VACACIONES FINALIZADAS, DE REGRESO A CASA
JACKSON
Me encontraba dándome una ducha, estas serían mis ultimas horas aquí en México, pues hoy todos volveríamos a nuestros hogares y mañana comenzarían las clases nuevamente, de solo pensar en eso ya había puesto mis ojos en blanco. Al terminar de bañarme me sequé el cuerpo junto a mi cabello y me coloqué un conjunto de ropa bastante cómodo, ya listo me encontré a mis padres, quienes estaban guardando algunas cosas en las maletas. —No quiero irme.— Solté un bufido a lo que estos voltearon a verme con una sonrisa. ¿Acaso les alegraba mi tristeza? Que malos padres. —Cariño, ya sabes que las vacaciones no duran para siempre.— Musitó mi madre encogiéndose de hombros. —Además retomas la escuela mañana, ¿Ya es hora de volver no lo crees?— Preguntó esta vez mi padre. —Como digan.— Murmuré de forma infantil saliendo hacia el pasillo del Hotel para paso seguido dirigirme a la puerta de la habitación de los Parker, al tocar esta fue abierta por Mónica con una amplia sonrisa en su rostro. —Oh, buenos días Jack, ¿Necesitas algo?— Preguntó de forma amable. —Buenos días, en realidad solo venía para saludar a Samantha.— Esta me miró de forma pícara al pronunciar el nombre de su hija. —Y a ustedes también por supuesto.— Hablé de forma rápida rascándome la nuca con notable nerviosismo. —Samantha está en su cuarto, sigue durmiendo. Suerte en despertarla.— Musitó de forma burlona colocando su mano derecha en mi hombro retirándose de allí. Me adentré a la habitación a pasos cuidadosos dirigiéndome hacia el cuarto de la rubia, al llegar vi a esta durmiendo tal como siempre, no de manera angelical, sino de forma completamente chistosa. —Hey, hey Sam, despierta.— Susurré sentándomela al borde de la cama. Al ver que ella no había reaccionado ante mi llamado me acerqué un poco más colocando mi mano en su mejilla haciendo leves caricias allí. Noté como comenzó a abrir sus ojos levemente mientras se estiraba, sonreí ante eso. Pero cuando se dio cuenta de mi presciencia abrió sus ojos como platos y me dio una cachetada provocando que me caiga de la cama soltando un chillido de dolor. —Auch.— Hice una mueca sobándome la mejilla. —¡Jack! Dios lo siento, no era mi intención, me asustaste, perdón, ¡Perdón!— Alarmó saliendo de la cama agachándose a mi altura viéndome de forma preocupada. —¿Tan feo soy?— Hablé con burla aún sin poder quitar la mueca de mi rostro. —No tonto, todo lo contrario.— Negó con una sonrisa de labios. —Lindo pijama.— Solté una leve risa al ver sus prendas para dormir, que consistían en un short y una musculosa con dibujos de pequeños conejos rosados, ella se sonrojó. —¿A qué viniste?— Preguntó ignorando por completo mi comentario. —Pues a decirte buenos días supongo.— Respondí con sinceridad encogiéndome de hombros a lo que ella me vió de forma tierna. —Entonces en ese caso, buenos días.— Musitó dándome un beso en la mejilla poniéndose de pie. —¿Por qué en la mejilla?— Reproché haciendo un puchero. —¿Por qué el qué?— Preguntó confundida. —Pues el beso en la mejilla Parker, me ofendes.— Dramaticé con exageración. mientras tambien me ponía de pie. —Acuérdate que estas a prueba Ryder.— Habló con una sonrisa a lo que yo rodeé mis ojos con diversión. —Okey, después de todo no será muy difícil demostrar que me gustas y que quiero volver a estar en una relación contigo.— Musité de forma normal a lo que ella miró hacia otra parte. —No lo digas así.— Se quejó a lo que yo la miré de forma confundida. —Así cómo?— Interrogué. —Así como si no te costara, como si fuese completamente natural.— Respondió elevando sus hombros. —¿Tratas de decirme indirectamente que cuando digo estas cosas te pongo nerviosa?— Pregunté sin rodeos mientras me acercaba hacia ella. —¿Qué? ¡No! ¿Qué te hace pensar eso?— Musitó confundida mientras retrocedía unos pasos hacia atrás. —Pues como desvías tu mirada hacia otra parte.— Dí un paso. —Como tu mejillas se ponen levemente coloradas.— Di otro paso. —Y como te pones notablemente nerviosa ante mis pies.— Di un paso más acorralándola contra la pared. —Oh genial, el Jack presumido está de regreso.— Celebró con sarcasmo. —Y no estoy nerviosa.— Negó a lo que yo elevé una de mis cejas. —¿Segura?— Pregunté acercando mi rostro hacia el suyo, ella sonrió ante esto. —¿Chicos ya están listos para desayunar? En un rato debemos ir hacia el aeropuerto.— Nos interrumpió Mónica de forma repentina a lo que nos separamos rápidamente. —Oh Samantha, ¿Aún no te haz cambiado?— Preguntó la mayor colocando sus manos en su cintura. —Eso iba a hacer ahora mismo, permiso.— Musitó algo avergonzada para después tomar un conjunto de ropa adentrándose al baño. Mi antigua y futura suegra me vió con su ceja izquierda alzada en busca de una explicación, yo sonreí ampliamente queriendo huir de allí.
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Martes 13
Teen FictionMartes trece, día conocido como el de la mala suerte. En donde todo puede suceder de mala manera y de la forma en la que menos te la esperas. Polos totalmente opuestos, tal como el agua y el aceite, definitivamente no los puedes unir. Ella, una chic...