Capítulo 23

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LOS MENTIROSOS SIEMPRE CAEN

SAMANTHA
Después de todo la cena de ayer no fue la gran cosa, aunque sigo sin entender porqué Jack se tensaba tanto cuando Sabrina se le acercaba, pero seguro estoy exagerando y la realidad es completamente diferente. Nos encontrábamos en clase de Arte, estaba sentada junto a jack y a unos asientos de distancia estaba Bethany junto a Dylan, estos dos parecían unos niños, ni podían verse. —Tenemos que hacer algo.— Solté de repente a lo que mi novio me miró algo confundido. —¿A qué te refieres?— Preguntó sin entender lo antes mencionado. —¡Dylan y Bethany! Es muy notable que los dos se gustan y no hacen nada al respecto. Tenemos que juntarlos.— Me quejé susurrando. —¿Estás bromeando verdad?— Musitó Jack viéndome. —No Samantha, eso sería una locura.— Negó al ver la expresión de mi mirada que afirmaba que no estaba bromeando. —Además no podemos obligarlos a que estén juntos.— Se encogió de hombros viéndome de forma obvia. —No los estaríamos obligando a nada, les estaríamos haciendo un favor.— Afirmé segura. —Solo piénsalo, en unas horas iremos a esa aburrida excursión al museo de Arte Moderna, podemos aprovechar y lograr que pase algo entre ellos.— Hablé de forma sonriente. —Bueno... Al describirlo de esa forma no suena tan mal, pero sigo pensando que es una locura.— Admitió Jack soltando una risa. —Lo normal es aburrido.— Musité de forma divertida. —Y tu no eres para nada normal.— Dijo con una sonrisa burlona. —Pero así me quieres.— Hablé orgullosa. —Pues no te equivocas en lo absoluto.— Afirmó dándome un beso en la mejilla. —Ryder y Parker, esto es una escuela, aquí se viene a estudiar y a aprender, no a darse muestras de cariño de forma mutua.— Nos regañó la profesora logrando hacer que me sonrojara y jack pasó su brazo al rededor de mis hombros con una gran sonrisa en su rostro. Las horas restantes de la clase terminaron y finalmente nos encontrábamos en el autobús camino a la excursión. —¡Que comience el plan!— Celebré a lo que Jack rodó los ojos de forma divertida. —Por favor que mi novia no haga ninguna locura.— Dijo juntando sus manos como si estuviera rezando ganándose una mirada de indignación por parte de mi. El transcurso del viaje no fue tan largo por suerte, así que ya nos encontrábamos bajo del autobús con el museo delante de nosotros. Al ingresar una muchacha algo joven se nos acercó a nosotros con una amplia sonrisa en su rostro. —Buenos días chicos, bienvenidos al museo de arte moderno, yo soy Miranda y hoy seré su guía.— Habló de forma amigable. Comenzando a caminar por el lugar mientras ella nos iba explicando que era cada cosa que veíamos y cuál era su función. —Bueno y esta puerta de aquí al abrirla se van a encontrar con una pequeña especie de laberinto con espejos.— Explicó mientras que todos la veíamos atentos. —Para esta actividad les pido que formen pareja de a dos, ya que por si alguien se pierde pueda requerir con la ayuda de su compañero.— Sugirió a lo que Jack rápidamente tomó mi mano y yo empuje levemente a Bethany en dirección a Dylan para que ellos vayan juntos y por suerte así fue. Después de que ya algunos hayan entrado Jack y yo ingresamos al pequeño laberinto encontrándonos con absolutamente todo hecho de espejos, suelo, paredes y techo. Al comenzar a caminar noté a Jack algo nervioso, así que decidí preguntarle si le sucedía algo. —Hey, ¿Te encuentras bien?— Pregunté viendo al recién nombrado. —No es nada, simplemente es una tontería... Bueno tal vez no lo sea, bueno no... Si lo es. ¿Sabes qué? Olvídalo.— Bufó rendido haciéndome sonreír. —Oh vamos, puedes confiar en mí.— Acaricié su mano. —Te quería invitar a una cita, ya sabes... Nuestra primer cita como oficialmente novios.— Sonríe de labios encogiéndose de hombros. —Me encantaría.— Asentí levemente a lo que el soltó un suspiro con alivio. —Okey, entonces mañana paso por ti.— Habló de forma alegre. Algo cerca escuchamos las voces de Dylan y Bethany, así que no dudamos ni un segundo y nos acercamos a ellos sin que nos vieran. —Okey entonces el sábado paso por ti.— Musitó el de ojos marrones viendo a la pelirroja con una amplia sonrisa en su rostro. —Me parece bien.— Asintió ella de forma alegre para después dejar un pequeño beso en sus labios a lo que Jack y yo nos miramos sorprendidos. —Espera...— Susurró Bethany. —¿Cuándo le diremos a los chicos? Sobre nosotros.— Preguntó mi mejor amiga a lo que yo abrí mis ojos como platos y Jack sonreía a mas no poder. Juro que estaba por salir ya mismo de mi escondite para felicitarlos si no fuera porque Ryder me lo impidió. ¿Estos chicos ya andaban en algo y nadie se dió cuenta? Épico. Finalmente salimos a la salida del laberinto y de ahí seguimos viendo las demás exposiciones. Una de ellas era un camerino para sacarte fotos, obviamente no era ningún tipo de arte moderno, simplemente estaba ahí pues para sacarte fotos. Dylan, Bethany, Jack y yo nos miramos de forma cómplice. Ingresamos y colocamos un dólar para comenzar a hacer diferentes poses. En la primer foto Bethany se cruzó de brazos haciendo una cara graciosa, Dylan sacó la lengua, Jack frunció sus labios mientras elevaba sus brazos y yo con mi mano derecha hice el signo de amor y paz mientras sonreía, en la segunda todos nos abrazamos y en la tercera hicimos poses de súper heroes. Cada uno retiró su tira de fotos y salimos del camerino soltando una que otra carcajada. Miranda nos reunió a todos los alumnos y nos dijo que nos tomemos un receso y vayamos por algo de comer en la cafetería del museo, claramente nadie se negó y nos dirigimos hacia el lugar recién nombrado. Al llegar fui por un café junto a una galleta, Dylan, Bethany y Jack eligieron lo suyo para después todos pagar y sentarnos en una mesa los cuatro juntos. —¿Cómo les fue en el laberinto?— Les pregunté sonriente a mi mejor amiga y a Dylan. —¿Se besaron mucho?— Pregunté de forma normal a lo que el chico casi se atraganta con su bebida. —Digo, perdieron.— Me corregí de forma burlona. —¿Se perdieron mucho?— Hablé con notable diversión y Jack se tapaba la boca para evitar que de esta salga una risa. —Oh, pues no, encontramos la salida rápido.— Respondió Bethany con una sonrisa tratando de ocultar sus nervios, pero evidentemente no logró ocultarlos. O por lo menos no conmigo, soy su mejor amiga.

JACKSON
Después de terminar nuestro pequeño receso seguimos viendo algunas cosas más para después finalmente irnos del museo camino al autobús, yo era el último en la fila para subirme o bueno, al menos eso creía y cuando lo estuve a punto de hacer una mano se colocó en mi hombro imponiéndomelo. —¿Cómo te fue hoy con Parker?— Preguntó Thomas, el ex novio de Samantha viéndome con una sonrisa arrogante. —No es de tu incumbencia.— Respondí con notable enojo a lo que él con su mano, que evidentemente seguía en mi hombro, me jaló sin dejarme pasar al autobús dejándome parado en el suelo. —Deja pasar primero a los sinceros, los mentirosos siempre caen.— Habló de forma victoriosa ingresando al transporte antes que yo mientras golpeaba su hombro contra el mío, había entendido esa indirecta. Bufé rodando los ojos para después dirigirme hacia Dylan y sentarme junto a él, pues Samantha se había sentado con Bethany . El resto del viaje no fue tan malo por suerte, sacando la parte de que mi mejor amigo insistía que algo me sucedía, pero yo siempre se lo negaba. Al llegar a la escuela cada uno de los alumnos fue por sus cosas como mochila o útiles escolares que habían dejado en sus salones. Yo me dirigí hacia mi casillero con la intención de tomar mis libros de historia ya que dentro de poco tendría un examen de esa materia. Pero al abrirlo una nota cayó de este hacia el suelo, confundido me agaché tomándola y comencé a leerla. "Sigue disfrutando tus días restantes con Parker, porque ya están contados. Después de todo los mentirosos siempre caen."  Hecho furia abollé la nota haciéndola pedazos. Estoy jodido, estoy completamente jodido.

Martes 13 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora