Capítulo 4

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Sentía el corazón en la garganta, las manos le sudaban y tenía los labios hichados por morderlos en todo el camino, luego de toda la espera finalmente tenía a Eren ahí, a su lado, y el moreno no lo recordaba.

Un escalofrío lo recorrió al tan solo pensar que Eren había olvidado todo, todos los lindos momentos, su primer encuentro, la primera vez que cocinaron juntos, cuando durmieron en la misma cama, compartiendo los labios y las caricias, teniéndose amándose, tan suyos.

—E-Entonces....¿Cómo te sientes?—preguntó el azabache, en un intento por cortar la tensión.

Eren tardó algunos segundos en responder, seguía perdido, mirando por la ventana del coche.

—No lo sé....—murmuro sin prestar mucha atención.—Es decir, no me duele mucho el cuerpo, pero...es como si todo estuviera incompleto, hace falta algo.—dijo, mirado a Levi.

—Es comprensible...—dijo sin saber que decir, se detuvo en un semáforo y miró sus nudillos.—Pero el doctor dijo que era temporal...

No pudo evitar divagar en su cabeza, por una parte quería tener al Eren de antes, pero existía el temor latente de que lo rechazara por haber hecho lo que hizo. Mordió su labio de nuevo, prefería tenerlo así, como nuevo, olvidando todas las veces que lo habían echado a perder, pero a la vez le dolía, porqué no sería igual...tal vez ya no habría un Eren cocinero, o aquel que lo consentía y protegía de todo.

Suspiró, ¿En verdad sería tan egoísta para desear que no recordara?

—Bueno...¿Quien dices que eres?—preguntó mirándolo con curiosidad.

—Soy Levi...—musito, giró por la calle, acercándose hacia su hogar.—Vivias conmigo.

—¿Ah, sí?¿Eres algún familiar?

—No, y-yo...—lo pensó por momentos, ¿Que debía decir?¿Que eran compañeros de piso o pareja?.—Al inicio fuimos compañeros de piso.

Eren lo miró curioso, podía notar el neviosismo en las palabras del mayor, como su labio temblaba de vez en cuando, como mordía el interior de sus mejillas y luego apartaba la mirada, había algo más, algo que quería descubrir.

—Oh...—pasó desapercibido el "al inicio", era obvio, al menos para él, que había más.

De nuevo se instaló el silencio incómodo entre ambos, volviendo de cierto modo a los primeros encuentros, con la diferencia de que ahora el castaño no se esforzaba en conquistarlo.

Eso a Levi lo perturbó, existía la duda, que tal y Eren prefería ser hetero, o decidía que ahora, Levi no le gustaba, ¿Que pasaría de ser así?

Soltó un largo suspiro mientras se adentraba al estacionamiento subterráneo del edificio. Eren miró asombrado el lugar, como la primera vez, sus ojos se iluminaron al ver lo alto que era y la cantidad de ventanales que habían.

—Wooow...—murmuró asombrado.—¿Vivía aquí?¿Acaso soy rico y aún no me han dicho?—pregunto con gracia, Levi soltó una risita.

El azabache se estacionó, indagando está vez en que Eren no era consciente del anillo que llevaba en el dedo anular, mucho menos que Levi llevaba el complemento al mismo.

Decidió no darle más vueltas de momento y se desmontaron, en un lapso de cinco minutos nadie dijo nada, ni siquiera se miraban. Eren por su parte se encontraba pensando en las miles de posibilidades que habían para que él viviera ahí, y Levi, no dejaba de pensar en su primer encuentro cercano, justamente en el elevador.

Finalmente llegaron al último piso, encontrando con la misma alfombra roja y las mismas plantas. Claro que para Eren todo aquello era nuevo.

—¿Recuerdas a la niña que iba conmigo de vez en cuando?—cuestiono Levi, introdujo la llave en la ranura de la perilla y se dispuso a abrir.

VIDA (SEGUNDA PARTE DE "NUEVO INQUILINO*)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora