Día 11: "Mentira."

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Estaba harto de tantas mentiras sobre todo, de una en particular que le rompía el corazón.

Frotó su rostro con brusquedad, intentando borrar las lágrimas que había derramado. No lo logró del todo y bufo irritado al notarlo en el espejo de su armario, donde sus mejillas coloradas exhibían su infantil arrebato.

Ignorando su apariencia, tomó sus maletas y con determinación salió de su todavía habitación para encontrarse con lo que menos quería.

Los orbes zafiros de su tutor.

-Así que en verdad, te vas. - Aomine Daiki, un moreno encantandor, le veía ahora con pesar. -Esta es tu casa Taiga, si lo deseas yo me marchare de aquí.

-Esta casa me da igual, te la puedes quedar. - bajo la mirada, intentando ingenuamente que el mayor no notara lo mal que estaba. -Ella te la dejo a ti.

-No, te la dejo a ti. - levanto el rostro del menor. -Taiga, yo solo tenía que cuidarla hasta que fueras mayor y pudieras acceder a todo lo que por ley es tuyo. - le acaricio el rostro sonriendole ladino. -Sé que soy un pésimo compañero pero, todo esto es tuyo, no lo dejes por mi.

-Yo solo te quiero a ti. - murmuro, mientras besaba la palma del moreno, este por su parte alejo veloz su mano del cálido contacto. -No la olvidas aún. - gruño el pelirrojo, herido por la actitud del mayor. -Dime, ¿que tan patetico es, que envidie a mi fallecida madre por tener el corazón de quien yo quiero?

-¿Qué? No puedo creer que pienses esas cosas. - lo tomo de los hombros mirandolo pasmado. -Yo veía a tu madre, justo como lo que era para ti, una madre. - el menor negó, resistiendose a creer en lo que pensaba era una mentira más.

Aomine suspiro, dispuesto a contarle la verdad a ese niño que se había robado su corazón desde que Sarah, se lo presento en brazos.

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Tenía ocho años cuando Kagami Sarah lo había acogido en su hogar. Ella recién enviudaba y aún con su embarazo a termino, decidió no dejar solo al hijo único de los mejores amigos de su esposo.

Y es que, se creía bastante capaz de cuidar a dos niños que estaban unidos por la orfandad a corta edad. Un gran reto pero la pelirroja mujer conocía lo que era criarse en casas de acogida y confiaba por ello, que cuidaría mucho mejor al morenito que se le apego como una sombra tras recogerlo en su antiguo hogar.

-Todo va a estar bien Daiki. - le arrullo con cariño mientras su chofer los llevaba de regreso a la casa Kagami.

Sin embargo, solo se acompañaron una semana cuando los dolores de parto iniciaron y pronto recibieron al pequeño Taiga para que los tres ahora si, iniciaran su vida juntos.

Y ciertamente así lo hicieron por años.

Con Sarah cuidando los bienes de Daiki y los propios, mientras les daba una educación de excelencia para que tuvieran un futuro provechoso mientras de igual forma, les daba cariño por igual.

Taiga por su parte crecía encantado con el moreno a quien tenía la necesidad de imitarle, aunque supiera que no era su hermano mayor de verdad.

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-Mamá, ¿me puedo casar con Daiki? - le cuestiono un día el menor, causando que la mujer riera y el jovencito de ya quince años a su lado, devolviera su refresco por la nariz. -Si, asi tontito lo quiero. - le sonrió causando que Daiki se sonrojara por su confesión y Sarah comenzara a pensar en el futuro de su pequeño bebé.

Aunque no creyo que fuera tan pronto.

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Con veintiún años, Daiki se hizo con la custodia de Taiga que recién había cumplido los trece.

Y es que, solo los habían separado un mes, tras la muerte de Sarah pero para ambos, fue suficiente, por ello con el niño lloriqueando en su pierna se prometio a si mismo y a su madre postiza que cuidaría de él, incluso del sentimiento que tuvo que recluir aún más en su corazón.

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-Me quieres. - hablo por fin el muchacho. -Me quieres y todo este tiempo me hiciste sufrir, ¡imbécil! - lloriqueo atrayendo ahora al mayor en un abrazo. -Mamá me dijo que si podía... - jadeo, mientras las lágrimas corrían por su rostro. -Si tú me querías, si podía casarme contigo.

Aomine se quedo sin palabras, acaso la mujer que los cuido toda su vida, ¿los seguía procurando ahora que no estaba?

Los labios de Taiga le dieron la respuesta.

Si, ella lo hacía.

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¿Me creerían si les digo que esta historia esta inspirada en la trama de una película de mexicana? 😆 dios, la ame por dramática.

Obvio aquí, no pude evitar ponerle mi toque humoristico pero solo un poquito. (?) 😅

En fin, espero les gustara. ❤

"Un fictober con mucha tinta: AoKaga Version."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora