Capítulo 44. "Embrujada".

154 14 2
                                    


-Bárbara...

-La mismísima _(tn)_ Hundson, que buena ocasión para encontrarte. -dijo con una sonrisa, que esconde algo lejos de una buena intención.

-Opino lo mismo. -dije, sin tener algo más por decir.

-Me dejaste plantada la ultima vez. Ahora mismo no puedes negarte a una invitación. -negué tajante.

-De hecho espero ahora mismo a alguien. -me disculpé, me incorporé. Tenía la necesidad de irme, no quiero que Bieber me vea con esta mujer.

-A el. -dijo, casi con un toque de lastima.- Necesitas dejarlo, en verdad dejarlo ya. -tomó mis manos y puedo ver desesperación en su mirar.

Su estado de animo cambio de un solo salto. Su mirar, tan lleno de miedo, desesperación y la mas pura lastima, hace que mi piel se erice; casi conectando con lo mismo que ella siente.

-Te dejará mal, Hundson, muy mal. -negó y miró al suelo.- Acepta platicar conmigo, necesitas saberlo todo, no puedes seguir embrujada por ese hombre miserable. -me miró de nuevo.- En verdad, embrujada...

Algo me hace sentirme como a contra tiempo, giro mi mirada a todos mis alrededores, esperando no verlo cerca.

-Hoy, en la noche. -solté, desesperada e intrigada por lo que ella tenga que decirme.- A las 7, te veré aquí mismo, si te parece, no conozco demasiado aquí.

Asintió, sin poner ningún pero.- Por favor, debes de venir. Te veré en la noche.

Dijo para darse la vuelta, yéndose como si huyera. ¿Bieber le causa tanto miedo? A esta mujer con quien compartió más que una cama en su vida. Le acepte verla, porque necesitaba que se fuera antes de que el profesor regresara, igualmente porque me intriga que hay por decirme.

-¿A quien miras, Hundson? -esas palabras hicieron que un pequeño toque eléctrico recorriera toda mi espina dorsal.

Gire sobre mis talones para verlo. Ahora estábamos de frente, lo analicé unos segundos antes de soltar cualquier idiotez de mi boca.

Traía una bolsa de alguna compra, zapatos por lo que veo.

-Te pregunto, Hundson.

-Viendo si venías.

Dio un gesto de aceptación ante mi excusa. Me extendió aquella bolsa.- Espero sean de tu talla.

Me senté de nuevo en la banca de hace un momento, abrí aquella bolsa y era una caja de unos cómodos Vans, de inmediato abrí aquella caja y sonreí. Realmente me caen como anillo al dedo.

Lo miré, permanecía parado frente a mi, con un atisbo de curiosidad en su mirar.

-Gracias. -solté aliviada.- Te los pagaré.

El se puso en cuclillas, quedando nuestras miradas al nivel. Con sus manos presionó fuerte en mis muslos. Puedo sentir mi sangre arder, mi ritmo cardiaco comienza a acelerarse.

-Me pagas justo así. Sabiendo cuanto me deseas. -sus manos subieron peligrosamente. Sonrió maliciosamente.- Me esperarás en la noche, Hundson, hoy te estoy deseando mucho.

-Voy a salir. -solté, replicándome después por haber dicho eso en este momento.

El se incorporó y me miro analizándome.

-¿Con quien?

-Sola, dijiste que era bueno y lo tuve en consideración.

Se inclinó y besó mi cabello, hundió mi mejilla en su palma y acarició suavemente.

-No quiero chicos, Hundson, por favor no me hagas enojar. -su mano levanto mi quijada para mirarle. Negué, tontamente.- Eres tan pequeña, tan mía.

Guarde silencio, que a veces es lo mejor que puedes hacer estando a su lado.

(...)

Estoy nerviosa por el encuentro. Justin insistió en llevarme y en recogerme cuando termine. Vamos en camino y el atardecer dando paso a la noche es hermoso. El ambiente en todo el camino ha sido algo tenso. He estado pensando toda la tarde en que pasará en este encuentro. 

Lo miro de reojo. ¿Embrujada? En verdad embrujada, dijo.  ¿Sera algo empleado de forma sarcástica? Rio tontamente, es obvio.

El frunció el ceño sin dejar de mirar el camino. Solté un suspiro.

-Me tienes embrujada. -soltó una sonrisa, un tanto burlona que es tan difícil ver en su rostro.- ¿Qué? ¿Suena tan tonto? -asintió. Me relaje en el asiento y miré por la ventanilla.

-No es mala opción, ¿no crees? -sonreí con pereza.- sinceramente, señorita Hundson, no necesitaría de ello, yo siempre tengo el control por mi propia mano.

-Me consta.

El auto se detuvo en un cruce peatonal.

-¿Y te agrada? -lo miré, el ya me miraba. Tan solo me encogí en hombros.

-No lo se, profesor, tenemos un acuerdo en común, algo sin prohibiciones, libre. -dije examinándolo, sus facciones cambiaron de nuevo, su mirada se volvió obscura.- No veo porque deba tener siempre el control.

Casi puedo desear desde lo mas profundo de mi ser haber mordido mi lengua, justo en aquellas ultimas palabras.

Quitó su mirada de la mía y el auto reanudo su andar.

El silencio a veces te ensordece mas que cualquier ruido, este es uno de esos casos. El ambiente es tan sombrío, oscuro. Casi puedo sentir como es hasta pesado el respirar.

Escuché el seguro de las puertas activarse, de inmediato lo miré desconcertada.

-A veces las historias dan un giro inesperado. -me miró sin importar que estuviera manejando.- muy inesperado, señorita Hundson.



Harder. [2da temporada "Miradas Secretas"] Justin Bieber & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora