Habían pasado tres días desde la visita de los pequeños a la casa del pelinegro, tres días perfectos sin que nadie los molestara, tres días donde podía llenarse única y totalmente con la delicada presencia que siempre solía acompañarlo, únicamente una semana desde que se habían escapado de la ciudad.
-No estés molesto con el sí?- Sonó la suave voz de la ojiblanca mientras apoyaba su barbilla en su pecho. –Sabias que eso le preocuparía- Agrego sonriendo ante la caricia que empezaba a ejercer el pelinegro en su espalda descubierta.
-Es el dobe…- Dijo resignado viendo fijamente los ojos perlados que parecían sonreírle tanto o más que su dueña. –Lo que no entiendo es…- Agrego algo irritado cortando su frase al ver como la expresión de la ojiblanca cambiaba a una un poco más seria.
-Gomene…- Se disculpo suspirando mientras cerraba los ojos y volvía a apoyar su mejilla en el pecho del chico. –Al parecer necesitaban escucharlo de mis propios labios- Concluyo recordando la llamada que habían recibido tres días atrás, amargando la vida del pelinegro y un poco la suya propia.
Flash Back.
Estaba empezando a oscurecer cuando los tres pequeños al fin decidieron que era hora de dejar a la pareja tranquila, por una parte porque sabían cómo podía ponerse el pelinegro y por otra que sus padres podrían estar preocupados por su larga ausencia.
-Matta ne Onee-san… Sasuke-san!- Gritaron al unísono los gemelos mientras agitaban sus manos al interior de la casa sonriendo al ver como el pelinegro movía su mano discretamente, la ojiblanca en cambio les había abrazado y besado mientras abría la puerta.
-Cuiden de Yuuko-chan si?- Murmuro acariciando el cabello de la pequeña, viendo con ternura como esta se sonrojaba y estiraba una vez más sus brazos.
-Yuuko-chan debemos irnos- Insistió uno de los castaños tomando el borde del vestido de la niña mientras esta hacia un puchero, Hinata al cargo para poder darle otro beso siendo sorprendida por un ligero roce de labios en su mejilla.
-Sayo Onee-san- Susurro despacito mientras reía tímidamente abrazando un poco mas fuerte el cuello de la ojiblanca, esta correspondió y dándole otro beso la deposito en el suelo con delicadeza.
-Cuídense pequeños- Dijo al tiempo que veía como los tres niños se alejaban por las calles todavía jugando entre ellos, no podía entender como tenían todavía tanta energía, suspiro agotada mientras se apoyaba en el marco de la puerta.
-Al principio te dejan exhausto demo… Con el tiempo aprendes a llevarles el ritmo- Susurro una ronca voz en su oído al tiempo que la abrazaba por la cintura halándola hacia su cuerpo.
-Sasuke-kun…- Soltó sensualmente mientras se giraba en brazos del pelinegro retrocediendo unos pasos para cerrar definitivamente la puerta. –No sabía que te gustaran los niños- Término con una sonrisa infantil mientras se separaba del hombre, lo había engañado.
-Tramposa- Murmuro el pelinegro viendo como la mujer reía distraídamente apoyada en el sofá de la sala, al parecer solo quería jugar con él.
-Tu solo lo dijiste- Refuto a su acusación sintiendo como era atrapada nuevamente por aquellos fuertes brazos, un escalofrío recorrió su columna al sentir el cálido aliento del pelinegro chocar contra su nuca.
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Viviendo entre Mentiras
FanficUn nuevo año escolar, una historia que esconder y muchas apariencias que cubrir, sera verdad que el amor puede contra todo? y si es así podrá contra las mentiras y la desconfianza?