Nuevo Infierno

167 19 9
                                    


No fui a mi camarote, para así no tener que ocultarme de Aomine. Entré al elevador y me llevaron al primer piso. Caminé hacia el corredor sur y me paré en la entrada B frente al extintor. Me recargué, bajando mi cuerpo hasta tocar el suelo, abracé mis rodillas frente a mí y luego sentí cómo mi celular volvía a vibrar. 



"Si abres los ojos estarás muerto, ciérralos" –pedían. Obedientemente cerré los ojos y recargué la cabeza en la pared. Percibí algo húmedo ser colocado sobre mi nariz, y por acto reflejo, aspiré un aroma a Formol; después mis ideas se nublaron y no supe nada.



Al despertar estaba atado en la misma cama; la luz no estaba encendida lo cual dejaba una oscuridad insomne. Un tacto áspero tocaba mis piernas, la música estallaba a todo volumen y mis lágrimas ya habían empapado mis mejillas.

- Te portas bien –dijo la voz en mi oído.

- N-no dañes a na-nadie...p-po-r favor –pedí con voz entrecortada.

- No puedo creer que te importen más los demás que tú mismo.

- Eso...s-e llama a-amor –sollozaba. Luego, una potente cachada giró mi rostro haciéndome callar. 


Me tocaron nuevamente y, aunque yo gritara auxilio, nadie me escucharía...el estruendo de la música se encargaba de silenciar mis alaridos. Sentía la asquerosa virilidad de ese tipo profanando y desgarrando mi entrada en cada embestida; más profundo...más violento. Fracturando algo dentro de mí. Me succionaba el cuello, incrustaba sus dientes en las clavículas, jalaba de mis pezones tan fuerte hasta casi arrancarlos; esparcía su pordiosera saliva por mi piel para, finalmente, ahogar mi boca de su semen, obligándome a tragar. 

Luego que terminaron conmigo, desperté nuevamente. Ahora estaba acostado pero no tenía la ropa puesta, me vestí, salí tembloroso y adolorido del camarote...mi nuevo infierno. 


Aún era de noche, acomodé mi cabello y traté de cambiar la expresión de mi rostro. Ahora parecía que no tenía nada fuera de lo normal. Subí a mi piso y luego caminé lentamente a mi habitación.

Abrí la puerta, dentro estaba el cuerpo dormido e inmóvil de Aomine en el sillón, asomé la cabeza al cuarto, allí estaban Riko y Kagami dormidos. Me acerqué a Aomine, parecía tener los ojos hinchados de llorar, me senté en la mesita frente a él.


No se merecía a un chico como yo. 


Alguien que iba a que lo violaran por su voluntad. Pero... ¿Para qué prolongar lo inevitable? No quería que le tocaran ni un cabello. Así que si tenía que vender prácticamente mi cuerpo al diablo para mantener a salvo a Aomine, eso haría.

Toqué su frente y acaricié su mejilla. Él era lo mejor que me había pasado, trataría de actuar normal con él, ojalá no me preguntara nada sobre mi actitud. Él despertó y al verme no esperó ni dos segundos y me abrazó. 


- Tetsu –susurró en mi oído, yo me estremecí un poco pero no me alejé de él. Las lágrimas estaban a punto de salir de mis ojos, por más que tratara no podía ser yo mismo- Te amo y mucho. Me preocupas...

- Lo siento... 

- No, no –dijo moviendo mi cabello para poderme ver a los ojos- no te disculpes, estaremos bien. Si quieres hablar de algo en especial, puedes hablar conmigo. Siempre puedes contar conmigo, no me enojaré, no te juzgaré... pero dime...

Ahora fui yo quien lo abrazó, no pude más y lloré con gran desesperación. Este hombre era un regalo que alguien me había enviado. Estaba cansado, me dolía todo tanto fuera como dentro de mi cuerpo. 

MENSAJE DE TEXTO (KurokoNoBasket)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora