LA PEOR SORPRESA DE TODAS
SAMANTHA
Eran exactamente las siete en punto de la mañana y me encontraba sentada en el autobús mirando hacia la ventana volviendo del campamento, ese campamento que no fue igual a todos los demás, tuvo sus partes malas como las buenas, no me puedo quejar mucho. Lo que si me quería quejar es de la actitud insoportable de Jackson ahora mismo, obviamente estaba sentado al lado mío, pues la directora no se había olvidado de nuestro castigo. —¡Oh vamos! ¿Acaso nunca dices si?— Bufó un Jackson enojado elevando sus brazos. —Jackson ya para, no gastaré lo poco de batería que me queda en mi celular para que veamos una película.— Dije ya un poco harta de su actitud. —Hagamos algo, si toca cara vemos la película, y si toca cruz no vemos la película y dejo de molestarte durante el tiempo que queda de viaje de acuerdo?— Insistió sacando una moneda de su bolsillo. —No y absolutamente no.— Contesté seria desviando mi mirada de el. —Siempre tan cobarde pequeña Parker.— Susurró Ryder con la intención de que no lo escuchara pero evidentemente no lo logró. —¿Sabes qué? Hazlo.— Acepté desafiante a lo que él sonrío triunfante para después tirar la moneda y atraparla haciendo que tocara... Cara, mátenme, porfavor matenme. De acuerdo, pásame tu celular yo elijo la película. —Habló Ryder tan orgulloso como siempre extendiendo su mano a lo que yo se lo di poniendo mis ojos en blanco. —Bueno veamos esta, es de comedia.— Dijo Jackson poniéndole Play a una de las películas que tenía descargada en mi celular. —Oh, esta bien.— Pronuncié sin enojo alguno, pues era una película que me gustaba mucho.(•••)
Ya casi íbamos por el final de la película, la tercera que estábamos viendo, el sol se estaba ocultando poco a poco y se podia notar como la luna iba apareciendo lentamente, mirábamos muy atentos hacia mi celular hasta que pasó una escena muy graciosa a lo que no pude evitar soltar una carcajada provocando que Jackson también lo haga, sentí como si el mundo se parara, lo se muy cursi pero la simple escena de ver al chico que mas "detesto" riéndose alegremente me causaba algo dentro de mi, algo inexplicable, dejé de reír y lo observé, miraba cada una de sus pecas y sos bellos ojos peculiares color gris. Esperen... ¿Bellos? ¿Dije bellos? No, claro que no, normales, ojos normales. Jackson al notar que estaba callada imitó mi acción tambien dejando de reír y se dispuso a observarme, algo que me puso muy nerviosa a decir verdad, pero digamos que ese momento no duró mucho ya que el transporte en el que estábamos se detuvo de una forma algo agresiva provocando que todos rebotaramos un poco de nuestros asientos con nuestros ojos algo abiertos por dicha impacto. —Por favor todos préstenme atención.— Comenzó a hablar la directora robándose la mirada de todos. Hemos llegado a la primer y única parada que decidimos hacer.—Los que quieran pueden ir al baño o comprarse algo en la cafetería y los que no necesitan ninguna de las dos cosas pues se pueden quedar aquí, tenemos media hora así que por favor no tarden.— Terminó de hablar retirándose por las pequeñas escaleras yéndose hacia afuera provocando que algunos de nuestros compañeros la imitaran obviamente incluyéndonos. —Hey.— Saludé a Bethany al verla una vez ya fuera del autobús. —Hey, ¿Cómo te está yendo el viaje con Jack¿, ¿Ya se besaron de una buena vez?— Preguntó de forma pícara a lo que yo claramente le daría una mala mirada, pero digamos que en vez de eso hice una mueca y aferré mis manos a mi estomago con una expresión de dolor. —Oye, ¿Te sientes bien?— Preguntó algo preocupada al ver mi rostro. —No, me duele demasiado el estomago...— Iba a seguir hablando hasta que sentí un líquido correr entre mis piernas. —¡Andrés!— Gritamos al mismo tiempo provocando que algunas personas nos viesen raro. —Rayos no traje toallas sanitarias.— Dije preocupada. —Mierda yo tampoco, vayamos a comprar algunas.— Propuso la pelirroja. —Es que tampoco traje dinero, pues pensaba ir solo al baño.— —¿Tan parecidas somos que hasta en eso coincidimos? —Preguntó mi mejor amiga desesperada. —¡Tengo una idea! Pidámosle dinero prestado a alguien.— Propuso nuevamente mirando a su alrededor y al instante la mirada de mi amiga se detuvo en Jackson, pues era el que estaba más cerca de nosotras ya que recién se estaba bajando del autobús. —De ninguna manera.— Negué fuertemente de forma incrédula. —Samantha estamos en medio de una urgencia, ya mismo le pides a Jackson dinero.— Dijo de forma seria para después empujarme cerca de el a lo que Ryder me miró algo confundido. —Ocurre algo?— Preguntó elevando una ceja. —Ehh si, bueno...— Comencé a tartamudear nerviosa buscando a Bethany con la mirada pero evidentemente esta se había ido mientras que yo estaba distraída. —Sin rodeos Parker.— Musitó con una de sus típicas sonrisas de diversión. —Necesito dinero, ¿Puedes prestarme?— Pregunté de forma directa a lo que el ahora elevó ambas cejas. —Esta bien... Pero tengo que saber que vas a comprar.— ¿Es en serio? Maldita sea, ¿Por qué tengo tanta mala suerte? —Agh, ya que.— Protesté harta tomándolo de la mano caminando de forma apresurada para después entrar al local y dirigirnos al estante donde había toallas femeninas a lo que desvíe mi mirada algo avergonzada. ¿Pero por qué rayos me da vergüenza? Esto es algo normal, ¿Qué te ocurre Samantha? —Oh... Era eso.— Dijo de forma muy natural sacando su billetera a lo que yo lo miré algo sorprendida mientras agarraba un paquete de lo que dicho antes necesitaba, pues pensé que se burlaría o algo por el estilo. Una vez ya en la caja Jack le pagó a la señora y salí corriendo hacia donde estaban los sanitarios con el paquete en mis manos sin emitir ni una sola palabra, claramente luego le daría las gracias pero ahora estaba en plena crisis. Una vez al llegar, que por suerte no me había manchado ni un poco me coloqué la toalla sanitaria para después lavarme las manos y acomodarme un poco mi cabello. Al salir al pasillo me encontré con Jackson que llevaba en sus manos un jugo de fresas junto a unas pastillas para el dolor menstrual, lo miré algo sorprendida a lo que el rápidamente habló. —¿No te gusta el jugo? Si quieres lo cambio, aún estamos a tiempo.— Preguntó con una pequeña mueca, si no estuviéramos hablando de Jackson Ryder ya estaría completamente enamorada de él. —Oh no tranquilo, simplemente me sorprendí, gracias por todo, apenas pueda te pago lo que te debo.— Dije brindándole una sonrisa tierna. —No hace falta que me devuelvas nada, aunque no te haya tocado el lado de la moneda prometí no molestarte en el resto de tiempo que queda del viaje y estoy cumpliendo con mi parte, ¿No?— Preguntó cruzándose de brazos con una expresión nula a lo que borré un poco mi sonrisa asintiendo, pues pensaba que por primera vez en la vida Jackson Ryder estaba haciendo algo bonito por mi porque quisiera y no por obligación. —Claro, será mejor que nos vayamos yendo.— musité sacudiendo levemente mi cabeza tratando de sacarme de la mente mis absurdos pensamientos. — Una vez ya dentro del autobús tomé una de las pastillas que Jackson me había comprado para después tragarla con ayuda del jugo de fresas, apoyé mi cabeza contra la ventana y me dispuse a dormir y relajarme, o más bien traté, pues estaba muy incómoda y no encontraba mi posición, finalmente después de tantas vueltas en mi asiento decidí dormirme del lado derecho que claramente ahí no estaba la ventana y no tenía idea donde estaba apoyada ahora mismo pero estaba demasiado cansada asi que simplemente cerré mis ojos y caí en los brazos de Morfeo, pero lo que no sabía es que literalmente había caído dormida en aquellos brazos. Todo fue en un abrir y cerrar de ojos, se ve que era la única no informada que solo quedaba media hora para que termine el viaje, no se si sentirme indignada, completamente enojada o sumamente frustrada. Bueno creo que estoy exagerando un poco, pero en mi defensa dormí muy poco y no estoy en mis mejores momentos.—Hey Samantha, despierta hemos llegado.— Escuché una voz susurrándome en el oído a lo que comencé a despertarme lentamente y no pude evitar abrir los ojos como platos y separarme rápidamente al ver que había dormido en el hombro de Jack. —¡¿Por qué no me quitaste de tu hombro?!— Pregunté tratando de ocultar lo avergonzada que estaba a lo que él me miro de forma burlona. —Pues lo que no sabes es qué camino al campamento hiciste exactamente lo mismo que ahora y pues te vez muy cómoda durmiendo de esa manera y sinceramente a mi no me molesta para nada.— Habló de forma natural a lo que abrí mi boca, pero la cerré de inmediato al no saber que decir. Una vez que la directora dijo que habíamos realizado el viaje por completo todos bajamos sin antes fijarnos que no nos estemos olvidando nada en nuestros asientos. Una vez al bajar Jackson se fue con Dylan para después agarrar su maleta a lo que yo hice lo mismo solo que fuí con Bethany. —¿Qué tal te fue al final del viaje? ¿Jack estuvo muy insoportable?— Preguntó Sophia con una sonrisa al verme. —Pues normal, admito que no fue tan insoportableme como lo imaginé, hasta fue amable la verdad.— Elevé mis hombros e inconscientemente no pude evitar soltar una pequeña sonrisa al recordar como se había preocupado por mi en la parada. —Pues esa sonrisa dice más que mil palabras amiga mía.— Dijo en un tono de burla la pelirroja a lo que la miré con los ojos achinados. —Bueno, me están esperando en casa y además me tengo que acostar temprano, ¡Dylan me invitó a una cita el lunes!— Susurró en mi odio a lo que nos agarramos de las manos y dimos pequeños saltitos emocionadas, tan emocionadas que hasta parecíamos niñas pequeñas felices de haber conseguido su dulce. Después de haberme despedido de Bethany ya con mi maleta en la mano caminé rumbo a mi casa, sentía la mirada de alguien sobre mis espaldas y sinceramente me causaba escalofríos pero simplemente decidí ignorarla y seguir caminando hacia mi hogar que no quedaba muy lejos así que llegué bastante rápido. Saqué las llaves de mi bolsillo para después abrir la puerta encontrándome a mis padres sentados en el sofá, no pude evitar que aquella escena en la cual mi madre estaba nerviosa y no respondía la pregunta de por qué no estaba junto a mi padre ese día pasara por mi mente. —¡Hija! ¿Cómo te fue en el campamento?— Sonrió levantándose del sillón abrazándome a lo que mi padre lo hizo también. —Te tenemos una sorpresa.— Habló mi padre de forma emocionada viéndome. —¿De verdad? Pues cuénteme.— Dije emocionada mientras me sentaba en el sofá junto a ellos. —Bueno en realidad son dos noticias, una buena y una mala.— Dijo mi papá a lo que yo los miré con atención. —?Recuerdas esos viajes que siempre tenemos que hacer por trabajo?— Continuó hablando mi mamá a lo que yo asentí. —Pues déjame decirte que no más viajes, ¡Quedan completamente cancelados! Tu padre y yo encontramos un nuevo trabajo y no te tendremos que dejarte más sola.— Terminó de hablar a lo que yo abri mis ojos por completo con una sonrisa de oreja a oreja, mi padre ese día no estaba con ella porque seguramente estaba en algún viaje importante. —¿Es en serio? ¡Gracias estoy muy feliz!— Agradecí muy alegre para después abrazarlos a los dos. —¿Pero cual es la mala noticia?— Pregunté con intriga separándome de ellos. —Como dijimos antes ya no haremos más viajes por trabajo, pero a tu padre y a mi nos ha quedado uno pendiente.— Dijo mi progenitora con una mueca. —No se preocupen, si es el último no pasa nada.— Dije elevando mis hombros. —Si cariño, pero este viaje será diferente, no durará una semana como siempre. Durará dos meses.— Dijo ahora mi padre a lo que yo abrí mis ojos sorprendida. —¡¿Dos meses?!— Pregunté incrédula. —Quédate tranquila, por eso hemos encontrado a alguien que te cuide.— Hablaron los dos tratando de calmarme. —¿Una niñera? ¿Es en serio?— Levanté una ceja cruzándome de brazos. —Más bien es el hijo de unos colegas nuestros que se ofreció a cuidarte, tiene tu edad así que estoy segura que se llevarán bien.— Habló mi madre con una sonrisa para después abrir la puerta dejando pasar al chico que me cuidaría. Volteé mi mirada viendo hacia esa dirección y juro que tenía unas inmensas ganas de ir hacia mi cuarto y tirarme desde la ventana. ¡Iba a tener al chico qué más odio y detesto viviendo en el mismo techo que yo por dos meses! —Hey pequeña Parker, ¿Te ha gustado la sorpresa?— Preguntó la única persona que me llamaba así con una de sus típicas sonrisas de arrogancia. Esto será un infierno, un completo y horrible infierno.
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Martes 13
Teen FictionMartes trece, día conocido como el de la mala suerte. En donde todo puede suceder de mala manera y de la forma en la que menos te la esperas. Polos totalmente opuestos, tal como el agua y el aceite, definitivamente no los puedes unir. Ella, una chic...