♚ Capitulo 6: Ser sin alas ♔

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Candy

-¿Qué piensa hacer, joven amo?- la risa del peliblanco lo sacó de sus pensamientos.

Ash: - Me retaste para pelear y ahora estás conmigo observando la impertinencia de tu amo. ¿Que piensas hacer ahora?-.

Sebastian: -No me moveré sin la orden de mi señor-.

Ash: -He pensado vivir aqui como el conquistador de este mundo y hacerlo junto ati - le extendió la mano.

Sebastian: -¿No soy la fuente de la impureza que tanto odias?-.

Ash desabrocho su chaqueta blanca de mayordomo. Su voz y su cara ahora eran las de una mujer.

Ash: -Si lo deseas... puedo aceptarte con la forma de una mujer- dijo enseñando sus pechos. Sebastian lo miró con asco y volvió la mirada a su amo.

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-¡Las balas tranquilizantes no funcionan!- se quejaba Brad.

Cial: -Porque no estais usando balas de verdad- Sebastian abrió los ojos con sorpresa.

Mey: -¡Pobre perro! ¿Quiere que matemos?-.

-¡No ves que no es un perro normal?- no sé si deveria meterme en esto, yo solo quería ser escuchada en la conversación.

Ciel: -Esta es una orden. Bard, Meirin, Finny... ¡Matad al perro demoniaco de una buena vez!- los sirvientes lo miraron serios,

-¡Si, señor! -dijeron al unísono.

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Ash: - Lo que se esperaba de alguien que contrató con un demonio. Frio y sin compasión. Un alma que ya no puede ser salvada y pronto se convertirá en alguien como tú totalmente -.

Sebastian ya se había ido dejandolo hablando solo.

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Ciel: -Tú quedate aqui con ellos. Vuelvo enseguida- antes de irse corriendo me dio un beso en la mejilla.

-¡Espera Ciel! -lo llamé pero fue inútil, ya había desaparecido. Los sirvientes lograron matar al perro pero se habían desmayado. No sabia que hacer ni tampoco a donde ir, por lo que decidí recostarme de una pared, pero unas manos se posaron en mis hombros.

-Tu alma..- susurró una voz masculina provocando que un escalofrío bajara por mi espalda.

Ciel

Me subí a un caballo y llegué al palacio de la Reina. Aquella música que tarareaba ella en la Torre se escuchaba desde su habitación, entré al no recibir respuesta y la busqué con la mirada. Victoria estaba tirada en la cama con los ojos ensangrentados, la mirada perdida y trozos de carne podrida caían de su cuerpo.

¡Que asquerosidad!- pensé.

-¡Aahhhh!- el grito de la mucama se escuchó detrás de mi.

-¡Han asesinado a la Reina!-. Salí corriendo pero los guardias de gala me rodearon en el vestíbulo apuntando sus armas contra mi.

-¡Tú eres el culpable! - . Una bala me atravesó una costilla haciendome caer en el suelo.

-¡Esto ... ¡No puede acabar aquí!- retiré el parche de mi ojo y con mi sangre, se dibujaba el símbolo en el suelo.

-Tiene razón joven amo - era la voz de Sebastian, pero no podía verlo. -Esto no debe acabar aquí-.

-¡Disparen!- cerré mis ojos con fuerza pero no recibí el impacto. Sebastian se encontraba frente a mi, sujetando las balas con sus enguantadas manos y se las lanzó matando a los guardias.

Mi Endemoniado Novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora