Capítulo 38

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UN ALMUERZO ALGO INCÓMODO

JACKSON
Y aquí me encontraba, en un estúpido almuerzo junto al estúpido de Peter Wilson y Samantha. —¿Recuerdas cuando chocamos en el campamento por primera vez?— Preguntó el de ojos color moco con una sonrisa ladina, yo observaba la situación totalmente serio. —¡Claro! Ahí comenzamos a ser amigos.— Respondió ella de forma alegre. ¡Ja! Amigos, eso debió doler, ¡En tu cara Wilson! Carraspeé ya incomodo en mi lugar logrando llamar la atención de Samantha —¿Sucede algo Jack?— Preguntó esta volteándome a ver. —¿Hay algo de lo que nos tengamos que preocupar Ryder?— Interrogó esta vez Peter, sinceramente no lograba identificar si había utilizado sarcasmo en su reciente pregunta, pues las acciones de este chico eran muy difíciles de descifrar, pero preferí tomármelo como una burla. Después de todo yo no le caigo bien ni él a mi. —Para nada.— Respondí de forma seca mientras pasaba mi brazo derecho por los hombros de Samantha, dejándole un escaso beso en su mejilla ganándome una mala mirada por parte de Peter, quien se encontraba enfrente de nosotros. —¿Que tal si ordenamos lo que vamos a almorzar?— Sugirió Parker en un intento de romper el hielo. Asentimos y llamamos a la mesera para comenzar a dictarle nuestras comidas elegidas.
—Me gustaría pedir una porción de spaghetti con salsa junto a un jugo de naranja por favor.— Habló la rubia a lo que la mujer adulta asintió anotando lo recientemente dicho en una pequeña libreta que contenía en sus manos. —A mi me gustaría lo mismo.— Dijo Peter. —Es increíble que tengamos gustos tan parecidos.— Volvió a hablar con una amplia sonrisa en su rostro mientras volteaba a ver a Samantha, a lo que esta entreabrió sus labios, yo puse mis ojos en blanco. —Que sea lo mismo para mi también entonces.— Hablé de forma competitiva a lo que la mujer elevó una de sus cejas algo confundida, pero no dijo nada al respecto. —Entonces será lo mismo para los tres, enseguida se los traigo.— Habló retirándose del lugar. —Yo creo que iré al baño.— Musitó Samantha colocándose de pie. —¿Necesitas que te acompañe?— Preguntó Wilson a lo que fruncí mi ceño. —No, gracias... Quédense aquí, no tardo.— Habló yéndose de forma rápida. —¿Cuáles son tus intenciones con Sam?— Preguntó de forma completamente seria a lo que yo lo vi con confusión. —¿Disculpa?— Interrogué elevando una de mis cejas. —Sabes a lo que me refiero Jack.— Musitó cruzándose de brazos a lo que yo fruncí el ceño. —Eso no te incumbe, y no creas que no noté como le coqueteabas a Samantha enfrente de mis ojos, mejor cállate, no eres quien para reclamarme nada.— Hablé de forma fría. —¿Coquetear?— Dijo sin comprender. —Ella es mi amiga, y no quiero que vuelva a sufrir, no permitiré que le vuelvas a hacer daño.— Musitó con enojo a lo que yo suspiré ya harto. —Claro, ahora insinúas que voy a creerte y no pensaré que Samantha te gusta.— Hablé también cruzándome de brazos. —No voy a negar que hubo un momento en el que me sentí atraído por ella, pero no sucedió ni sucederá nada entre ella y yo.— Dijo de forma tranquila provocando que deje de fruncir mi ceño. —Ella está realmente enamorada de ti, y sinceramente no entiendo el porqué, pero ese ya no es mi tema. Yo ya te dije lo que tenía para decirte, solo espero que te tomes mis palabras en serio.— Terminó de hablar dejándome algo atónito. —Hey, ya llegué.— Musitó la rubia de forma alegre sentándose a mi lado. —¿Sucede algo?— Preguntó al notarnos sumamente callados. —En lo absoluto.— Respondió Peter con una media sonrisa de labios. La mesera no tardó en llegar trayéndonos la comida, nosotros no tardamos en degustarla. Hasta yo estoy impresionado de como transcurrió el almuerzo. Samantha y yo le contábamos a Peter como nos había ido en México, y él nos contaba como la había pasado en sus pequeñas vacaciones en Brasil. Si, aunque suene raro estaba siendo agradable compartir este momento con Wilson, no nos estábamos peleando y disfrutábamos del momento. Tal vez la razón de todo eso era Samantha, después de todo ella era lo que realmente nos importaba a los dos y no la haríamos pasar un mal momento. El almuerzo llegó a su fin, Peter y yo pagamos la cuenta, pues los dos habíamos invitado. Nos dirigimos hacia la salida, pero una vez ya afuera Samantha habló. —Rayos, olvidé mi celular, enseguida vuelvo.— Musitó golpeándose la frente con su mano derecha a lo que Peter soltó una pequeña risa y yo negué levemente con una sonrisa en mi rostro. Una vez los dos solos decidí aclararle las cosas a Wilson. —No le haré daño.— Solté de repente a lo que Peter me vio fijamente en busca de una explicación. —No pienso hacerle daño a Samantha, quiero arreglar las cosas con ella y sinceramente creo que lo estoy logrando, me importa demasiado y después de todo estoy completamente enamorado. Hablé de forma firme a lo que él asintió con una amplia sonrisa en su rostro y colocó una de sus manos en mi hombro. —Pues en ese caso, te deseo mucha suerte y ojalá sean felices.— Musitó de forma sincera para después mirar su celular, pues parece que le había llegado un mensaje. —Tengo que irme.— Habló colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón. —¿Seguro? ¿No quieres que te acompañemos?— Pregunté. —No, quédate tranquilo, mi madre me pidió que vaya a mi casa, al parecer necesita que compre algunas cosas.— Contestó encogiéndose de hombros. —Dile adiós a Sam de mi parte, cuídate.— Nos despedimos haciendo un ademán con nuestras manos y se marchó de allí. Pude ver a lo lejos a Samantha saliendo del restaurante para después acercarse hacia mi. —¿Y Peter?— Preguntó mientras se acomodaba su blusa. —Tuvo que irse a su casa, su madre se lo pidió. Me dijo que te diga adiós de su parte.— Contesté a lo que ella asintió levemente. —¿Y ustedes no se asesinaron el uno al otro mientras que yo no estaba?— Preguntó de forma divertida a lo que yo rodeé mis ojos con una sonrisa en mi rostro. —Pues como puedes notar, no, no lo hicimos.— Respondí extendiéndole la mano. —¿Nos vamos Samantha?— Hablé a lo que ella me miró de forma ofendida, solté un suspiro con diversión. —Quiero decir, ¿Nos vamos pequeña Parker?— Hablé de forma burlona a lo que ella asintió repetidas veces con alegría. —Ahora si.— Musitó tomando mi mano para comenzar a caminar hacia nuestras casas, nos cambiaríamos por algo más abrigado, pues iríamos junto a Dylan y Bethany a patinar sobre hielo. —Cuesta admitirlo pero la pasé bien.— Solté a lo que la rubia me miró con una ceja alzada. —¿Y por qué cuesta admitirlo?— Preguntó con algo de confusión. —Pues porque estaba Wilson.— Respondí de forma obvia a lo que ella me vio con burla. —Eres un celoso Jackson Ryder.— Rodó los ojos con diversión. —Y tu eres hermosa Samantha Parker.— Hablé de igual forma logrando que ella desviara la mirada hacia otra parte, sonreí ante eso. Caminamos unas cuadras más y acompañé a Sam hacia su hogar. —Okey en un rato vendré a buscarte.— Hablé una vez ya en la entrada de su casa. —Aquí te espero.— Soltó una pequeña risa. —Nos vemos.— Volvió a hablar para después dejar un beso en mi mejilla en forma de despedida y adentrarse a su hogar. Giré sobre mis talones y caminé un poco más encontrándome a mi madre en el jardín de mi casa. —Hola hijo, ¿Vienes a almorzar?— Preguntó mi progenitora de forma amigable. —Oh, no gracias, ya almorcé a la salida de la escuela.— Hablé de forma relajada. —Ahora saldré otra vez junto a Samantha, Bethany y Dylan.— Dije mientras los dos nos adentrábamos a mi hogar. —Oh, claro, esta bien, deja a tu madre sola en casa. Después de todo tu padre está trabajando y yo tendré que estar aquí, sin la compañía de nadie, sumamente aburrida y en una soledad angustiante.— Habló colocando su mano izquierda en su pecho con notable exageración haciéndome soltar una carcajada. —No volveré tarde, no tienes que hacer este escándalo, imagínate cuando me vaya a vivir solo.— Hablé de manera burlona. —Me dará un paro cardíaco.— Dijo con sinceridad a lo que yo rodeé los ojos con diversión y subí a mi habitación en busca de algo más abrigado.

SAMANTHA
Una vez ya lista me me acosté en mi cama revisando mi celular, viendo mis redes sociales para ser más específica. Al notar que no había nada nuevo, solamente la notificación que tenía poca batería, conecté mi aparato con el cargador para que se comience a cargar. Dirigí mi vista hacia mi escritorio, donde se encontraba una pequeña caja de madera. Me puse de pie y me dirigí hacia ella para después abrirla, sonreí al ver las notas que había recibido por aquella persona desconocida, las había guardado para no perderlas y poder verlas en el momento que quiera. —¿Quien serás?— Susurré cerrando aquella caja. Me dirigí hacia el conjunto de ropa que me había sacado recientemente para comenzar a doblar prenda por prenda por prenda. Entreabrí mis labios al ver que una pequeña nota de color azul se asomaba por el bolsillo de mi camisa a cuadros. La tomé y observé lentamente. —"Es envidiable como puedes verte tan reluciente mientras caminas por los pasillos de la escuela. Tu forma de ser y la forma en la que siempre te haces resaltar. Quédate tranquila, no falta mucho para que pueda decirte todas estas cosas personalmente, solo necesito un poco más de tiempo, espero que puedas esperarme."— Murmuré de forma baja para después sonreír ampliamente, claro estaba que no daba más de la intriga por saber quien sería esta persona. Pude escuchar como el timbre de mi casa se hizo presente ante mis oídos, rápidamente guardé todo en su lugar y tomé mi celular entre mis manos para después bajar las escaleras. Mis padres no se encontraban en casa, estaban trabajando, no me puedo quejar, aunque a veces no lo pareciera por suerte no lo hacían tan a menudo como antes. Tomé las llaves y abrí la puerta encontrándome a un Jack sumamente abrigado, sonreí tiernamente. —Tranquilo Ryder, no nos vamos al polo norte.— Hablé de forma burlona a lo que él soltó un bufido. —No te burles, soy sumamente friolento y lo sabes.— Se defendió a lo que yo reí levemente. —No me queda ni una sola duda de eso.— Dije con una sonrisa para después los dos subirnos a su motocicleta. El camino no fue muy largo, pero tampoco tan corto, me daba igual, pues estaba junto a Jack. Al llegar nos adentramos al lugar encontrándonos a Dylan y Bethany, quienes al vernos se pusieron completamente serios cruzándose de brazos. —¿Qué ha pasado? ¿No tienen patines de su talla?— Preguntó Jack con una sonrisa burlona. —¡Han llegado quince minutos tarde!— Reclamó la pelirroja a lo que sonreí de forma burlona. —Lo siento chicos, hemos cometido un pecado.— Elevé mis brazos con exageración a lo que Dylan soltó una pequeña risa, Bethany lo miró de mala forma y este paró de reír. —Ya basta de quejas, preparémonos.— Habló Jack a lo que todos fuimos por nuestros patines para después adentrarnos hacia la pista. —Okey chicos no puede ser tan difícil.— Habló mi mejor amiga con sus brazos en la cintura, dió un paso, dos pasos, y al tercero ya se había caído golpeándose el trasero contra el hielo, logrando que Dylan soltara una carcajada. —Oh, ¿Con que te parece gracioso Collins Eh?— Preguntó esta colocándose de pie. —Ya verás.— Murmuró de forma amenazante para después comenzar a perseguirlo, ahora haciéndonos reír a Jack y a mi. Básicamente la tardé se basó en miles de caídas por parte de todos, trucos fallidos realizados por Jack, yo agarrándome de la baranda del borde de la pista en todo momento y regaños de Bethany hacia a Dylan cuando este se burlaba de ella, tornando la situación un poco violenta. Nada raro entre nosotros a decir verdad.

Martes 13 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora