Epílogo

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Era una cuidad tranquila, apartada y lo más importante, conocedora de su secreto pero también comprensiva. Era una isla flotante, rodeada por montañas cubiertas de nieve y mayoritariamente ocupada por seres humanos, tenía un ambiente envidiable y habitantes cálidos. Se habían alejado mucho de su hogar, nadie, además de los nómadas, conocía su ubicación y planeaban seguir de esa forma. Hasta donde sabían, el pueblo había sido casi exterminado dejando viudas/os, huérfanos y heridos, así como muchos desertores pero eso ya no les importaba. No después de lo que ellos mismos habían pedido.


—¿Saldrás a ésta hora?— cuestionó Yoongi, saliendo de su habitación.


—Quiero aire fresco— se excusó.


El delta elevó una ceja pero se adentró nuevamente en la habitación al escuchar que Jimin lo necesitaba, ellos dos estaban bastante bien, el amor que habían cuidado por años, seguía dando sus frutos. Se dirigió al primer piso, después de todo tenían una modesta casa de dos pisos, mayormente ocupada por habitaciones compartidas en pareja. En la sala se encontraba la otra pareja, Hoseok en el sofá con la cabeza de Taehyung sobre sus piernas, ambos viendo distraídamente la televisión, era claro que aún estaban realmente afectados por la gran perdida que sufrieron.


—¿Necesitan algo?— cuestionó, viéndolos con interés.


—No, gracias— el beta declinó de inmediato.


—¿Tae?— no recibió respuesta.


Con un suspiro decidió por fin abandonar el lugar, perder a un hermano era difícil, principalmente cuando nunca se aprovechó su tiempo juntos como se debía. Las calles eran silenciosas e iluminadas únicamente por la luna, después de todo era una pequeña cuidad dedicada a la pesca, no habría razón alguna para que estuvieran despiertos tarde y menos para salir de sus hogares en la noche. Caminó cabizbajo hacia el parque, la fuente en esa época congelada y las plantas ocultas bajo un manto blanco, era un paisaje cautivador en realidad. Se dejó caer en una de las sillas de madera y miró el cielo con los ojos cristalizados. Lo extrañaba.


—Luces realmente abatido— era una voz tan cálida.


—Podría decir que lo estoy— admitió con tristeza —¿Qué haces fuera de casa tan tarde?— lo miró con interés.


—No mucho— se encogió de hombros con diversión —¿Qué haces tú?— se sentó a su lado.


—Ken, te he dicho que no me respondas vagamente, es molesto— arrugó la nariz.


El chico a su lado solo rió con gracia y volvió a encogerse de hombros, le gustaba, eso era claro. Ese encuentro le recordaba al primero que habían tenido, pues después de llegar al pueblo (por recomendación de Shownu) e intentar crear una nueva vida, seguía sintiendo esa inmensa tristeza que lo perseguía por la pérdida de Namjoon y no podía permanecer en casa viendo la tristeza de los demás. Recordaba salir una noche lleno de pena y culpa, correr y llorar hasta detenerse justamente ahí donde se encontraba, maldecirse por horas hasta que apareció un humano con una mirada curiosa pero un rostro inexpresivo. No hablaron y solo se sentaron uno al lado del otro hasta el amanecer.

Los encuentros se repitieron hasta lo que tenían ese día, no podía decir que había superado la pérdida de Namjoon pero encontrar a ese humano, a Ken, le había ayudado para sanar su corazón roto y desolado. Estuvieron hablando por lo que parecieron horas pero decidió volver, tal vez en casa no lo necesitaran pero sentía la necesidad de ir con ellos, de estar con ellos y aprovechar al máximo su compañía. Si algo le había enseñado la pérdida de uno de sus hermanos menores, era aprovechar cada oportunidad que le brindará la vida y no ser un egoísta. Jin siempre se había considerado inteligente y conocedor pero nunca era tarde para aprender una nueva lección de vida.

🐺 Alfa 🐺 Namkook - Kooknam [Bts] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora