¿Amor?

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A la mañana siguiente...

Abrí mis ojos lentamente encontrando a Aomine abrazado de mí en la misma posición que anoche. No me quería separar de él, estaba realmente a gusto en sus brazos. Suspiré y pegué más mi rostro a su cálido cuerpo. Escuché que reía bajito y abrí los ojos de golpe.

- ¿Haz despertado ya? –susurró sobre mi cabeza.

- Sí –dije quedito, se separó de mí y sonrió.

- ¿Soñaste algo malo, o tuviste alguna pesadilla? –yo lo miraba, esos labios me incitaban a besarlo.

- No, estuve bien. Gracias por preguntar.

Me zafé de sus brazos girándome para quedar boca arriba. Observaba el techo de la habitación y él se giró para quedar boca abajo pero su cara hacia mi lado.

- ¿Tienes hambre? –me preguntó.  lo miré de soslayo y sonreí. Él rió también.

- Tienes unas manchitas moradas bajo tus ojos Aomine-kun –tocó su cara.

- Probablemente sea porque no dormí nada anoche –anunció.

- ¿Por qué? –pregunté ingenuo

- Bueno, es que... estabas demasiado cerca Tetsu y no quería dejar de ver cómo babeabas en mis brazos.

- ¿En serio Aomine-kun? –me sonrojé como un tomate. Él se comenzó a carcajear y pasó su brazo por mi cintura.

- No, claro que no Tetsu. Duermes como un bebé y te la pasas suspirando. ¿Soñaste con algo bonito? –yo no dejaba de pensar en que el moreno estaba demasiado cerca de mí.

- No... bueno. No lo recuerdo – traté de recordar.

- Sí –afirnó convencido.- soñaste con algo bonito y no me quieres decir qué fue.

- En verdad no recuerdo sí soñé.

- Bueeno – Se levantó y caminó hacia la salita.

Arreglé la cama y luego pasé al baño para revisarme. Noté que tenía el pelo perfectamente peinado, indicio de que Aomine se la pasó acariciándolo. Me lavé la cara y fui a la salita. Allí estaba él, sirviendo dos vasos de leche y hablando por teléfono.

- Claro... no Bakagami, hablas estupideces....Sí, la pasamos bien anoche. –Me miró y sonrió- Ajá... sí en cuanto reviva me llamas –pidió- Tsk, en un rato...Ya, adiós.

- ¿Kagami-kun?

- Sí, dijo que Riko aún está dormida –yo asentí.

- Aomine-kun... -él me miró atento- tengo la costumbre de ducharme recién me levante... ¿te importaría si me ducho aquí?

- N-no –su voz tembló con sorpresa-, adelante... las toallas están en el closet –me informó.

- Gracias –caminé hacia allá- Una cosa más...

- Claro

- ¿M-me...-estaba apenado y sobé mis manos.-me prestarías una camisa mientras voy a mi camarote por favor? Solo mientras...

- S-si... en un rato te busco algo –nervioso, caminó al closet y sacó una toalla roja dándomela.

Luego entré al baño y abrí la regadera. Puse la toalla un poco alejada para no mojarla. El agua de la regadera hizo que mi cuerpo se relajara. Me sentía realmente cómodo allí dentro. Después de estar unos minutos y que mi cansancio de disipara,al salir noté que él estaba viendo su closet. Sacó una camisa rayada en azul con blanco y un balón de básquet dibujado en ella.

MENSAJE DE TEXTO (KurokoNoBasket)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora