Capítulo 11

51 10 0
                                    

Caroline

Al abrir mis ojos a causa de las extraordinarias lambidas proporcionadas por parte de Sasha con su saliva, pude notar que yacía dormida en el suelo cerca de la ventana y estaba cubierta por una manta blanca, al parecer no fue un sueño o... tal vez sí, todo me estaba confundiendo, pero mi mayor duda era ¿Cómo terminé aquí? Además, esa melodía sigue rondando en mi cabeza, tengo la sensación de que la escuchado antes, pero ¿Dónde?, es la pregunta.

Sacudí mi cabeza y decidí a levantarme, pero al momento de incorporarme mi cuerpo dolía severamente cayendo de nuevo al duro suelo, nunca había dormido tan incómoda y causarme tal daño. Desde mi posición observe la ventana sin el seguro, estaba completamente convencida que la había cerrado o... ¡No!, estire mi mano para sujetarme del filo de la ventana, pero para mi sorpresa un cardo guardián se encontraba ahí causando que unos de mis dedos sangrara, sentí un escalofrió con solo ver la flor y la mancha roja que se hallaba en mi cuerpo. Dos veces ya era demasiada coincidencia para que pasara y pudiera tratar de dar una lógica a lo ocurrido, sin agregar al sujeto de ayer en la noche que me vigilaba desde la acera, acaso todo esto lo relacionaba con la flor y como esta había llegado a aquel lugar.

Acaso seguía en un profundo sueño y estaba confundiéndolo con la realidad, pellizque mi mejilla para comprobarlo y estaba en lo cierto, estaba en la confusa realidad que solo me dejaba más incógnita por agregar cada vez seguía avanzando sin entender porque me estaba sucediendo esto a mí. Me había empezado a cuestionar incluso lo que veían mis propios ojos, mi vista se nublo por un momento al sentir como mis ojos se llenaban de aquel liquido salado, estaba asustándome y no podía hablar con nadie, se supondría que con la confianza que poseo a mis padres debería acudir a ellos pero esa sería la peor opción ya que terminaría con mi psicóloga de nuevo o en un sitio peor si notan algo malo en mí, si fuera con mis tíos o mi nana tengo miedo que terminen hablando con mis padres y tomen alternativas con volver, por ultimo Lisa y Steven, tienen suficientes problemas para cargar con mis alucinaciones.

Me tire en el frío suelo tomando la pose de huevo al sentirme sofocada con tantas cosas en la cabeza que no podía lograr encontrar una explicación, sin poder desahogarme como desearía, derramando lágrimas y evitando gemir demasiado alto para evitar que alguien más lo escuche, Sasha al verme así se tiró a mi lado y empujaba con su cabeza mi pierna para que dejara de llorar. Suena extraño decir aquello, pero un perro me ha llegado a consolar mejor que una persona y nunca me ha lastimado al verme tan frágil y vulnerable como lo han hecho otras personas.

De pronto, un ruido proveniente de la puerta se hizo presente dejando al borde aquellos iracundos pensamientos.

-Caroline, soy Megan. ¿Te encuentras bien? -dijo desde el otro lado.

Limpie mi rostro y trate de aclarar mi voz antes de hablar.

-Sí, todo normal. Solo...me caí de la cama.

-Eso es normal para ti. ¿Puedo pasar? -pregunto.

-Este...

No espero a mi repuesta ya que se introdujo a la habitación mirándome horrorizada al ver mi rostro que de seguro estaba hinchado por haber llorado.

- ¿Qué te sucedió, Caroline?

-Shh...-coloque mi dedo índice en mis labios indicando que no hable tan fuerte.

- ¿Qué te sucedió, Caroline? -volvió a preguntar.

-Tuve una pesadilla y parecía tan... real. Solo me asuste, ya se me pasara. –hable lo más claro posible que podía mi voz.

-Caroline...cariño, no tienes que colocarte una armadura conmigo, es normal tener miedo. Mírame a mi edad, le tengo miedo a tu madre cuando está enojada y eso que soy la mayor. Y ni hablar de mi fobia por las serpientes e insectos.

Él, mi mayor pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora