Capítulo 10

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A CAUSA DEL DESCONTROL, UNAS HISTORIAS DE TERROR

SAMANTHA
Sus ojos, no había notado lo bellos que eran, tenían un brillo especial, Jackson tenía unos ojos muy preciosos a decir verdad. Estaba totalmente perdida en su mirada y tan nerviosa por la cercanía que había entre ambos que me exalté al escuchar el grito de la directora interrumpiendonos. —¡¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO AQUÍ?!— Exclamó con un muy notable enojo. —¡Se supone que esto sería una fiesta tranquila para pasar tiempo entre ustedes, no tendría por que haber vasos tirados por todos lados y desorden por doquier!— Habló nuevamente poniendo una mano en su pecho haciéndose ver algo dramática. —¿Fiesta tranquila? Teniendo entre dieciséis y diecisiete años? Ya no somos niños.— Dijo Joey, uno de mis compañeros de clase con una sonrisa burlona, que rápidamente borró al ver la mirada asesina de la directora. —¿A caso te estas burlando de mi Joseph?— Preguntó de forma seria. —No, claro que no directora.— Dijo él con notable miedo. —¿Y además tienes vergüenza de negarlo? Ahora por eso nadie se irá a su cabaña hasta que todo este en orden, ¡Ya mismo ordenan todo si no quieren llevarse una sanción!— Anunció la mayor con la voz elevada para después irse dando un portazo, acto seguido todos miramos enojados a Joey a lo que él solo levantó sus manos en forma de inocencia. —Hum, gracias.— Dije algo incomoda después de que mis pies volvieron al suelo nuevamente.—¿Por qué?— Preguntó Jackson. —Por atraparme, si no fuese por ti tal vez me hubiera dado un gran golpe.— Murmuré con una mueca. —Tranquila, estoy acostumbrado.— Dijo de forma relajada a lo que yo levanté una ceja. —¿A qué te refieres?— Pregunté con intriga. —¿No te diste cuenta? Te salvo siempre, aquella vez en el callejón o incluso cuando estabas peleando con tu exnovio en la escuela. Técnicamente se podría decir que soy tu héroe.— Afirmó Jackson con aires de grandeza. —No necesito un héroe para que me rescate.— Anuncié poniendo mis manos en mi cintura. —Pues no lo parece.— Dijo de forme desafiante. —Eres insoportable, te detesto.— Musité harta yendo donde estaba Peter. —¡Hola! ¿Dónde estabas? Te esta buscando.— Dije de forma alegre. —Estaba hablando con Jackson.— Volví a hablar mientras ponía mis ojos en blanco. —Oh, Jackson...— Dijo algo incómodo. —¿Sucede algo?— Pregunté confundida. —Hace cuanto andan?— Preguntó de forma directa, algo que me sorprendió mucho —¿A qué te refieres?— Pregunté aún más confundida que antes. —No finjas más, te vi. ¿Sabes? Va a sonar muy tonto pero me gustaba la idea de pasar tiempo juntos, se que apenas nos estábamos empezando a hablar, pero pensé que más adelante podríamos ser algo. Aunque ya veo que no, además yo no soy una prenda de ropa que puedes usarme cuando se te plazca, ¿Entiendes? Mejor me voy.— Musitó de manera tan fría que no me dio tiempo de responder. Lo que realmente me pregunto es porqué piensa que tengo algo con Jackson, de repente recordé ese momento en mi mente donde Jackson me tenia acorralada furioso por haberle teñido el pelo de verde, lo recuerdo tanto que hasta me se de memoria las palabras que pronunció.
"De todas formas mi venganza ya la hice y créeme que es mucho peor que esto."
Ahora todo tenía sentido, Jackson debió haber visto pasar a Peter y me dió aquel beso falso, haciéndole creer a él que era uno verdadero y se aprovechó para vengarse de mí haciéndolo frente a sus ojos. No lo puedo creer. Si antes no me caía bien Jackson, pues ahora lo odio más que nunca. Estaba dispuesta a ir a gritarle en la cara pero Bethany se interpuso en mi camino. —Oye Sam, ¿Me ayudas a tirar esto al canasto de basura? Son muchas cosas y no puedo sola.— Dijo con una media sonrisa a lo que no me pude negar. —Claro, no hay problema.— Hablé mientras la ayudaba a cargar la basura dirigiéndonos hacia afuera para finalmente tirar todo en el canasto. —Gracias.— Dijo feliz. —No es nada Beth.— Hablé con una sonrisa, pero más que eso parecía una mueca. —¿Sucede algo? Te noto rara.— Preguntó Preocupada. —¿Tanto se nota?— Hablé desanimada. —Demasiado, ven vamos a nuestra cabaña.— Dijo extendiéndome su mano. —Pero si la directora nos ve nos castigará.— Hablé sin expresión alguna. —Créeme que eso es lo último que me importa ahora.— Dijo Bethany para después dirigirnos a paso rápido hacia la cabaña. Una vez allí las dos nos sentamos en el sillón del living y le conté absolutamente todo lo que había pasado y la forma en la que se vengó Jackson. —Wow, ¿De verdad hizo eso?— Preguntó mi mejor amiga con asombro. —Si, ¡Imagínate si Jackson me hubiera besado de verdad! Que asco.— Me quejé con desagrado. —Samantha, ¿En serio no te das cuenta?— Preguntó con cierta gracia en su tono de voz. —¿Darme cuenta de qué?— Interrogué frunciendo el ceño. —¡Jackson está celoso! ¿Acaso no notaste cómo mata con la mirada a Peter cada vez que lo ve? ¿O cómo le sale humo por las orejas cada vez que los ve juntos? Hasta Dylan lo ha notado.— Dijo de forma obvia. —Oh vamos, estamos hablando de Jackson Ryder, el típico chico que le gusta todas las chicas que se mueren por él y no tiene problema en romperles el corazón.— Musité ya harta. —¿Alguna vez te hizo eso?— Preguntó elevando una ceja. —Pues no.— Respondí de forma normal. —¿Alguna vez lo has visto hacérselo a alguien?— Habló nuevamente. —Tampoco.— Hablé nuevamente con una mueca. —Pues entonces no debes pensar que es de esa forma sin conocerlo completamente.— Dijo Bethany regañándome. —Esta bien, puede que en eso tengas razón. —Acepté rendida. —Pero sobre lo de los celos obviamente te equivocas.— Dije cruzándome de brazos. —¡Eres muy terca niña!— Bufó Bethany elevando los brazos de forma exagerada a lo que yo le saqué la lengua en forma de burla. —¿Chicas que hacen aquí?— Interrogó Dylan entrando a la cabaña sin dar aviso a lo que dimos un salto de susto. —Con los demás logramos calmar a la directora y nos dejó hacer una fogata. —¿Que esperan? ¿Vienen?— Preguntó con una sonrisa. —Eso no se pregunta.— Respondió Bethany parándose del sillón emocionada a lo que yo repetí su acción.— Al llegar vi que no había nadie, Bethany me miró confusa y yo a ella, caminaba tranquila tratando de encontrar alguna señal y alguien toco mi espalda. —¡AH!— Grité como nunca por el susto que me había dado y no pude evitar darle un puño al causante en modo de defensa. —¡Auch! ¡¿Pero qué te pasa?!— No me costó para nada saber de quien era esa irritante voz, la conocería a kilómetros. —Tu fuiste quien me asusto.— Dije molesta. —Y tu fuiste quien me golpeó.— Musitó Jackson enojado. De repente me acordé que por su culpa Peter estaba enojado conmigo y sonreí cínica. —¿Qué me ves?— Preguntó él algo asustado por mi mirada. —¡Por tu culpa estoy mal con Peter, las pagaras querido Ryder.— —¡Parker calmate!— —Oh no, claro que no Jackson. Sin previo aviso me tiré sobre el furiosa —¿Estás loca? ¡Quítate!— Protestó. Yo solo lo ignoré, aunque ahora que lo pienso, ¿Qué se supone que deba hacer ahora? ¿Golpearlo? No, eso sería muy bajo de mi parte, ¿Amenazarlo? No, lo hago todo el tiempo, ¿Pegarle en las bolas? Esa si que era una buena opción. Jackson aprovechó mi distracción para darme vuelta provocando que ahora él este sobre mi, mala idea, estábamos demasiado cerca y no pude evitar recordar las tantas veces que estuvimos por besarnos. —¿Interrumpimos algo?— Preguntó Bethany sonriente. —¡Consíganse un Hotel!— Se quejó Dylan burlón a lo que nos separamos rápidamente. —Hum... ¿Se podría saber por qué  solo nosotros cuatro estamos haciendo una fogata y los demás no?— Pregunté algo incómoda por lo recién sucedido. —Oh, bueno en realidad fue mi idea, como compartimos todos cabaña pensé que sería divertido.— Dijo Dylan colocando sus manos en los bolsillos se su pantalón. —Oh, que tierno.— Dijo Bethany a lo que los dos se miraron y sonrieran. —Me suena a amor.— Dijo Jackson. —
¡Me suena a que mi ship será real!.— Hablé saltando en mi lugar. —Me suena a que dejen de decir tonterías y nos sentemos alrededor de la fogata.— Musitó la pelirroja sonrojada. —¡Contemos historias de terror!— Propuse emocionada. —¡Si! ¿Quién empieza?— Preguntó Bethany. —Yo empiezo.— Respondió Jackson parándose a lo que todos lo miramos atentos. —La historia se llama "Llora niña llora".— Empezó a hablar. —En una noche tal cual como esta, solo que estaba lloviendo, una niña de tan solo once años de edad sale de su casa llorando angustiada,pues sus padres no paraban de pelar y ella no lo soportaba más. La pequeña se estaba empapando por la lluvia pero no le importó, corrio hacia el bosque y se escondió bajo un árbol. Lloraba y lloraba, era lo único que hacía. Empezó a escuchar unos pasos. Uno, dos y tres pasos después empezó a escuchar un canto de una mujer y un hombre diciendo "Llora niña llora" la pequeña se levantó de su lugar asustada y empezó a contar los pasos de esa voz desconocida "Uno... Dos... Tres.. Llora niña llora" la voz de esos señores se acercaba una y otra vez. De repente la niña no veía nada, como si se hubiera quedado ciega. La pequeña empezó a pedir ayuda y lo único que logró es que las voces se acercaran aún más. "¡Llora niña llora!" Como si fuera un milagro la pequeña recuperó su vista, quitado las lágrimas de sus ojos, pero al hacerlo se encontró con esas voces en persona, aunque eso no era lo peor. ¡Eran sus padres! Sus padres en un estado horrible, tenían la piel podrida y la cara desfigurada. Desde entonces no se sabe nada de esa niña. Hoy se cumplen treinta años desde lo sucedido... La niña sigue sin aparecer.— Terminó de narrar Jackson, giré hacia mi derecha y pude ver a Dylan y Bethany abrazados y temblando de miedo. —¿Es en serio? ¿Eso es todo?— Pregunté sin expresión alguna. —Jackson tendrías que aprender a contar historias de terror...— —¡LLORA NIÑA LLORA!— Gritó de la nada Ryder tomándome por los hombros a lo que yo solté un gran grito y me tapé la cara logrando hacer reír a todos. —Y tu tendrías que aprender a no asustarte.— Dijo mirándome con burla. —Oigan, ya es muy tarde, ¿Qué les parece si volvemos a la cabaña?— Preguntó mi mejor amiga con notable sueño a lo que a todos nos pareció bien. Dylan apagó la fogata y empezamos a caminar hacia la cabaña, ya era de noche y tenía algo de frío, creo que Jackson lo notó ya que se sacó su chaqueta y la colocó por encima de mis hombros. —Oh, no es necesario.— Dije extraña por su lindo gesto. —Si lo es, no quiero que te enfermes y te pongas aún más insoportable de lo que lo eres ahora.— Dijo con una sonrisa entrando a la cabaña a lo que yo lo mire burlona. —Gracias Jack.— Agradecí dándole un beso en la mejilla para después subir las escaleras hacia mi cuarto. Al llegar abrí los ojos como platos al analizar lo que había hecho y me di un gran golpe en mi frente, pero después recordé que estaba algo cansada y seguro fue efecto de sueño y no porque yo quisiese... O eso espero.

Martes 13 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora