I want to fix it [Maylor]

Capítulo 19

— Buenos días.

— Buenos días... —volvió a abrazarlo acurrucándose nuevamente.

— Aw... ¿tienes sueño, bebé?

— Un poco —cerró los ojos.

— Mi amor... mi amor...

— ¿Qué sucede? —sonrió.

— No sé, estás siempre hermoso en las mañanas.

Roger sonrió.

— Agh... llegaré tarde al trabajo —masculló Brian poniéndose de pie.

— ¿Podrías volver temprano por favor? —preguntó.

— Claro, mi amor.

Brian se fue a la ducha y Roger volvió a dormir un poco más. Brian cumplió su prometido y aquel día estuvieron más felices de lo que en mucho tiempo lo habían estado.

(...)

Algunos meses habían pasado. Por contradictorio que pareciese, su matrimonio se había fortalecido y pasaban mucho tiempo juntos. Brian se había cambiado de empleo a uno mejor, ahora podía estar más tiempo en casa y nada era tan estresante como antes. Roger seguía en búsqueda de uno, pero no lo encontraba.

Aquel día, Roger regresaba a la casa. Brian le había dicho que le habían dado trabajo extra y que no podría llegar a la cena. Agradeció que se lo dijo y no tuvo que esperarlo un par de horas como otras veces que le había pasado.

Estaba cansado, pero llegó a una buena hora y se quedó en el sofá viendo televisión mientras esperaba a Brian. A la hora y media llegó.

— Hola, Bri —saludó sonriendo y se puso de pie para besarlo y abrazarlo por el cuello—. ¿Llegaste bien?

— Sí, mi amor —saludó—. Lamento muchísimo lo de la cena, yo... de verdad...

— Tranquilo —volvió a sonreír—. Al menos no me dejaste pagando.

— No quería hacértelo dos veces —respondió.

— Cinco, Brian, cinco.

— Sí, lo siento —dijo y Roger rió—. ¿Qué pasa?

— Nada, solo estoy de buen humor.

— ¿Y se puede saber por qué?

— Quizás —dijo—. Adivina.

— ¿Porque llegué?

— En parte, pero no. Continúa.

— ¿Te dieron empleo?

— No, ojalá, pero no —sonrió—. Es algo menos material que eso, Bri.

— Hm... ¿porque estás contento de verme?

— No.

— ¿No estás contento de verme?

— ¡Claro que sí, bobo! —sonrió—. Pero no es por eso exactamente.

— ¿Y entonces por qué?

— Hm... ya sabrás —se puso de pie y se fue a la cocina a prepararse algo para comer. Brian lo miró confuso y lo siguió.

— ¿Y cuando exactamente?

— Hm... no sé.

— Vamos, Rog, ¿qué es?

Roger se dio vuelta y le sonrió nuevamente para abrazarlo por el cuello.

— Estamos esperando un bebé —dijo—. Otra vez.

Y sonrió ampliamente para abrazarlo fuertemente y besarlo numerosas veces en el rostro.

(...)

— ¿Cuánto tiene? —preguntó acariciando suavemente el vientre contrario que seguía plano.

— Dos meses —respondió poniendo la cabeza en su hombro.

— Ya sé entonces cuando fue —sonrió.

— ¡Brian! —rió y se acurrucó entre sus brazos—. Espero que este sí nazca —musitó.

— Este nacerá, lo prometo, mi amor —dijo Brian y besó su frente para transmitirle tranquilidad.

— Bri.

— ¿Qué sucede, bebé?

— ¿Crees que seamos buenos padres?

— Por supuesto que sí —dijo—. Al menos intentaremos ser los mejores padres para él.

— Ahora tenemos otra semillita —sonrió Roger—. Hay que cuidarla muy bien.

— Y eso haremos —volvió a besar su frente—. ¿Cuándo pedirás hora al médico?

— Quizás para mañana o pasado —respondió—. Aun no lo sé.

— De todas formas, iré contigo el día que sea —aseguró—. Quiero estar contigo más de lo que estuve antes en el embarazo.

— No es necesario, Bri —sonrió acariciando los rizos de la cabeza del nombrado—. Con que estés conmigo en los momentos importantes estaré feliz.

— Todos los momentos son importantes, mi amor, porque en este mismo momento, nuestro bebé está creciendo dentro tuyo.

Roger sonrió y volvió a besarlo.

— Serás un buen padre.

— Y tú también —aseguró para luego dirigirse al hijo no nacido—. ¿Escuchaste? Tienes dos papas que te aman más que a nadie y que te amarán pase lo que pase.

Y tras abrazarlo, decidieron irse a dormir con esperanzas renovadas, y aunque también existían temores, intentaban verle lo bueno a todo y trataban de centrarse en aquel nuevo ser lleno de vida que seguía creciendo y creciendo.

Como una pequeña semilla.