, sentado sobre el sofá verde, con un periódico en manos, cubriendo su rostro, por el arco de la sala se podía ver a si madre, más allá del comedor, dándole la espalda mientras el sonido de las verduras rebanadas hacían un estrepitoso eco en el lugar.

Miró a ambos, sin poder evitar pensar que sus rostros eran un misterio. Una punzada en la nuca lo hizo retroceder, el aire se le escapó de los pulmones mientras todo se volvía un poco más oscuro, y el lugar parecía derrumbarse por momentos, como si piedra por piedra su mundo se viniera abajo. Segundos después todo tembló, para volver a la normalidad seguido de eso.

«Eren...Eren....vuelve..te extraño....... papá te extraña....»de nueva cuenta las paredes y el suelo temblaron, comenzaron a agrietarse, por las endiduras salía un espeso humo negro que le causaba repulsión.«...Despierta Eren.... despierta....»

Aquella voz salía de todos lados, pero a la vez de ninguno, un cosquilleo en sus mejillas lo hizo parpadear repetidas veces.

—¿Despertar?—pregunto en voz baja.—¿Esto es un sueño?

Algo lo llevó a mirar el periódico de su padre, quién no se inmutaba  al desastre que se creaba a su alrededor, sus progenitores parecían ajenos a la destrucción de ahí, como si no fueran consientes de que todo se venía abajo. Ahí, en la primera hoja, bajo el titular "Despierta", estaban ellos, un hombre de estatura baja, con el cabello azabache, y la piel blanca, con mirada sería y el ceño fruncido, acompañado de una pequeña niña, de cabellos carbón y profundos ojos azules.

Algo se removió en su interior, mientras la sensación de conocerlos de todas vida lo invadían, jadeó. Perdió el equilibrio sin llegar a caer, las paredes finalmente cayeron en su totalidad, mostrando como el jardín de su mundo se incendiaba, como lo que alguna vez fue un pasto verde se convertía en un pantano de azufre negro. Todo al rededor de la casa giraba, como un carrusel sin inicio ni fin, generando la sensación de asfixia.

Pudo ver como una rebanada de zanahoria caía de la barra donde su madre cocinaba, luego, unas gotas negras y espesas escurrieron de los pies de la mujer, pudo ver como la piel le ebullia, como burbujas negras y rojas se creaban, hasta explotar, desapareciendo a la mujer poco a poco.

Miró a su padre, de debajo de su ropa comenzaron a salir un sin fin de insectos, unos más asquerosos que otros, todo el era un nido entretejido de alimañas repugnantes. Retrocedió mientras el lugar comenzaba a tornarse casa vez más claro, como si de una bofetada se tratara todo volvió a él. Y lo supo.

Se giró mirando como a su alrededor solo habia un abismo interminable, no lo pensó mucho, y saltó. Saltó sin preguntarse que vendría después.

...
-Dos horas antes-

La pequeña tomó un respiro profundo mientras sujetaba con firmeza la mano de su padre. Mordía el interior de sus mejillas, estaba tan nerviosa y asustada de lo que encontraría ahí dentro, hacía tanto que no veía a Eren, pues Levi nunca se atrevía a llevarla, no quería que viese el estado del moreno.

Por otra parte, Levi se encontraba ansioso, sabía que era inevitable que la pequeña quisiera verlo, pero se había esmerado tanto en atrasar lo más que pudiera ese momento.

Suspiró y entraron por las puertas dobles del hospital privado, se dirigieron hasta la barra de la sala de espera, detrás de esta se encontraba una mujer joven, de ojos marrones y el cabello hecho una coleta.

—Buen día, señor Arckeman.—saludó cordial la mujer.

—Buen día, Sasha. Vine de visita con Eren.—musitó. Sasha asintió otorgándole un gafete para poder atravesar los pasillos.

Luego de una amena y corta plática, Levi se encaminó hasta el asesor. Ninguno de los dos compartió palabra alguna en el transcurso de siete minutos, al menos no hasta llegar frente a la puerta.

—Sigue dormido.—musitó Levi, sin llegar a ver a Emma.

—Lo sé.—respondió la menor, tomó aire de valentía y empujó la puerta, abriéndola lentamente, como si temiera encontrar al peor de sus pesadillas ahí dentro.

Luego de una espera innecesaria ambos entraron. El olor a fármacos la invadió de sorpresa, lo blanco de la habitación la cegó por momentos, no podía creer que Eren llevará ahí dos años. Se soltó de la mano de Levi y caminó con cautela hasta acercarse a la camilla, podía ver sus brazos, tirados a sus costados, con distintas agujas clavadas en su piel desgastada, pudo ver varios moretones adornar la misma, y notó ligeramente el hueso de su padre postizo.

Miró a su alrededor, impaciente por ver su rostro, tomó una de las sillas y la llevó hasta el lado de la camilla, se subió, atrasando por segundos el momento. Tomó aire, y lo miró.

Los ojos cerrados, pálido, con los labios resecos y acartonados, con dos pequeños tubos entrando por su nariz para poder respirar con normalidad. El cabello largo y despeinado, todo en él tan.... distinto.

—P-puedo estar sola con él....por favor...—pidió con la voz ahogada.

Levi no dijo más, simplemente se dió la vuelta y esperó fuera.

Emma llevó sus manitas a las mejillas de Eren, si atreverse a tocarlas.

—Eren...—musitó con dolor, acarició los pómulos del moreno mientras sus ojos se desbordaban.—Eren, por favor, regresa, papá te extraña....yo te extraño....—sollozó en silencio.—Por favor despierta....Eren, despierta.—no pudo seguir hablando, pues la voz se le quebró, duró unos minutos así, llorando en silencio.

Ese no era el Eren que conocía, le dolía verlo así.

Supo por qué su padre no la había llevado a verlo, entendió que no todo iba bien, pero aún guardaba la esperanza de que todo saldría bien.

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Aquí el nuevo capítulo. Estaré actualizando pronto ;)
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Los quiero!

VIDA (SEGUNDA PARTE DE "NUEVO INQUILINO*)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora