Capítulo 14

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Caroline

Después de un día tan ajetreado y de haber perdido mi desayuno, recibiendo a cambio una grata sorpresa que llevaba encima una gran pena por lo que habían hecho aquel par de idiotas en la tienda. La ira se había ido con el pasar la lista de canciones, me sentía más relajada, pero de algo estaba segura y era que no quería volver a pasar por este tipo de momentos bochornosos a causa de un preservativo.

- ¡Baja! -grito alguien en mis oídos mientras dormía.

Aquella acción provoco que abriera sin dudar mis ojos para ver al neandertal que casi saca mi corazón por mi boca del susto. La forma de despertarme de mi profundo sueño no había sido la más pacifica posible.

-Ya era hora, no logro comprender como puedes dormirte en cualquier lugar, aunque incluso dormida me haces quedar mal, abriste tanto tu boca que pensé que estabas cantando opera, me sorprende que no te hayas roto el cuello al estar en esa posición.

-Eres un...ash...te detesto, primero me humillas en público con tus condones y ahora te quejas. -reproche de mala gana y cerré mi boca de inmediato al procesar lo que acababa de decir.

-Lo dijiste correctamente. -aplaudió-es un milagro.

-Eres un asqueroso, cual es la necesidad de comprar una gran cantidad de cajas de...eso.

-Vamos Caroline, ya dijiste la palabra no te la comas ahora.

-Payaso. No te atrevas a volver hacerme eso.

-Necesito varios condones para la fiesta. Recuerda. Se debe vivir como si fuera la última noche.

-No te pedí explicaciones.

-Espero y ese día vayan más chicas dispuestas a disfrutar de la noche, necesito una buena dosis de besos en todo mi cuerpo.

-Degenerado...asqueroso. Cállate, eres un repugnante. -tape mis orejas.

- ¿Algo más que quieras agregar para ofenderme? -reprocho con los brazos cruzados.

-Adiós. -rodé los ojos.

Sin esperar su respuesta y al notar que el auto no estaba en movimiento, no me detuve a observar a mi alrededor, abrí la puerta sin dudarlo y antes de dar un paso fuera, me detuvo del brazo y me regalo una gran sonrisa que hacía lucir sus perfectos blancos dientes.

-No pienses que me harás cargar todo a mí solo, Caroline.

-Son tus cosas. Asqueroso. Cárgalas y deja de quejarte, o acaso yo las usare. -saque mi lengua.

-No me enojare en regalarte unas cuantas cajas, pero no quiero verte invalida al ser tu primera vez.

- ¿Mi primera vez? -pregunte atónita haciendo la peor mueca de mi vida.

Asintió con la cabeza con una sonrisa malévola.

-Es evidente. No debes ocultarlo. Soy tu hermano mayor y resolveré todas tus dudas.

-No se supone que debe molestarte que alguien intente acercarse. -lo mire entrecerrando los ojos.

-Puedo ser medio o escasamente liberal, luego le romperé la cara al infeliz por tocarte.

-Y para que mierda me das eso entonces. -exclame.

-No lo sé.

-Steven. -sujete sus mejillas-Madura. No me interesa estar con alguien, entendido.

-Llegara alguien y te hará feliz que sin pensarlo estarás perdido cuando sus miradas se encuentren y tus mejillas se sonrojen causando que una chispa siga creciendo entre ambos y...

Él, mi mayor pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora