Capítulo 8

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Caroline

Posteriormente, no pensé que ir de compras era peor de lo que me imaginaba, pasar el tiempo desperdiciándolo entre tienda y tienda, aunque lo valía al pasar con Steven, fue divertido. Sin embargo, ver a las personas como se quejaban de que prendas eran tan simples para ellos o lo más tonto que escuche fue "los ceros que faltaban por agregar en aquella prenda". Sigo sin poder comprender que la gente despilfarra su dinero como si no hubiera un mañana, gastan en objetos que son innecesarios de verdad en vez de ayudar, al parecer eso no ocupa espacio en las pocas neuronas que poseen.

No me considero parte de este grupo, en realidad, siempre odie ver la forma en que mi madre derrochaba el dinero en grandes sumas para vestirse y una minúscula parte destinada para un albergue u orfanato, debía quedar bien ante la sociedad. Si estos se invirtiesen, fuera todo tan diferente, quienes más necesitan apoyo lo obtuvieran de quienes pueden cedérselo a todas sus anchas y no solo con migajas. En fin, esta es la ironía de la vida. Hablar de ayudar a los desafortunados por el ojo del que dirán. Ante la sociedad, cada día parecemos títeres de otros, haciendo lo que no nos gusta, usando una máscara para parecer el mejor samaritano.

Nunca... o bueno hasta el día de hoy, no he podido cambiar esa forma de pensar de mi madre, siempre recibo su reproche que es su dinero y ella lo gana, lo mínimo que puede hacer es usarlo como le plazca. Así que ahora me limito a contradecir su conducta, no puedo negar que es una buena madre, pero un poco egoísta al momento de ayudar a quien lo necesita más, según ella ya hace lo suficiente por aquellos "marginados de la sociedad", como suele tildarlos por no tener dinero. No puedo negar que es prejuiciosa en este tema. Al parecer no piensa que... "no siempre se permanece arriba en esta vida, a veces caemos y chocamos con el frio y duro piso, en ocasiones acompañados o en el peor de los casos, solos y rodeados de la absoluta oscuridad que nos consumirá hasta el final de nuestros días".

-Caroline, lo único que pido es que te comportes. No quiero sorpresas como...-lo pensó unos segundos antes de seguir-no es necesario recordarlo, esperamos tu padre y yo, que no nos decepciones esta vez. -pronuncio mi madre con su tono de voz gélida.

-Si...-respondí sin interés de seguir escuchando sus reproches-Por cierto, ¿A dónde van?, al parecer por su vestimenta no estarán aquí tampoco. -Alice lucía un vestido color carmesí que sujetada toda la parte superior de su cuerpo con un pequeño escote que era suficiente para denotar la línea de sus senos que relucían junto a su collar de perlas, la parte inferior de la prenda llegaba casi a la rodilla logrando apreciar sus largas y hermosas piernas que resaltaban gracias a sus tacos negros.

-Siempre pasas en la luna, mi pequeña niña. -tomo asiento a mi lado-Lo dijimos antes de abordar el avión. Tenemos un proyecto en este sitio, el nuevo socio quiere tener una cena para hablar del contrato y clausulas...ya sabes. Si pudiera, te llevara, pero...-suspiro-no puedo y tampoco pienso dejarte aquí sola. Por eso, promete quedarte junto a Steven en todo momento. No me agrada la idea que vayas a una fiesta apenas llegando, pero este niño me iba a volver loca si seguía persiguiéndome por la casa para dejarte ir, aunque de igual manera te ibas a quedar con él e ir, pero la terquedad le sigue dominando y su manía de comportarse como niño y molestarme aun teniendo mi respuesta a su favor. -bufo.

-Es normal sus neuronas ya están fundidas.

-Caroline, no digas esas cosas de tu primo. Recuerda que...-termine por ella-.

-Es como el hermano mayor que no tuve y debo respetarlo. -La mire sin poder creer que siga con la misma frase desde que era pequeña. -Lo sé, mamá. Solo que es verdad, ahora que lo pienso ese debe ser el motivo por el cual huyen las chicas de él y no tiene novia.

-No puedo con ustedes-rodo sus ojos y acerco sus labios a mi frente, depositando su beso y con ello dejando la marca de su labial-Cuídate y por Dios, compórtate como lo que eres, una señorita.

Él, mi mayor pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora