18.

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Se sentía inquieto pero al mismo tiempo tan tranquilo y despreocupado, pues desde la vuelta de su padre él tenía menos responsabilidades, lo que significaba tiempo libre y más descanso. Estaba acostumbrado, no podía negarlo, después de todo desde que había nacido su vida había sido decidida y no tuvo más remedio que aceptarlo pero no se negaría a algo de descanso que podía aprovechar en otras actividades. No tenía muchos pasatiempos pero algo se le ocurriría.

Estaba caminando alrededor de los estantes llenos de libros antiguos y pesados, su padre era un amante de la lectura, era por ese amor que tenía una biblioteca privada dentro de la casa. Era accesible para todos los habitantes de la casa, excepto para algunas zonas, cualquier biblioteca tendría una zona prohibida y la de la casa no era una excepción. Admiró los libros sobre los diferentes géneros de los lobos, habían cientos de tomos sobre los alfas, suspiró, no era de extrañar.


—1, 2, 3, 4, 5, 6,...— enumeró, pasando un dedo por el lomo de los libros —15, 16, 18,...— se detuvo notando el error y volvió sobre sus pasos —¿Dónde está el 17?— frunció el ceño.


Que un libro se perdiera era simplemente imposible, pues su padre mantenía un registro estricto y máxima seguridad, así que la falta de un libro era extraordinario. Tomó el número dieciséis y ojeo las últimas páginas notando que faltaban al menos dos, su ceño se profundizó mientras dejaba el libro devuelta en su lugar y tomaba el número dieciocho, chasqueo la lengua al notar que faltaban las diez primeras hojas. Eso no era una coincidencia pero ¿Quién lo haría? Y ¿Por qué? ¿Qué se ocultaba en el libro número diecisiete? ¿Qué secreto valdría tanto esfuerzo?

Dejó el libro devuelta en su lugar y se alejó al escuchar la puerta siendo abierta, alguien había entrado en la biblioteca, no tenía nada que ocultar pero presentía que no era bueno que alguien lo viera justamente en la zona donde hacía falta un libro. Se paseó con tranquilidad por la zona de los omegas, también habían muchos libros numerados y no parecía faltar ninguno, no era de extrañar. Un olor dulce viajó hacía su nariz, sabía quien había llegado.


—¿Tae, qué haces aquí? Pensé que no te gustaba leer— comentó casualmente.


El menor salió de atrás de uno de los estantes con la cabeza gacha y moviendo las manos de manera notoriamente nerviosa. Jin le presto su atención por completo, después de todo Taehyung siempre buscaba a su madre cuando surgía una pregunta o problema, le causaba curiosidad saber por qué lo había buscado justamente a él. Cualquiera que los conociera sabía el tipo de relación que tenían, ningún hermano era apegado a otro ni siquiera ellos que mantenían buena relación con sus padres.


Mi celo se acerca— mencionó en voz baja y sin levantar la mirada —Yo quería... Sólo quería saber si...— no fue capaz de continuar.


—¿Saber qué?— cuestionó Jin con voz tranquila —Dime, puedes confiar en — le aseguró.


Es que... Yo encontré a alguien y pues... Pues...— Tae se mordió el labio inferior inseguro.


—¿Quieres saber si deben tener relaciones sexuales durante tu celo?— cuestionó directamente.


🐺 Alfa 🐺 Namkook - Kooknam [Bts] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora