🐺 Alfa 🐺 Namkook - Kooknam [Bts]

14.

No se podía diferenciar donde comenzaba uno y donde terminaba el otro, sus extremidades estaban entrelazadas, ambos parecían crear un pulpo que tenía sus tentáculos enredados entre sí. Jungkook sonrió mientras enterraba la nariz en el cabello chocolate del contrario, olía a él, todo el cuerpo de Namjoon estaba impregnado con su olor a limón. Miró hacia la ventana aún cerrada pero con las cortinas corridas.

La tormenta había estado golpeando la vieja cabaña durante toda la noche pero justo en ese momento disminuía mientras el sol se asomaba, las gotas de agua caían lenta y escasamente creando un bello arcoíris a la lejanía con los primeros rayos solares, era el amanecer más hermoso que había podido presenciar. Miró hacia el beta que dormía tranquilamente pegado a él, sonrió, tal vez no era el amanecer sino la compañía con la que se había despertado.

—Jungkook— lo llamó con voz ronca y sin despertar.

—Aquí estoy— susurró cariñosamente —Siempre estaré aquí, siempre a tu lado— le prometió.

Namjoon se apretó más contra su cuerpo y sonrió, tal vez transformando una pesadilla en un hermoso sueño, sueño donde Jungkook era el protagonista. Pronto tuvieron que despertar por completo y separarse, pues el beta debía llegar a casa para el desayuno en familia o su padre se molestaría, por supuesto el alfa no pudo detenerlo. Lo miró partir desde la puerta de la cabaña usando su ropa, un short y una camiseta esqueleto negra, mantuvo una sonrisa en su rostro hasta que no se pudieron ver más.

—Jungkook, lo sabes, ¿no?— la voz de Shownu viajó desde una de las ventanas.

—No tienes que recordarmelo, soy consciente de ello— respondió mirando al frente y sin expresión.

—Nunca te obligaríamos a nada, es tu decisión, tuya y de nadie más— el amaretto era tan sereno como su dueño.

Mientras Jungkook se perdía en sus pensamientos y opciones, Namjoon pasaba por el lago y corría a toda velocidad hacia el pueblo, no estar presente en una comida familiar era igual a ofender a su padre y enseñanzas. No necesitaba un castigo cuando estaba tan feliz junto al alfa nómada, junto al grupo de nómadas, pensaba más en ellos como una familia que la suya propia. Frunció el ceño al percatarse de que su ropa olía a limón, le agradaba pero eso le traería problemas.

—¡¿Dónde estabas?!— Jin lo estaba esperando fuera de la casa —Mierda, hueles a uno de los nómadas— gruñó el mayor.

—Yo...— bajó la cabeza e intentó explicarse pero...

—No importa— Jin lo interrumpió y chasqueó la lengua —¡Ven acá!— ordenó con molestia.

Namjoon se sentía extraño, podía ver claramente la molestia en su hermano mayor pero había otra sensación que no podía describir con claridad, no sabía si se trataba de ansiedad, preocupación o simplemente imaginaba cosas. Jin lo abrazó y lo apegó a su cuerpo para que el sándalo ocultará el limón, era bastante difícil considerando la fuerza de aquel cítrico pero solo necesitaban enmascararlo por la hora del desayuno, contaban con la evidente falta de atención de su padre hacia el beta para que su plan funcionará.