Twice-One Shots.

37. Michaeng

Religion.

-¡Bajen!-gritó una señora desde el piso de abajo.

Mina y su hermanita Tzuyu se asustaron parándose de la cama de inmediato.

-¡Estamos tarde!-gritó Mina.

-N-no puede ser...¡nos van a matar! Unnie....¡nos van a matar!

-Calmate...cálmate...cariño no nos harán nada, vístete rápido...-dijo Mina tratando de calmar a su hermanita quien tan solo tenía doce años.

Tzuyu se paró de su cama, yendo a su armario y tomando de su clóset su ropa. Una camiseta de cuello alto, sin ningún tipo de abertura, un pantalón hasta el talón, ni tan suelto ni tan pegado y uno zapatos negros de vestir. Casi toda la ropa de ellas dos era muy similar.

-¡Ya vamos madre!-gritó Mina sin ser irrespetuosa.

Tzuyu la miró asustada mientras que ambas se cambiaban de ropa rápidamente.

Solo bastaron tres minutos para que ambas jóvenes estén listas y arregladas para bajar a desayunar.

-Buenos días...-dijeron ambas al unísono.

-Buenos días.-dijo su madre dándoles un vistazo de pies a cabeza a ambas chicas como todas las mañanas.

Ambas se dirijeron al comedor.

-¿y mi padre?-preguntó Mina.

-Está vistiéndose, no coman hasta que el vuelva...-dijo la madre con un semblante serio.

Ambas niñas se quedaron sentadas, sin decir ni una sola palabra.

-Buenos días.-dijo un señor aproximándose al comedor.

Mina y su hermana se pusieron de pie de inmediato.

-Buenos días padre-dijeron ambas al unísono haciendo una pequeña reverencia.

El hombre las miró y con un simple gesto les ordenó que tomen asiento.

La madre y el padre se sentaron frente a las niñas.

-Te agradecemos señor, por permitirnos un día más de vida, por alimentarnos nuevamente....-oraba el hombre mientras que por inercia todos los presentes juntaban sus manos en son de oración mientras cerraban los ojos con fuerzas.

-No nos permitas fallarte, ni mucho menos pecar sobre tu nombre...-musitó el padre de ambas jóvenes.

Las jóvenes abrieron los ojos tras oír silencio, suponiendo que la oración había culminado.

-Pueden comer ahora.

(...)

Por fin habían terminado de comer, Tzuyu había recibido una pequeña llamada de atención por parte de su madre tras comer de manera algo apurada.

-Pasaré por ustedes a las tres en punto.-dijo la señora dejándolas en la puerta de la escuela.

Ambas asintieron.

Mina tomó a Tzuyu de la mano y observó hacia atrás viendo como su madre se iba alejando.

-Mina unnie...hoy mi amiga me invitó a su casa, pero no creo que pueda ir ¿verdad?- dijo la menor muy apenada.

-S-si..exacto..olvidate de esa idea, pequeña-dijo Mina triste por su hermana.

-U-unnie promete que tu te quedaras, no se como hacer si tu no estás...-dijo Tzuyu asustada.

-Te lo prometo...-dijo sonriendo.

-Cuidate unnie, nos vemos a la salida...-dijo Tzuyu yéndose hacia la puerta.