Capítulo 7

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UN REENCUENTRO Y UN DESPROVISTO

SAMANTHA
Me encontraba sola fuera de la cabaña, ¿Por qué? Pues la directora dijo que recorriéramos un poco el lugar antes de anunciarnos las actividades que haríamos. Decidí no ir con Bethany y Dylan para darles un momento a solas y tampoco estaría con Jackson por tres razones:La primera: no le caigo bien ni el me cae bien. La segunda: No pasan dos minutos y ya está coqueteando con alguna chica. Y la tercera: ¿Ya dije que no me cae bien? Estaba muy entretenida jugando con la hoja de una planta hasta que choco con alguien por accidente, provocando que me caiga al suelo. Genial Samantha, parece que ver por donde caminas no es una opción en tu estilo de vida. —Lo siento, Dios que pena, déjame ayudarte.— Dijo alguien extendiendome su mano. Levanté mi mirada para ver de quien se trataba y abrí mis ojos como platos al ver esos ojos verdes avellana que me volvían loca desde la primaria. Se trataba de Peter Wilson, era muy lindo a decir verdad, no era para nada popular, era un chico más, cosa que me agradaba y mucho. Lo tenía algo olvidado desde que llegó Jackson, no tengo idea del porqué. —Oh no pasa nada, fue mi culpa, estaba muy distraída.— Contesté tratando de ocultar mis nervios mientras me levantaba con la ayuda de su mano. —¿Es loco verdad? Nos conocemos hace años y nunca hablamos muy seguido.— Dijo Peter mirándome con una sonrisa logrando que me sonrojara un poco. —Tienes razón.— Dije con una media sonrisa. —Podríamos empezar a hacerlo, pero solo si tu quieres claro.— Propuso mirando hacia el suelo tímido. —¡¿En serio?!— Pregunté muy emocionada a lo que me pegué mentalmente. —Digo... ¡Claro! Sería buena idea.— Musité tratando de actuar normal. —Esta bien, si quieres podemos hacer algo después del almuerzo.— Musitó mirándome de manera sonriente. —Me encantaría.— Afirmé devolviéndole la sonrisa. —Nos vemos Sam.—Habló Peter yéndose, no sin antes darme un beso en la mejilla como signo de despedida, a lo que yo ya estaba poniendo fecha de matrimonio mientras lo miraba embobanda alejándose de mi. —Con que la pequeña Parker ya tiene novio.— Rodeé los ojos al escuchar esa voz que tanto odio detrás de mi. —¿No tienes nada mejor que hacer Ryder? Pregunté dándome la vuelta para mirarlo de forma seria como siempre lo hago. —Nah, me gusta molestarte, podría decir que ya es costumbre. Cuéntame ¿Hace cuanto salen?— Preguntó Jackson sin expresión alguna. —¿A qué te refieres?— Interrogué cruzándome de brazos.— —¿Te gusta verdad?— Preguntó con una notable mirada de burla. —Eso no es asunto tuyo.— Contesté de manera seria. —Si, te gusta.— Afirmó. —¡Deja de meterte en asuntos que no te incumben!— Exclamé dandole un pequeño empujón. —¿Y qué si lo hago? ¿Me pegarás?— Preguntó desafiante acercándose hacia mi. —Eres insoportable Ryder.— Dije fulminándolo con la mirada. —Así me amas pequeña Parker.— Musitó acercándose aún más. —En tus sueños.— Negué con seriedad, quieta en mi lugar. —Querrás decir pesadillas.— Dijo ya muy cerca de mi. —¿Oye podrías hacerte a un lado? Estás demasiado cerca.— Musité mirando para otro lado tratando de ocultar mis nervios, espera, ¿Nervios? No, claro que no. Era incomodidad, esa era la palabra correcta. —¿Nerviosa?— Sonrío triunfante. ¿Qué acaso lee mentes? —Ya quisieras— Solté poniendo mi mano en su pecho para alejarlo de mi. —¡Chicos vengan! Tenemos que ir a almorzar y no doy más mas del hambre.— Apareció Bethany llegando junto a Dylan. —Opino igual.— Habló el recién nombrado. Pude ver que estaban agarrados de la mano a lo que yo sonreí pícara hacia mi amiga, supongo que Jackson también lo noto ya que hizo lo mismo con Dylan. —¿Pasa algo?— Preguntó la pelirroka algo confundida. —¿Para cuando el anillo?— Preguntó Jackson con burla señalando sus manos a lo que ellos se soltaron rápidamente sonrojados. —Ya vámonos tortolitos.— Dije para después todos dirigirnos hacia el comedor. —¿Me puedo sentar con ustedes?— llegó Peter hacia nosotros con una bandeja con comida en sus manos. —Claro que...— fui interrumpida por Jackson. —No— ¡¿Pero a este que le pasa?! —Lo siento campeón pero ya no queda lugar.— Habló nuevamente Ryder completamente serio. —Oh, esta bien, para la próxima entonces.— Dijo Peter con una mueca. —No le hagas caso, hay lugar de sobra.— Dije haciéndome a un lado para que se pueda sentar a lo que él me sonrió, no puede ser, nos casaremos mañana. —Oye, ¿Eres uno de los chicos nuevos verdad?— Preguntó Peter a Dylan. —Si, me llamo Dylan.— Contestó sonriente a lo que Jackson puso los ojos en blanco. —Soy Peter.— Se presentó alegre —Claro, yo soy Jack y también soy nuevo.— Dijo Ryder sin expresión alguna hacia el de ojos verdes. —Oh yo...— —No, no hace falta que me cuentes sobre ti, ya se tu nombre y con eso me basta.— Hablo Jackson sin interés. —En realidad iba a darte la bienvenida.— Habló Peter levantando una de sus cejas borrando su sonrisa. Esto ya era algo incómodo todos estábamos en silencio y Jackson lo único que hacia era mirarlo a Peter como si lo fuese a asesinar, ¿Qué le pasa? Él tratando de ser amable y Jackson lo trata como basura. —¡Atención por favor! ¡Todos presten atención!— Dijo la directora ganándose las miradas de todos. —Aprovechando que hoy es un día soleado haremos algunas actividades por equipos, estos serán formados por como están sentados ahora mismo— Peter y yo sonreímos al escuchar esas palabras. —Por favor vayan saliendo.— Terminó de hablar a lo que todos salimos emocionados. —Bueno en esta actividad escalaremos una montaña y luego nos tiraremos por una tirolesa, ya que el recorrido es algo largo vamos a ir pasando de a dos, por lo tanto elíjanse una pareja.— Indicó uno de las profesores. —Oye, ¿Vamos juntos?— Me preguntó Peter con una sonrisa. —Claro, me encantaría.— Dije devolviéndole la sonrisa. —¿Profesora se puede de a tres?— Preguntó Jackson metiéndose en el medio de Peter y yo a lo que lo miré molesta. —No Jackson, solo de a dos.— Dijo a lo que yo sonreí. La directora le susurró algo a lo que yo claramente no pude oír. —Pero tengo una idea, Perer ven, ponte con Joey que está solo y tu Jackson irás con Samantha.— Mi sonrisa se borró completamente. —Esto será divertido.— Susurró el de ojos grises en mi oído causándome escalofríos. —¿Contento Ryder? Lo arruinaste todo.—Musité mirándolo seria. —¿Arruinar qué? ¿Y contento por qué? La qué tendría que estar contenta eres tú, no muchas tienen la oportunidad de estar tan cerca de mí.— Dijo con una sonrisa orgullosa. —¿Cerca? ¿A qué te refieres?— Me quedé callada al ver a uno de los profesores poniéndonos unos arneses y un tipo de soga que comenzaba en mi cintura y terminaba en la de Jack ocasionando que estemos muy pegados uno al otro. —¿Profesor hace falta tan cerca?— Pregunté con notable incomodidad. —Es por su seguridad, dense prisa es su turno.— Rodeé los ojos y me dirigí con Jackson a lo que sería el principio del recorrido, ahí un señor nos explicó cómo sería todo y que por nada del mundo nos sacáramos los arneses y menos desatar el nudo de las soga que nos unía. —Muy bien, ya todos saben lo que tienen que hacer, en ese caso ya pueden empezar.— Indicó él profesor. Apenas habíamos empezado el recorrido y  obviamente no tardamos en pelear. —¿Me quieres decir por qué haz hecho eso?— Interrogué tratando de mantener la calma. —¿Hacer qué?— Preguntó Jackson poniendo cara de inocente. —No te hagas el idiota Ryder, ¡¿Por qué rayos hiciste esa escena?!— Exclamé ya un poco harta. —Oh, ¿Te refieres a lo del chico de ojos color moco?— Preguntó con burla. —Peter, se llama Peter.— Dije poniendo los ojos en blanco. —Te salvé de él, se nota que es un mujeriego, deberías darme las gracias.— Sonrió con orgullo. —Tienes razón, ¿Ya que estamos te agradezco con un beso verdad?— Pregunté seria mientras subía una pequeña montaña con Jackson al lado mío. —Por mi no hay problema.— Dijo guiñándome un ojo a lo que yo bufé. —Nota el sarcasmo idiota.— Protesté —Oye no vayas tan rápido te vas a lastimar.— Habló nuevamente Jackson. —No eres nadie para darme órdenes.— Dije desafiante. —¿Acaso no recuerdas que estamos unidos y tenemos que ir al mismo tiempo?— Dijo frustrado.—¿Acaso no recuerdas que no me importa lo que dices?— pregunté molesta. —Además ya estamos apunto de terminar, deja de quejarte.— Bufé para seguir avanzando. —¡Samantha mira por donde pisas en serio!— Exclamó Jackson alarmado ahora atrás de mi. —¿A qué te refieres?— —AHH— No tuve tiempo de reaccionar que ya me estaba tambaleando por culpa de una roca floja ocasionando que me caiga al suelo junto a Jackson. —¡Te dije que me hagas caso!— Se quejó sobándose la cabeza. —No seas exagerado, fue una simple caída de no mas de dos metros.— Dije rodeando mis ojos. —Tenemos que seguir, seguro somos los únicos que aún no terminaron.— Avisó él parándose. —¿Qué esperas?— Preguntó viéndome confundido ya que yo todavía seguía en el suelo. —Me duele demasiado el tobillo.— Dije haciendo una mueca. —¿Ahora quién es el exagerado aquí?— Preguntó con una pequeña risa, pero al ver mi cara de "te voy a matar" paró al instante. —Prueba caminar, si no puedes es que evidentemente te doblaste el tobillo, y si puedes pues no pasó nada.— Dijo Jackson sin expresión alguna. Me apoyé de algunas rocas y logré pararme pero intenté dar un paso y volví a caerme. —Mierda.— susurré. —Si, definitivamente te doblaste el tobillo, ¿Tan inútil tenías que ser pequeña Parker?— Interrogó el de ojos grises con aires de grandeza. —Ya deja de comportarte como si fueras el mejor en todo, eres insoportable.— puse mis ojos en blanco. —Además si puedo caminar.— Agregué con orgullo mientras me paraba con dificultad, caminaba con una gran mueca de dolor pero podía hacerlo. —No hace falta que finjas.— Dijo Jackson en un intento de cargarme pero obviamente me negué. —Dije que yo puedo.— Lo mire seria. —Y yo dije que no finjas.— Habló para después cargarme en sus brazos. —Vayamos por el camino plano en vez de por la montaña y llegaremos rápido.— Dijo él. —¿Había camino plano? ¡¿Por qué no fuimos por ahí desde el principio?!— Pregunté alterada. —Siempre hay que vivir las cosas al máximo princesa.— sonrío con burla. —No me digas así.— Lo mire fijamente pero recordé que lo tenía a centímetro así que desvíe mi mirada rápidamente. —Lo que digas princesa.— Musitó riendo. —Eres demasiado idiota— —Y tu eres demasiado bonita.—

Martes 13 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora